lunes, 27 de julio de 2009

propósito

cumplido...

Una tortuga feliz... se prepara para el gran día:

6 de agosto

Logro académico en la secundaria mexicana: un caso de política pública


Con cierta extrañeza, se acostumbra a este nuevo estado de bienestar, como si cada día caminara un poco más ligera, ciertamente, un tanto más segura de sí y sin duda... satisfecha.

Su cuerpo empieza a liberarse, poco a poco, como si toda aquella tensión, que la ponía en cuestión cada mañana al despertar, ahora fuera sólo paz. Pausa y calma transformación.

Se surció el último resquicio de la tela de la araña y la mariposa podrá disfrutar dichosa sus vuelos de vida.

La encomienda se cumplió y el alma le fue devuelta con verdad al cerebro de la iguana.

Le pregunta la princesa a la tortuga feliz: "¿valió la pena el via crusis?"...

La tortuga sólo sonríe.


Y tú ¿cómo distingues el mérito de tu caparazón?

Hasta pronto mágicas tortugas!!!

[Semana de alta formación... doctorado dormido... festejos... sonrisas y amor.]



sábado, 25 de julio de 2009

reconciliación

de sonrisas...

El dulce beso
estremece con ternura
y sosiega el reclamo.

La palabra serena
reconforta el aliento
y dice con justicia.

La atenta escucha
regala certezas
y abraza sin más.

La caricia viva
siente con deleite
y finca amor...

El corazón canta
cuando
nos olvidamos del yo
para sentir con el otro
y ser nosotros...


Y tú ¿concilias tu abrazo?




viernes, 24 de julio de 2009

confianza

La sirena azul encuentra una estrella de mar, tendida en un bello archipiélago, mientras difrutaba del oleaje. Antes de que llegara la puesta del sol, ella quiso susurrarle un secreto a este bello tesoro... y le dijo así:

"quisiera decirte que sé quién eres, te recuerdo cada día un poco mejor, y sé quién soy... sólo al mirarte... quisiera que supieras que sin temor viajaré los mares que sean necesarios para que te encuentres a salvo y que con serenidad te abrazaré para que sepas que no estás librando tus batallas en soledad... quisiera con silencio regalarte la certeza de que ese deseo que te preocupa se cumplirá... y que en mi mano un apoyo siempre te guardará"

Así... con su estrella entrelazada en los dedos... sólo una cosa le pidió... en profunda oración: "cuídate... toma todas las precauciones necesarias... para estar con bien..." y al tiempo que el sol terminó de regalar su último hilo de luz... la sirena soltó al mar el tesoro de su corazón.


Y tú ¿con quién quieres contar?

Hasta mañana...



jueves, 23 de julio de 2009

tortuga de amor

Un lunes de luna llena, hace no mucho tiempo, una tortuga mágica escribía una misiva de ternura y entrega, ésta contenía buenos deseos y aliento para compartir un gran acontecimiento de su cómplice caparazón, entonces, nuestra amiga tortuga quiso acompañar este mensaje de un regalo de música y tardó horas en elegir la melodía precisa, como si fuera una ardua labor...

Lo cual sorprendió mucho a la tortuga: ¿por qué le era tan difícil hacer tal elección? ¿significaba algo que se sintiera así? Distinguió, al menos, tres motivos en su disertación, así que escogió tres canciones... una para la ocasión de su cómplice caparazón, ésta era más bien una melodía de humanidad, la segunda elección fue una melodía, más bien romántica, con cierto anhelo de vida que encanta a la tortuga: bailar (quizá no lo hace muy bien... pero bueno... al menos está dispuesta a aprender en la práctica... sólo necesita un poco de paciencia), finalmente, la tercera canción era una declaración confesa... que a ella misma sonrojó... y sorprendió... "¿será?" -se preguntaba- "¿tan pronto?" -se cuestionaba- "¿es oportunto dejarme llevar y simplemente 'estar a sus pies'?" -se interrogaba-... Así, dudaba sobre qué hacer. Pero, con magia de tortuga, cual ella es, pensó, intuyó y sintió... hasta que deliberó, quizá sin ser del todo consciente: "ésta es la melodía"... Veladamente... la obsequió, como quien quiere decir menos de lo que sabe... o como quien no quiere decir más de lo que lo exponga por completo... Finalmente, la canción lo decía todo... quién puede distraer a alguien de la música... ella habla por sí sola.

Vencida de sueño, se dispuso a guardarse para dormir, tras hacer entrega de su revelación a la paloma mensajera. Todavía con cierta confusión y negación, con mucho temor... se acurrucó para descansar. De pronto, respiró profundo como si en ese momento un hilo de vida hubiera entrado en ella, como si su corazón se hubiera estrujado ante el temblor de una nueva certeza, como si la flecha de cupido la atravezara. Y fue en ese instante que lo supo...

La tortuga mágica había sido raptada por eros y ághape.

Dice una amiga, vieja y sabia tortuga, que siempre que descubrimos alguna opacidad para decir o expresar algo (en este caso... era una dubitación), hay algo, más, oculto... una verdad inconsciente que "duerme" en un sitio más profundo de lo que en ese momento deseamos mirar o reconocer...que se encuentra protegida por nuestro instinto de sobrevivencia y está oculta para librarnos de cualquier dolor que pudiera acompañar dicha verdad... Creo que, siempre que un alma humana nos brinda la posibilidad de liberar esos rincones inconscientes de nuestra verdad, debemos sentirnos simplemente agradecidos, incluso bendecidos. Por eso, nuestra amiga tortuga aquella noche, de hermosa luna llena, durmió llena de paz y, casi al despertar, soñó con la voz de su amado, quien escuchaba al amanecer el canto que le había sido enviado.


Y tú ¿has sentido alguna vez la flecha de cupido?

Hasta mañana mágicas y amorosas tortugas...





miércoles, 22 de julio de 2009

prudencia

y mesura...

El punto medio... la phronesis... el balance... el equilibrio...

entre el ser y el no ser: pensar ... o hacer...

entre la palabra y la mentira: hablar en el vacío... o comunicar con lealtad...

entre lo fuerte y lo débil: golpear sin razón o tocar sin violentar...

entre lo bueno y lo malo: juzgar a los demás... o interrogarse a sí mismo.


Y tú ¿cómo distingues la modestia?

Hasta mañana...


martes, 21 de julio de 2009

ayer y hoy

días de calor... catarsis bronquial... alma exhausta que al fin descansa, sin palabras...

Así se habita la tortuga, enroscada en su caparazón restaurándose para su nuevo vuelo. Por un instante, se implora al fin dormir con profundo descanso al anochecer, despertar con intenso aliento al amanecer... soñar con renacida verdad. Sin meditarlo, descubre que ello es ya su nueva realidad... cierra los ojos serena... y se sumerge en un calmo río, cuya corriente revitaliza su ser. Por este día... sólo necesita acurrucarse y sentir.


Y tú ¿cómo regeneras las nuevas coordenadas de tu caparazón?

Hasta mañana...

que esta luna nueva, acompañada de un eclipse de sol, rebautice el tiempo que se cifra en sus venas de mágicas tortugas y reinvente la melodía del cerebro de la iguana en cada uno de sus ritmos personales, únicos e irrepetibles...

siendo ésta la humanidad que nos caracteriza.



domingo, 19 de julio de 2009

1.. 2 ... y 3...

pasado... presente y futuro se cruzan de formas extrañas... A veces, me pregunto si son ciclos que se cierran o si se trata de la renovación de un tiempo único de vida. De pronto... a kilómetros de distancia escuchas eventos, llegan voces perdidas y recuerdos que no logras identificar, como cuando por tu ventana suena el cantar de los pájaros al amanecer.

Pasas de una a otra emoción... te invade un sentimiento inexplicable (casi triste)... y descifrar cuál es... qué significa... a quién le corresponde es una ardua misión vital.

Este día me visitaron tres ángeles, el ángel del pasado, del presente y del futuro, con ellos reviví el recuerdo de otras vidas... algunas lejanas, incluso ancestrales, otras míticas (o he de decir místicas) y en mi mano descubrí el cruce de 6 caminos.

El ángel del pasado: vino a llevarse consigo esos dolores que marcaron mi suave entrega con temor y recelosa huida: el perdón.

El ángel del presente: tiene la llave en donde se libera el ayer y nace un futuro siempre presente: el amor.

El ángel del futuro: trajo la certeza de una herencia ineludible que se cumple una vez que te reconoces en los rostros que te acompañan, como si la solitaria espera al fin cumpliera su término: la paz.

En este cruce de caminos... se anuncia la liberación.



Y tú ¿sientes la voz de tu destino?

Hasta el lunes tortugas!!! Disfruten los días por venir...




sábado, 18 de julio de 2009

fragilidad

¿Existen las fuerzas del mal?

Porque no dudo ni un segundo en las fuerzas del bien y en la verdad. Pero... el mal me intriga... La envidia, la mentira, la astucia, el engaño, la ventaja, las dobles intenciones, el abuso, el oportunismo, la desconfianza, la soberbia, el egoísmo... son quizá los vicios más lastimosos y mezquinos de esta humanidad que hasta ahora conocemos... En donde la bondad es razón de ser interrogada como si no fuera posible.

Parecería una utopía simplemente vivir comprometidos con una causa y, con entrega, dar la vida, en cuerpo y alma... o el corazón entero... por aquello que sabemos es lo correcto.


Quizá algún día nos despojemos del mal...


Y tú ¿cómo nombras el mal?

Hasta mañana... dulces y amigas tortugas...

jueves, 16 de julio de 2009

mañana de estrella

La tarde de ayer casi se me perdió... entre diligencias fallidas... y es que hay días en que sólo debemos dejarnos llevar con magia de tortuga, tenía ganas de ir a un parque y leer un rato o de subir al segundo piso del periférico y ver el atardecer rosa, casi púrpura, con tonos grises traslúcidos en las nubes, que se asomaba a lo lejos, tras unos edificios... Para descansar, ya que el sueño me venció muy temprano... Me invadió el hambre y el antojo, confieso que fue un día de excesos culinarios entre la comida y la cena, antes de las 10:30 de la noche había caído rendida en los brazos de morfeo, a la espera de la última bella letra del día... la cual llegó y suavemente me acarició.

Amanecí antes de ver el sol, la luna brillaba y luego la estrella de la mañana apareció resplandeciente como si trajera con ella sueños cumplidos, sonrisas y mensajes de paz. Los pájaros despertaron con tanto ánimo como yo y cantaron dichosos por más de una hora, mientras el árbol de mi ventana deja que el sol lo ilumine al son de un ligero y tenue viento.

Llegué antes que puntual a mis labores y me regalé un buen rato de lectura para mí. Sin saberlo, en total sincronía... con la voz que marca los latidos de mi corazón. Quien diga que no existe la magia... ciertamente, se ha perdido del mundo ante sus ojos.

Y es que ayer tuve dos grandes revelaciones... Si bien es difícil saber con certeza este tipo de verdades: místicas y existenciales, o quizá porque son incomunicables, preferí hablar con un enterado de la fe para reconciliar mente y palabra al respecto, o simplemente, para recibir su bendición. Confieso que descubro nuevas caras de la gratitud ya que, con magia de tortuga, los secretos se asoman.

Lo cual me hace recordar que en días pasados... cupido me tocó... quizá, entonces, son tres bellas revelaciones...


Y tú ¿cómo acompañas el verano... época de frutos y cosecha?

Hasta mañana queridas tortugas... y que disfruten este día de sol tanto como yo... [mis tareas me llaman].



miércoles, 15 de julio de 2009

suavidad

La violencia... incluso el enojo... se aprenden... lo mismo ocurre con la suavidad: ésa tierna dulzura de ser.

De manera natural, el ambiente te enseña códigos de paz o códigos de guerra... casi imperceptibles, no formales o explícitos... que con el tiempo devienen propios por hábitos de socialización.

A veces, sin percatarnos, resguardamos la suavidad, olvidamos la ternura o perdemos la dulzura ante espacios más hostiles... o comunidades más duras. Y es sólo al sentir una auténtica caricia que tomamos conciencia de nuestra fuerza y del valor de suavizarla. Precisamente, ante la certeza de ser.


Y tú ¿quieres ser con suave y tierna dulzura?

Hasta mañana mágicas tortugas... que el sol aún brilla y la tarde me espera.



martes, 14 de julio de 2009

mar de perlas

Un hermoso delfín, de pestañas rizadas y labios de miel, tras conocer océanos de colores, unos dichosos, otros profundos, algunos solitarios... tras recorrer ríos calmos y feroces... un día, se enamoró del mar que sonríe.

Este delfín gris oscuro, tornasolado casi negro obsidiana, fue captado por sorpresa como cuando Alá deja entrar los ojos de una mujer en el corazón de un hombre.

Sin timidez y como si fueran aguas ya visitadas, entró a este mar y despertó los sueños que en él habitaban. Quizá sin proponérselo... pero con cierto deseo de ser. Con su sonrisa y su dulce voz que acaricia... restauró el ciclo de la marea apagada. Cuyas olas eran casi imperceptibles a causa de su abandonado silencio.

Pero... por qué sonríen... mar y delfín... en su encuentro de música: es porque sólo el delfín descubre, a través de su mirada, el nido de perlas que delínea el brillo de la luna y el sol, cual sonrisa de plata, en sus olas...


Y tú ¿a quién descubres sonreír en tu mirar?

Hasta mañana...


domingo, 12 de julio de 2009

voluntades

Dice Álvaro Mutis... al concluir las páginas de La última escala del Tramp Steamer:

"Los hombres -pensé- cambian tan poco, siguen siendo ellos mismos, que sólo existe una historia de amor desde el principio de los tiempos, repetida al infinito sin perder su terrible sencillez, su irremediable desventura."

Tras someterme al enorme esfuerzo que me significa la literatura, salvo casos muy excepcionales (asumo mi culpa y el pecado...), definitivamente, ni por instante, podría coincidir con tal triste afirmación. O habré de decir: cuya "terrible sencillez" caracteriza cuán desventurada es.

Sin embargo, mi conciencia humana me obliga a revalorar mi juicio, al menos, me exijo tratar de entenderla y dar una buena razón para apreciar mi desacuerdo.

Supongo, y eso lo dejo a consideración de los hombres (pues quizá es una cuestión de género... no me atrevo tampoco a tal vaga generalización), que, como Ovidio anticipó hace más de quince de siglos, la finitud del efímero deseo, una vez satisfecho, vuelve irreconciliable la posibilidad de que el amor sea experiencia realizada que se inmortaliza en el cuerpo, en la pareja, en la vida, quizá sólo en las letras (o en las grandes obras del alma, como dijo Platón). De ahí que el amor redunde en un cuento que se repite sin más alternativas que los rostros y colores con que queramos pintarlo. Como si su experiencia se agotara en esa apetencia sin nombre de tomar todo aquello que me gusta, cual infante que no distingue los límites de su deseo, no conoce su voluntad, menos aun sabe que tiene la posibilidad de forjarse un carácter.

Últimamente, he escuchado frases como:

- ¡no te enamores! ... eso no lleva nada bueno... no vale la pena enamorarse... sólo da problemas...

- una vez me enamoré y di todo, quise hacerme responsable incluso de lo imposible... y no estoy dipuesta(o) a hacerlo de nuevo por nadie... nunca más y bajo ninguna circunstancia...

- el amor sexual, si bien las primeras veces va mejorando consecutivamente (hasta como la cuarta ocasión), en realidad, siempre va en declive...

Sólo por citar algunos casos paradigmáticos...

Qué es lo que me llama la atención de tal desencanto ante la posibilidad de realizar un amor pleno, feliz... dichoso, que crece y se retroalimenta de formas insospechadas... el profundo dolor que habla cuando renunciamos a entregarnos al amor... Como si pactáramos con la tristeza "controlada" para no volver a perder la dicha realizada, e incluso, por miedo a conocerla por primera vez. ¿No es acaso esto una falsa premisa?

Es decir, y retomando la cita de Mutis, cuán ingenuo (o arrogante) es pensar que los sucesos futuros son predecibles a tal grado, que las historias se repiten, que nada puede cambiar, que yo como individuo no puedo elegir ser otro y vivir de una u otra forma, es decir... una suma indecible de imposibilidades autoimpuestas cuya única seguridad es resguardarnos en una aspirina emocional que sólo atiende al síntoma de mi verdadero mal.

Cuán violento y grosero puede ser asumir que la persona que nace ante mí, el nuevo rostro que descubro cuando cúpido toca a mi puerta, no es otra cosa que el remedo de todos mis rostros pasados, como si lo que le correspondiera a quienes ya están ausentes, esta nueva faz lo tuviera que pagar.

¿No merecemos darnos las oportunidad de ser otros y conocer a las nuevas personas en su aparecer, como un acto de justicia, verdad y reparación?

Quizá los territorios conocidos, sin importar la infelicidad que los nutre, son siempre reconfortables islas de placeres pactados y negociados que, al menos, nos regalan la certeza de un ("supuesto") predecible mañana. Una suerte de conformismo doliente que vivimos con dicha... porque asumimos que, al final del día, merecemos sufrir...

No sé... yo aún creo en la voluntad, no porque sea un camino menos doloroso, todo lo contrario... sus pesares no conocen analgésico posible, sino porque si sólo una cosa tenemos en nuestras manos, en medio de un mundo lleno de restricciones y dadas todas las características que nos limitan como humanos, es ser felices ... De ahí que, para cada quien, descubrir los caminos de su singular plenitud amorosa no puede ser la "irremediable desventura" de historias trilladas y personajes de vida estigmatizados...

Ser únicos es nuestro don, desperdiciarnos en la medianía del lugar común es la más grave injusticia que podemos cometer contra nosotros mismos.
Finalmente, sólo la honestidad ante nuestro propio espejo marca los nuevos límites de una voluntad que se asume libremente feliz.


Y tú ¿feliz o conforme?

Hasta pronto mágicas tortugas!!!


tortuga enamorada y feliz... que se resiste a conformarse...



jueves, 9 de julio de 2009

interrogantes

de encuentros y desencuentros...

A pesar de que ya no tengo 20 años, es un misterio para mí cómo un día puedes simplemente hablar con alguien (sentirte a su lado como si de siempre se hubieran conocido) y cómo, en un instante, esa persona se descubre ante ti como un extraño... Y es que cambiamos imperceptiblemente... Al dormir quizá adivinas que el ser que te enamora en otros brazos ama... pues el corazón sabe con verdad... no necesita palabras.

Es en ese pequeño umbral de incomprensión irreconciliable, de medias verdades, ocultamientos, frases no dichas, secretos no revelados, de duda y desconfianza, preguntas nunca hechas o respuestas evadidas, en que descubres que es tiempo de partir.

Hay algo curioso en las palabras: cuántas más necesitas para decirte ante los demás, más irrelevantes son... Mientras más tiempo tienes para pensar todo aquello que necesitas saber y decir, más lejos estás de esa alma con la que quisieras poder hablar... es decir... esta persona ya ha partido y tú debes reconocer que te encuentras en un indecible monólogo.

Y es cuando descubres las razones de todos tus monólogos que tus letras pueden ser más allá de ti, más allá de esa única voz que querías escuchar... vuelan y cantan al oído de todo quien las quiera escuchar, trascienden la subjetividad de tu experiencia y se regalan para nutrir y acompañar las experiencias de los demás.

Con magia de tortuga... recuperas la sonrisa y aceptas la finitud de tu propio corazón... y ¿por qué sonríes? si quizá el alma se te quiere apretujar con tristezas (de ayer, de hoy... de siempre) simplemente, porque cuando alguien habita tu alma con verdad vence toda finitud, con distancia o sin palabras, te acompaña y acaricia... cuando los falsos amores se marchan... (y, como diría Aute: "queda la música").


Y tú ¿cómo dialogas con tus monólogos?

Hasta el domingo... (es decir... hoy... Disculpen tortugas... se acumulan los días y las aventuras de la tortuga mágica... mientras las horas de vida se aceleran e intensamente me arrastran a ser...)






miércoles, 8 de julio de 2009

justicia

... miedo... liberación... perdón y dicha...

Cada vez que esta tortuga se interroga por lo justo se sumerge en paradojas indecibles... hace varios años, hice una disertación al respecto, la cual les comparto al calce de este espacio. Al releerlo, me reafirmo...

Si lo justo no conlleva en sí el inmenso placer de vivir... algo en su sentencia transgrede la integridad humana.


Y tú ¿vives justamente?

Hasta mañana!



...

CRECER AMANDO
El ethos de la pólis

Noviembre, 2003.

Vivimos en un país sin oportunidades, somos un estado sin justicia. El futuro se vuelve desalentador desde la incertidumbre de un modelo económico que considera que los ciudadanos son variables constantes de una ecuación lineal y que modela con singular indiferencia las decisiones económicas de nuestra vida, cuando no es remotamente capaz de intuir la maravillosa complejidad que nombra y significa: vivir.

La racionalidad económica afirma que somos sólo una voluntad egoísta cuya única motivación es optimizar beneficios a través del uso de recursos económicos escasos, bajo el presupuesto de que el consumidor es racional y, por lo tanto, no va a querer algo que no le reditúe en su mayor placer... otro de los presupuestos es que el principio de equilibrio asegurará la eficiencia del mercado, si, y sólo si, todo se comporta de acuerdo con los presupuestos del modelo y si, cada vez que calculamos el valor de una variable, el comportamiento de todas las otras permanece constante, esto, bajo la firme convicción de que la eficiencia del mercado es lo mejor per sé.

Y quizá, el presupuesto más grave es que el precio de los bienes materiales que entran a la libre competencia del mercado lo determina el consumidor desde su libertad de elegir qué comprar y qué no comprar. Sólo que para que este último se cumpla, tendríamos que gozar todos de un ingreso mínimo que garantizara un marco de acción tal, en el que yo realmente escojo cómo distribuir mi gasto... lo cual, creo, no pasa en un país donde más del 40% de la población vive en condiciones de pobreza, y la mayoría relativa del tanto restante vive para trabajar y subsistir en vez de trabajar para vivir y crear su existencia. En este sentido, sería sensato ver que, si nuestra realidad es ineficiente, el equilibrio será un mercado ineficiente, que compense, en la práctica y de manera inmediata, el efecto perverso de las condiciones abusivas bajo las que se gestó lo que hoy conocemos como los Estados Unidos Mexicanos, y que no podemos seguir esperando que las matemáticas avalen la rentabilidad de esta compensación. Las matemáticas sólo podrán avalarlo cuando tengamos un dominio preciso de todas las variables en juego y un dominio de los cálculos adecuados para cuantificarlas, lo cual puede no llegar a ocurrir, pero la vida no se puede postergar hasta entonces, hay que resolver lo evidente, tengamos o no el discurso perfecto para justificarlo. En último término, las matemáticas son lenguaje, no saber, son una herramienta, no un propósito en sí mismo.

No se puede negar que el mundo sería más afortunado si muchos de estos presupuestos se cumplieran, el hecho es que no se cumplen y vivimos sometidos a una lógica metafísica, cuyo discurso está lleno de idealidades que trascienden por mucho el bello sueño metafórico de Platón, el hecho es que si no renunciamos a la quimera e inventamos otra manera de mediar nuestra vida a través de la economía, pasaremos a la historia como la civilización que dominó el arte de la infelicidad y la tragedia absurda: ¡consciente de ello! Lo cual nos sitúa en una disyuntiva vital, mientras más libre es nuestra conciencia más esclavo es nuestro placer ¿No les parece esto una innecesaria paradoja?

El talento poético de nuestros no muy preciados economistas llega a uno de sus puntos más álgidos de expresión en la perpetuación de esta idea obtusa de nuestra existencia, que nos proclama víctimas de nuestro impulso egoísta por naturaleza y en la que nuestro placer se convierte en un producto de nuestras limitaciones, cuando además, introducen en su discurso lo que a mí me gusta llamar el elemento masoquista del modelo, mejor conocida como “la utilidad marginal”, y entonces sí, destrona nuestra posibilidad ética adjudicándonos como atributo irrenunciable: el impulso condicionado de Pavlov.

No hay manera de asumir que nuestra existencia se reduce a ser agentes económicos y que el bienestar sólo puede “suponerse” bajo la forma abstracta de una función de utilidad que no se puede calcular con valores exactos (al final del día, la racionalidad económica sí reconoce que la valoración del bienestar es totalmente subjetivo y que difícilmente podríamos saber a ciencia cierta qué valora más cada quien y por qué) No podemos pasar por alto que el placer es una experiencia compleja, temporal y cuya racionalidad escapa a las ilusiones de nuestro muy limitado modelo económico. Es decir, tenemos la posibilidad de elaborar respuestas de placer mucho más allá del trágico ideal romántico en el que el amor verdadero, pleno, se realiza y se vive apasionadamente, precisamente, cuando es imposible, cuando duele y atormenta, precisamente en el margen de la vida, en el salva guarda de la fantasía, en la sublimación de la muerte, en el conflicto y en el melodrama, de tal forma, que si no se presentan todas estas características en el encuentro amoroso yo no valoro igual mi experiencia, de tal suerte, que lo valioso de amar es no poder amar, y el placer se regocija en sí mismo, en su tragedia, en su limitación, en el falso imposible, como si el aquí y el ahora fuera sólo el tránsito hacia la felicidad y no el único espacio para realizarla.

Que tengamos cierta propensión a este mal hábito, no significa que debamos alentarlo, perpetuarlo y menos erguirlo como parámetro de valoración en la construcción de nuestras preferencias. Nuestra posibilidad ética nos permite aprender a disfrutar una bola de helado desde su primera cucharada con toda plenitud y no, conforme ésta se termina, o nos la niegan, irla deseando más, o estar sufriendo porque se acabará, entonces mejor no la como, o saciarse a tal punto que deje de ser placentera, entonces me siento culpable por haberla comido, en fin, nuestra posibilidad ética permite reconciliarse con el hecho de que la experiencia del placer no es eterna ni constantemente intensa... nos permite asumir la vida desde la realización de la dicha, el reír, la armonía y la paz íntima.

Por lo tanto, el parámetro de nuestras decisiones económicas está constituido por la libertad de gozar los eventos conforme ocurren, conforme son, no conforme durarán, se acabarán, me saciarán; ya que éstas son acciones hipotéticas, condicionadas. Pero el valor que tiene para mí el placer presente no es hipotético, es el valor que tiene para mí la vida misma. De ahí que no están por un lado las decisiones económicas y luego por otro lado las decisiones éticas, todas nuestras decisiones son éticas, incluidas las económicas, el modelo subsume las éticas a las económicas bajo el entendido de que son independientes.

El modelo asume que lo racional es evidencia de lo real y que la economía no debe contaminarse de valoraciones éticas, ya que se postula como “ciencia exacta”, objetiva, que sólo da razón de lo conveniente y no conveniente de acuerdo con las leyes económicas. Pero a la vida le es indeferente la conveniencia económica, la vida es más allá de lo que las leyes económicas perpetúen, y la economía es un medio para la vida, es el arte de administrar los recursos escasos para optimizar, no los beneficios económicos, para optimizar las condiciones de vida de todos los miembros de una comunidad, si la economía no puede hacer esto es un fracaso, porque su razón de ser es la vida. Es decir, la razón de ser de todo lo que hemos construido a lo largo de la historia es estar vivos.

Mientras el poder político no sea más que el catalizador de frustraciones personales que se subliman a través de ejercer lo que se conoce como “servicio público” bajo el pretexto de trabajar para el bien del pueblo, pero en donde, nadie asume responsabilidades directas porque todo es culpa “del sistema”, ese ente milagroso que aparentemente existe de acuerdo a reglas propias y ante el cual los funcionarios públicos no pueden hacer nada porque hay “otros intereses”. Mientras esto ocurra, los ciudadanos serán esclavos de las instituciones por ellos mismos creadas y reproducirán el absurdo de una legalidad enajenada en su concepto, sin enterarse de que la vida se les escapa en cada instante. Sin llegar a ser olvido de la felicidad, pues donde se pierde el amor, el entusiasmo, donde eros es el gran ausente y desconocido, no hubo dicha realizada ni efectiva, no hubo plena conciencia de vida. No hubo justicia.

Lo justo es, entonces, vivir, amar, ser, es pura afirmación. Todo abuso a la realización de una vida que se asume como propia desde el compromiso, la responsabilidad y el placer, toda trasgresión al proceso de realizar la paz íntima, es una manifestación injusta de la realidad, por más mínima, tenue, velada, oculta, discreta, inconsciente, bien intencionada, que ésta sea. Si trasgrede el espacio de la ética es un acto que no hace justicia a aquello que la vida es.

Cuando Alain Toraine se cuestiona...

“Si la democracia no es más que un sistema de garantías constitucionales, ¿quién la defenderá cuando sea amenazada? Si la sociedad no se concibe más que como un conjunto de mercados y procedimientos, ¿quién arriesgará su vida para defender las libertades políticas? ¿Cómo combinar estas dos convicciones: no hay democracia sin limitación del poder, y tampoco la hay sin búsqueda de la “vida buena”?... la democracia es el régimen que reconoce a los individuos y a las colectividades como sujetos, es decir que los protege y los estimula en su voluntad de “vivir su vida”, de dar una unidad y un sentido a su experiencia vivida. De modo que lo que limita el poder no es sólo un conjunto de reglas de procedimiento sino la voluntad positiva de incrementar la libertad de cada uno. Tarea que sería contradictoria si pudiera llevarse a cabo enteramente, porque disolvería la sociedad, pero que se pone en práctica en las sociedades democráticas, en oposición a las fuerzas de dominación y control social, para acrecentar la parte de iniciativa de cada uno y su búsqueda de la felicidad, haciendo que cada actor social reconozca los derechos de los demás a formar proyectos y a conservar la memoria.” (Touraine, 2001; p.274)

Nos sitúa en el ámbito de la responsabilidad que implica elegir ser un ciudadano democrático, pues no se nace democrático, se elige vivir democráticamente, desde lo justo. Se elige asumir la política como forma de vida a la vez que se asume el compromiso de ser agentes de la vida social y no víctimas indefensas del trágico devenir del mundo.

Un estado que no está dispuesto a invertir en generar las condiciones de posibilidad para que los ciudadanos se constituyan democráticamente y se reconozcan desde su libertad ética como los únicos dueños de su imaginario social y del curso de su historia, no es un Estado, no alcanza a realizar el concepto de la pólis, es sólo un territorio habitado por extraños en guerra a muerte por sobrevivir.

La vida: un amor realizado en la voluntad, el carácter y la educación. El pecado original: el miedo... de crecer, de ir más allá de esta primera concepción de lo humano en donde todo parece estar condicionado de manera inamovible, el miedo a descubrir los alcances de nuestra plenitud y experimentar en carne propia la aventura del placer. De ahí... la envidia: esa mala consejera del espacio conceptual en donde construimos el espejo de nuestra actual cotidianidad, una respuesta asociada a la internalización del placer que sólo refleja la propia frustración, a mayor infelicidad mayor desempatía ante cualquier manifestación plena de vida. Y entonces... la competencia voraz: instinto de muerte en donde la única opción es la locura.

Desde la valoración de un ser humano que se define en su posibilidad de crecer y reconoce como su mayor beneficio el amar, se abre en la convivencia el espacio para el cariño, la ternura, la amistad, el suave sentir, la entrega, el perdón, el compartir, el diálogo y la palabra franca... el respeto. Se clausura el instinto de desconfianza que despierta la sonrisa desde la envidia, se instaura la ironía que goza y ríe la relativa contingencia de lo que somos, con humor se desprende de sí mismo, crece y con orgullo dice ése fui yo. De este modo, comprometerse con aquello que nos apasiona, tener como mayor pasión VIVIR: vivir enamorado de la vida. Finalmente, el placer es la coyuntura en la que todos los actos de nuestra vida logran hacer sentido.

Compartir la pasión dialéctica que implica amar el conocimiento se impone como el reto que la filosofía no ha sabido cumplir. La gran deuda de los filósofos con la vida es guardar, para sí, el puente de la autoreflexión que llena de sentido la posibilidad de valorar la existencia y decidir sobre ella, y no atreverse a renunciar a la vanidad de ser los únicos guardianes de esta satisfacción. Minar desde la filosofía los espacios públicos, la vida privada, y hacer de nuestro imaginario social un sublime cotidiano... AMAR… es lo que nos corresponde.

Poema de Hadewijch de Amberes
XV

La estación se renueva con el año,
los días, ayer sombríos, brillan ahora.
¿No es maravilla que no sucumban
quienes desean el amor y de él se ven privados?

Del año nuevo comenzó ya el dulce reinado.
Quien decidido esté con toda el alma
a nada escatimar al amor,
de su pena obtendrá provecho.

Por el contrario, al alma que su esfuerzo ahorra
y manifiesta su escasa nobleza
entregada a alegrías extranjeras,
¿puede no parecerle duro el servicio al Amor?

Pero quienes nacidos del Amor,
escogidos para compartir su esencia,
nada evitan por alcanzarlo,
viven un tormento sagrado.

Desde el momento en que nos toca la sublime naturaleza
[del Amor,
soportamos gustosos sus trabajos,
y por excelentes que sean nuestras obras
no dejan de parecernos imperfectas.

Gran desdicha sería para el hombre noble
si prestando oído a voces profanas
dejara de realizar esas nobles acciones
que dan una sed siempre nueva y nueva plenitud.

Hambre y saciedad inseparables
son el patrimonio del libre amor,
como saben siempre los amantes
tocados por su pura esencia.

Saciedad: pues el amor viene y nos colma.
Hambre: pues se retira y nos deja entre llantos.
Sus consuelos más bellos son cargas abrumadoras;
sus asaltos más violentos, delicias renovadas.

¿Cómo nos sacia la llegada de Amor?
Se le degusta, maravillado: ¡es él!
Nos sienta en su trono sublime
y nos prodiga sus inmensos tesoros.

¿Cómo es hambre la negación del amor?
Cuando no podemos conocer como debemos,
ni gozar lo que deseamos,
nuestra hambre crece hasta el infinito.

¿Por qué esas dulces claridades nos abruman?
No logramos acoger sus presentes,
ni las podemos expresar con palabras
y no sabemos en qué fijarnos ni un instante.

Pero el noble Amor nos hace encontrar alegría
en su mismo furor, día y noche:
el puro abandono es el único recurso
que subsiste con él.

Así os recomiendo al santo Amor,
a vosotros que queréis conocerle:
velad siempre con celo renovado
para no abandonar su morada interior.

Que una luz nueva os dé nuevo celo,
obras nuevas, plenitud de nuevas delicias,
nuevos asaltos de amor y un hambre nueva tan inmensa
que eternamente el nuevo amor devore sus dones nuevos. (Str. Ged. XXXIII)


Bibliografía:
Touraine, Alan, ¿Qué es la democracia?, 2001, México, Fondo de Cultura Económica.
Amberes de, Hadewijch, poemas. Tabuyo, María, editora y traductora. El lenguaje del deseo, 1999, Madrid, Trotta.


martes, 7 de julio de 2009

jorgenrique adoum

es proletario quien ningún poder tiene sobre el empleo de su vida

me duele no estar herido de odio oficial sino de adioses

Mientras tanto el otoño te empujaba hacia mí con hojas en el pelo y una hojarasca de proyectos te cubría las rodillas

de qué me sirve el viernes sin la noche entre tus ingles -la otra realidad en que creo ferozmente-

La lucidez es esta conciencia de la muerte que me atisba

allí donde decía "despertar:quitar el sueño al que está durmiendo" escribo: "gana de no dejarla ir y recomenzar la víspera al revés desde el mediodía"

y rehago mi Larousse: Iéna no es más ciudad de Alemania ni victoria napoleónica sobre los prusianos, sino nuestra victoria sobre nuestro miedo a ser felices, el sitio donde amanecimos definitivos, metidos en el otro.

(tal vez de tanto tocarte te he envejecido un poco)


Siguiendo estas letras tuyas, de mayo de 1968 (¿siglo XXI?) [mai 68 (XXIe siècle?) que amorosamente me obsequiaste en mi última visita, recuerdo no sólo ese último rostro en el festejo de mi madre, rememoro tantas otras ocasiones en que me regalaste un diálogo fraterno, sonriente y generoso... extraño el exquisito gusto de música, cigarrillos, charlas, vino y ricas cenas con Nicole... Sé que no compartimos mucho, a veces, basta sólo una mirada para saberse... pero si tuviera que decir de ti...

mágica tortuga libre
dichosa gozó la convicción
de vivir la política y de sentir
en sus letras el amor...

Gracias!!

Descansa en paz, tu familia amiga cuidaremos de tus tres bellas tortugas...


Y tú ¿cómo te despides de las almas que han tocado tu vida?

Hasta mañana!!!

... al fin mi encomienda maestra está en su último tramo para mi liberación... así que he vuelto...