domingo, 24 de julio de 2016

domingo de paz...

Probablemente el domingo es el día más enigmático de todos los días de la semana. Nos abraza el descanso. Nos brinda un suspiro de espiritualidad. Es el tiempo dedicado a preparamos para la nueva semana que empieza. A veces, es el día de la familia, de los amigos o simplemente... el día del hogar. Se cubre de cierta nostalgia o melancolía. Sabe a regalo de libertad breve. Y siempre se acompaña de un aire más ligero... como si por un instante perdiéramos el peso de nuestras tareas pendientes y éstas, en vez de responsabilidades, se tornasen ocupaciones reconciliadas. La semana con sus angustias quedó atrás y la esperanza de un comienzo, como una oportunidad renovada de cumplir con nuestros anhelos, se abre ante nosotros cuando sentimos que llegado el lunes podremos hacerlo mejor. Quizá son tales expectativas lo que hace que el inicio de cada semana nos haga amanecer ya cansados...


Y tú... ¿qué vas a hacer esta semana?




¡Dichosa última semana de julio y felices noches de verano!
...llenas de magia de tortuga...

sábado, 23 de julio de 2016

luna llena...

de viento, lluvia y sol.


La vida no es un juego en el que se gane o se pierda. En estricto sentido...no es un juego. Disponemos sus reglas de acuerdo con aquello que tiene sentido dentro de nuestro entorno cultural y con base en aquello que valoramos como personas. Dibujamos nuestra figura a través del espejo de nosotros mismos, de quienes son parte de nuestra vida y del entorno social al cual pertenecemos. La imagen de nosotros mismos se nos aparece sin fisuras en el margen. Es un trazo acabado, cuidadosamente delineado, luminoso y colorido...sin embargo, es un trazo que es real gracias a los claroscuros que lo hacen posible. No importa cuán radiantes nos apreciemos a través de nuestros ojos...existe un punto ciego...del cual solo la experiencia compartida nos puede dar cuenta con exactitud. Todo aquello que afirmamos ser se forja conforme nuestro carácter es capaz de acrecentarse bajo la mirada de los otros y a la luz de nuestros errores, debilidades y defectos. Podemos escapar de todas las miradas. Pero jamás podremos escapar del escrutinio de nuestras propias verdades. En nuestro fuero interno, en nuestra soledad y en nuestros días más oscuros somos incapaces de mentir...de mentirnos a nosotros mismos. Pero es tal la decepción que podemos llegar a sentir de nosotros mismos, cuando descubrimos que no hemos alcanzado ser la figura bajo la cual nos imaginamos, que preferimos proteger con gran ahínco los rincones más recónditos de nuestra vanidad. Finalmente, es más sencillo reprochar a otros la responsabilidad de aquello de lo que carecemos. Como más satisfactorio es compadecernos de nosotros mismos y apelar a la compasión para justificar nuestros horrores. 

Ser humanos es también ser débiles. A veces llega el tiempo de reconocer que hemos perdido...no siempre se trata de tener la razón. Ganar solo tiene sentido si asumimos la vida como un juego de muerte: una batalla en la cual solo se trata de sobrevivir a toda costa. El fracaso, el error, la equivocación, la pérdida, el desamparo, el extravío...nos son tan propios como la felicidad. La vida es una aventura llena de metas, logros, retos, aspiraciones y satisfacciones. No hay un mapa fijo de ruta. No hay otro destino que el que decidimos forjar con nuestras propias manos. Y en este camino, si nunca sentimos que hemos fallado...lo más probable es que algo estemos haciendo muy mal. O esperamos muy poco de nosotros mismos o nos conformamos con el convenio objetivo del "éxito" en el cual las cartas están marcadas y nunca corremos el riesgo de barajarlas con los ojos cerrados: de sorprendernos ante lo impredecible. Y lo más seguro es que, creyendo que todo está bajo nuestro control...nos estemos perdiendo de vivir aquello que realmente vale la pena ser vivido. Dormidos en el aletargamiento de palabras que nunca se atreven a ser dichas. 

Hacer lo correcto, hacer lo justo...poco tiene que ver con las reglas bajo las cuales nos comprendamos a nosotros mismos, mucho menos tiene que ver con lo que las personas esperan de nosotros o piensan que debemos hacer de acuerdo con sus parámetros de moralidad. La mayoría de las veces se trata de trascendernos a nosotros mismos y reconocer que hay motivos más loables que la simple conservación de nuestras razones y certezas. Que la sobrevivencia es el reducto de la mezquindad y que la vida es un caudal totalmente fuera de nuestro control.

Cada vez que tropezamos, crecemos. Y cada vez que crecemos alcanzamos el verdadero valor de nuestra libertad. 


Y tú... ¿te atreves disculparte por tus errores?



Feliz sábado hermosas y libres tortugas....

domingo, 10 de julio de 2016

25 años...

...de crecer y vivir. 

Llegó el día de la gran reunión, hace un mes, tuvimos la dicha de compartir un encuentro de compañeros de Colegio (o de Preparatoria según sea el país), conmemorando 25 años de habernos graduado del bachillerato: "Generación 1991" del Centro Educativo Isaac Newton. Quito-Ecuador.

Confieso que tuve un momento de "pánico escénico", pese a la gran emoción y expectativa que habitaba en mí, sobretodo, al ser considerada para poder coincidir con la fecha en que fuimos convocados. Finalmente, recuperé el entusiasmo y me regalé la posibilidad de vibrar por unas horas al ritmo del bello pasado que compartimos. 


Lo que ocurre a lo largo de la vida es que nos vamos configurando con base en las experiencias comunes. Es obvio que cada uno de nosotros teje su propia historia, conserva sus propios recuerdos y atesora de manera única y particular cada una de estas experiencias. Al mismo tiempo, hay un pedacito de cada uno de nosotros en quienes han formado parte de nuestra vidas, así como, en nuestro corazón vibra un latido de cada uno de quienes han coincidido con nuestro camino. Gracias.


Fue un día realmente feliz, lleno de detalles y sorpresas hermosas. Los abrazos, el cariño, el reencuentro de las sonrisas. La emoción del relato. La certeza de tener un pasado. La dicha de habernos convertido en las personas que soñamos ser. La amistad más allá de cualquier frontera. El cariño infranqueable de una adolescencia bien vivida. La fraternidad y la solidaridad de un grupo de amigos que ahora se descubren a partir de un nuevo rostro. El orgullo de nuestros logros, que son, de muchas formas, logros comunes.


La emotividad fue más grande que cualquier relato y se abrió la puerta para volver narrarnos. Se antojan más encuentros renovados para saber más detalles de cada una de nuestras vidas. Reír, sonreír, bailar y conversar con alegría. Una y otra vez...una vez más.


Por mi parte, hay muchas cosas que contar, 25 años son, finalmente, 25 años. Además de que descubrí mi identidad "Nini"... con algunos agregrados... ni joven, ni estudio, ni trabajo, ni casada ni hijos. Lo cierto es que no tengo nada que lamentar. 


La juventud después de los 40 es, probablemente, la mejor de todas las juventudes. Bauticé esta década en la que nos encontramos, como "la última juventud y la primera vejez"... definitivamente, el mejor espacio de la vida adulta. La serenidad mezclada con la apertura al futuro, sin haber perdido la frescura y la esperanza de los primeros sueños. Logros fincados y nuevos sueños por venir. Ya no somos unos desconocidos para nosotros mismos y, una vez que logramos superar la frustación de todo lo que no fuimos o hicimos (por elegir ser y hacer lo que en su momento valoramos como lo más importante), sólo queda la satisfacción de descubrirnos como arquitectos e ingenieros de nuestro destino. Con la bendición de que todavía queda un largo trecho para tomar nuevas decisiones y cultivar los anhelos pendientes. Conservamos la docilidad de quien es capaz de dejarse conmover por otras vidas, junto con la fortaleza de conservar nuestra esencia como el bastión de nuestro carácter. No pudo ser mejor el momento para volvernos a ver y, haciendo un alto en el camino, abrirle la puerta juntos a los próximos 25 años que, sin duda alguna, serán aún mejores. 


Vivo en México, sin dejar de conservar un cariño infinito por Quito. El estudio ha sido, en mi caso, la brújula de mis pasos. En enero concluí un doctorado en ciencias, especializándome en la disciplina bioética. Soy filósofa e hice una maestría de políticas públicas. En el camino también he trabajado en distintos espacios (docencia, investigación, política educativa, bioética, derechos humanos), los cuales no se han renovado todavía y, por de pronto, estoy desempleada. Estoy dedicada a renovar energía y a volver a mí, en medio de la búsqueda de empleo; la cual es un nuevo trayecto cuesta arriba en el que todavía no aprendo cómo caminar con pasos firmes. 


Aún sin haberme casado, he tenido la dicha de amar y conservo la fe en que el hombre nacido para mí llegará en cualquier momento a mi vida y me sorprenderá de manera feliz. Los hijos, será más prudente decir: el hijo, también está en ruta de viaje próxima. Realmente, es mi sueño más grande...ser madre, consolidar una pareja y formar una familia. 


Este año ha sido de transición y consolidación, ciclos que concluyen, puertas entreabiertas que todavía no están definidas y, sin percatarme, me acompañan nuevas preguntas: ¿y ahora qué sigue?¿qué quiero hacer de ahora en adelante? ¿cuál es el lugar para mí? ¿dónde fincaré mi futuro? ¿cuál es mi destino? ¿quién soy ahora que me he convertido en la mujer que soñé? ¿dónde voy a trabajar? ¿a qué me voy a dedicar el resto de mi vida? Y he decidido disfrutar cada uno de estos días nutridos de interrogantes... hasta que los sueños de mi vida me arrebaten una vez más...


Mi días transcurren en medio de un bosque de ensueño, junto a cuatro personas caninas: Mila, Kio, Aika y Kara; y tres persona mininas: Nut, Isis y Aghape. Quienes me mantienen en contacto con la cotidianidad, ocupan gran parte de mi rutina y me enseñan la grandeza del amor incondicional.


Los quiero siempre queridos amigos, gracias por este lindo reencuentro y felicitaciones por la grandeza de sus logros. Que Dios los acompañe siempre. Amén.



Y tú... ¿qué has hecho los últimos 25 años?




Abrazo inmenso lleno de sol y magia de tortuga.
FELIZ JULIO LLENO DE LUZ Y SALUD...