miércoles, 20 de febrero de 2008

trabajo e identidad

Buenos días mágicas tortugas:

Ya decía Marx, inspirado en la dialéctica hegeliana, que nos reconocemos a través de nuestro trabajo. Fincamos un rol en el mundo, llenamos de sentido nuestra rutina de actividad. Tenemos un adónde ir cada mañana. Pertecemos a un orden que sujeta nuestro caos personal. Y cuando somos afortunados, nos realizamos en nuestro hacer.

Uno de mis primeros jefes decía que el trabajo no tiene el propósito de hacerte feliz, para él, la felicidad está en otras dimensiones de la vida y de la existencia. Para otros "el trabajo es tan desagradable que hasta te pagan por hacerlo". Habrá quienes sí son felices en su trabajo y gracias a su trabajo, o para quien sí haya agrado en su ocupación laboral. Sin embargo, parece que no es condición indispensable ese espacio de dicha que puede, o no, brindarnos nuestro tiempo de trabajo. Por otro lado, entonces, qué lo hace tan indispensable. Obviamente, el sustento. Aparejado con éste, la libertad de la manutención y el alivio de poder satisfacer gustos y necesidades. La fortuna de ser. El regalo de planear un futuro inmediato e incluso de proyectarte en el largo plazo. Reconocimiento y respeto. Pertenencia, propósito y utilidad.

Ante esto ¿qué nos hace dichosos? ¿trabajar? o ¿tener sustento? Y, en este punto, tendré que diferir con quienes dicen que el trabajo no se ocupa de la dicha, así como con quienes creen que basta el sustento para tener la fortuna de ser.

Para mí, ser feliz en el trabajo viene primero que el sustento, pero, sin sustento no se puede siquiera vivir. Cuando cualquiera de los dos falta, algo se empieza a diluir en nuestro interior. Angustia, enojo y miedo nos encarcelan.

Aparentemente, es más fácil lidiar con un trabajo infeliz si se cuenta con un sustento seguro. Ciertamente, obtenemos más certezas de este modo. Aunque se subestiman los costos de la falta de realización y alegría, el caer en una monotonía que nos resuelve la existencia pero no la vida. Por otro lado, al tener que lidiar con la falta o la demora del sustento, nuestra capacidad de gozar y el sentirnos realizados en la vida es lo que nos da la fuerza requerida para no perder la razón ni sucumbir en la espera de un futuro posible... lo que nos brinda el ímpetu para existir. Y, ciertamente, esto también es una certeza de vida.

En el primer caso, la carencia no es tan evidente, la libertad económica nos permite, con facilidad, disimilar las verdades de nuestra alma. En el segundo, nos vemos más desprotegidos de lo que en realidad estamos y nuestra alma se muestra al desnudo como única posesión.

La carencia del sustento nos obliga a confrontar los vacíos que han venido acompañando nuestros días. Nos muestra otra cara de nosotros mismos, nos recuerda nuestras debilidades. Esto nos fortalece sin artificio alguno.

La carencia de dicha y realización en nuestro hacer nos corroe y obliga al olvido de sí. Al ocultarnos de nosotros mismos, insensibles nos volvemos a todo lo que ocurre a nuestro alrededor, e incluso con crueldad juzgamos y miramos. Nuestro rostro ajeno se reproduce sin pensar en si somos dichosos o no.

En cualquier caso, nada nos libra del esfuerzo de vida que es el trabajo, ni del trabajo que es la vida. Lo triste es que tengamos que elegir entre trabajar con alegría o subsistir con holgura. Lo injusto es que nuestra identidad dependa de un salario. Y que la dicha se subestime en nuestros días. Lo absurdo es que el trabajo esté tan mal administrado y, por razones matemáticas, no alcance para todos. Y ahí, ni dicha ni sustento, sólo esfuerzo y desesperanza.

Afortunados todos quienes cuentan con dicha y sustento, y libres recuerdan cultivar su corazón. Dichosos todos quienes gozan de sustento. Felices quienes, aún sin sustento, con dicha trabajan. Y bendecidos aquellos que gozan su identidad y fuertes se reinventan a sí mismos cada día, sin importar con qué cuentan.


Y tú ¿quieres dicha, sustento o feliz bendición?


No olviden con magia de tortuga esta noche el eclipse mirar y en esta luna llena amar. Hasta mañana!!

MAGIA, HAZAÑA y LUZ, aún en receso obligado, les recuerdan que pueden acudir y solicitar antojos y preferencias.

mlojiux@yahoo.com

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