Sin importar cuánto demoren los pasos que vamos dando para dejar atrás los días grises, nuestro destino se cumple. La vida nos sorprende. Y alguna noticia nos obliga a salir de nosotros mismos y vencer el miedo. Volver ahí en donde todo se derrumbó y ver cuán fuertes somos ahora. Atrevernos a caminar con la frente en alto y dar la cara a la vida que ocurre en paralelo y que algún día nos perteneció. Como si fuese posible recuperar por un instante: el tiempo.
No hay manera de descifrar lo que los encuentros significan... sólo podemos entregarnos, dejar que las cosas ocurran y disfrutar el paso de nuestras propias huellas. Sin mirar atrás.
Y tú... ¿abres tu corazón?
Fuerte abrazo...
lleno de magia de tortuga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario