El fin de semana se fue volando y marzo ya llegó a su tercer día. La luz del sol se expande y el frío se marcha. La esperanza se renueva con la fuerza de la luna que tímida vuelve a crecer. Las mariposas blancas regresan hermosas como presagio de los días por venir.
Y el amor... aguarda sus caricias, se anima de nuevas energías, se inspira en la soledad creativa, lleno de las interrogantes de febrero... anhelando las sorpresas de marzo.
De vez en cuando, hace falta dar un vistazo a las fotografías... con el intento de armar un nuevo rompecabezas emocional, recordando todas las piezas que lo han conformado desde el día que nacimos. Yo llevaba tiempo sin mirar las imágenes del ayer, mas que a través de las distorsiones de mis propios recuerdos, bajo el arbitrio de mi memoria. Y de pronto descubrí: el relato actualizado de mi propia vida. Las pérdidas, los grandes cambios, las distintas etapas de mi crecimiento y las personas con quienes compartí, desde lo profundo, hasta lo profano, pasando por lo banal y lo ridículo. Los días felices y las promesas de un futuro ahora cumplido. Me conmocioné, recuperé el orgullo ante mí misma.
Y ahora estoy elaborando hermosos y emotivos montajes para no volver a olvidar de dónde vengo, quién fui, quiénes han sido mis seres más queridos y entrañables. En conclusión, en donde reposa toda la posibilidad de mi existencia, la cual ha sido inexorablemente sacudida al convertirme en una mujer de 40 años. Una mujer feliz, afortunada, realizada, con proyectos para mañana, con la fuerza de voluntad para sanar y crecer gracias a las certezas del amor. Ahora más serena y paciente, ahora más segura y prudente, ahora, simplemente: reconciliada. Siempre intensa y apasionada, siempre honesta y comprometida.
Y tú... ¿cómo alimentas a Narciso?
¡Hasta mañana tortugas!
Les deseo una semana de alegrías y paz.
1 comentario:
Hermoso tu espacio, sublime reflexiones, celestial tu alma. No dejes de volar llevando contigo lo que el Creador nos regala al nacer: EL AMOR FRATERNAL.Cada día es un nuevo comienzo de nuestras vidas, pero si continuas cuidando celosamente esa magia de sorprenderte con los más pequeños detalles como aquella mariposa...posee una sensibilidad extrema a la vida y, a todo lo que te rodea. No dejes de realzar tu presencia visitando mis espacios. Te seguiré sin lugar a dudas, por que nos une esa vocación de amor hacia todos.
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