...a campo traviesa.
La elocuencia llega de la mano de la creatividad. El acontecer nos muestra los caminos abiertos para avanzar. Con talento: fruto del empeño. Llegan las mieles.
La luna brotó con todo su esplendor... sacudiendo las aguas y despertando las tierras. Al baile de las olas se sumó: como melodía cristalina; y, en efervescente vuelo de amor, se envuelve a la mar. Bendecida.
Y bueno, ahora que se arrima el octubre... de amor: la celebración octogenaria que comulga, al cierre de septiembre, las Iglesias renovadas tanto como la Biblia, en conjunción con la fertilidad de la cosecha próspera a lo largo de Oriente y de Occidente; es un buen tiempo para abrazar el destino en que la balanza ocupa el arco que abre la vista de la Tierra hacia el Sol. Bajo el signo de Libra. Y viceversa. Bajo el signo de la Rosa. De ahí la guarda Angelical que en 20 Misterios honra la pureza, la gracia, la gloria, la luz y el poder de la Santa Cruz. Al unísono. Con Fe. Bienvenido el mes en que recibimos a nuestra Señora de Paz. Amén.
Son tiempos de asombro y de dejar pasar la mundanidad en su acontecer hasta ver el retoño de su brillo con verdad. La política puede espera cuando su gesta es todavía tan precaria. Al grado de no estar por visto lo que en realidad será el escenario electoral en nuestro país. Son días de abrevar del milagro de la naturaleza al nacer cada día en su inmensidad: con la certeza de que estamos vivos y somos felices. Y dejar a cada quien en su hacer. Vivir y dejar vivir: con respeto.
Es una época para regalarnos con desbordada alegría nuestros tesoros del alma. Despertar a la realidad sin disimulo y con franqueza, en aras de la justicia brindada con bondad. Recibir con generosidad lo que una mano solidaria nos quiera brindar, tan sólo por amor. Y ser leal a uno mismo si acaso tal abrigo fuese negado, tan sólo por libre voluntad. Con convicción en que la gratitud es dar sin recibir y recibir con reciprocidad. Confiar en un futuro feliz... sin temor a las contingencias del presente. Dejar ir lo que no fue... ni será: porque no es. Y abrir las alas de la virtud para el cielo colmar.
Por mi parte, les quiero regalar la noticia de mi primera publicación LA IMAGEN DE LA FELICIDAD. Si despierta su curiosidad: abracen la lectura. Si no es para ustedes: déjenlo pasar. Si al colmarse de estas letras, encontrasen dicha: aférrense con fuerza hasta el final. De lo contrario, sin pena ni bochorno... suelten aquello que no es de su satisfacción. Pues sólo se vive una vez y cada instante es magia que no debemos desperdiciar jamás: en algo que no nos haga feliz. Y si algo conmigo quisieran compartir de lo que se vuelve propio una vez que se lee por sí mismo: feliz soy de dialogar tales experiencias y adivinar si es que en mi voz hubo un susurro de mi ser o fue un eco de alma ajena lo que conjugó de sentido aquello que quise componer. Un libro se escribe una vez: pero cada vez que se lee se recrea de formas inimaginables. Me anima poder asombrarme de todo lo que no imaginé que podían significar mis palabras una vez que alguien más las hace suyas. De lo vuestro nace la inspiración... de lo mío propio: la creatividad.
Y tú... ¿despliegas tus alas ante el vuelo de la verdad?
one two three...
¡Qué Caramba!
Sean felices
mágicas tortugas...
que habitan en
mi caparazón.
Y al cierre del 7
(que es 6 y 5 a la vez)
...quiebra en el 8:
el canto de lo que
no se dice al revés.
Con el mejor vino:
de su caparazón.
Ad Infinitum