... y la luna.
Con tiempo la mar llega a tierra firme. Toma forma y color de tal manera que se asemeja a sí misma. En su elemento originario. Iluminada.
Al ritmo de su primer baile descubre una vela encendida en el cielo... con todo su esplendor. La luna llena abre Sagitario en armonía con Géminis. Dos constelaciones unidas por la fuerza de la verdad. Lo real se asemeja al encuentro entre dos mundos. Uno perdido y otro eterno. El primero triunfó al aferrarse al pasado... así: perdió la bendición de la felicidad. El segundo venció al no mirar atrás y fundarse tan sólo con amor... así: ganó los latidos del universo infinito. ¿Existe mayor Felicidad?
La soledad es un estado del alma lleno de recovecos. Cuando no se elige... puede ser un gran peso. Al menos que la transites desprendiéndote de toda carencia para descubrir su plenitud. Cuando es la única opción frente al deseo por alcanzar tus propios propósitos... es realmente algo grande. Siempre y cuando nunca olvides que en ti albergas tu completa certeza. La realización de la vida no se mide por el logro común. Es aquello que hecho está con tus propias manos. Sólo cada quien puede descubrir cuáles son sus reales méritos. En un mundo colmado de apariencias y falsas expectativas, abrazar las metas de tu propio corazón es un acto de valentía. Pero la cobardía no da lugar más que al miedo. Así que... ser en soledad (y en silencio: la filosofía se escribe sólo con música) es la dicha más grande que un ser humano puede alcanzar por sí mismo. Sin dejarse vencer por el temor. Para todo lo demás: sólo queda quien sepa en verdad acompañarnos en el camino y guste de nosotros sólo por ser únicos en nuestra autonomía... por ser quien elegimos ser.
A veces, transitamos caminos sin percatarnos que estuvimos más solos de lo que imaginamos porque tarde descubrimos que no hubo quien nos supiese mirar con amor: con justicia y generosidad. Pero la vida es todo menos el cómo nos miran los demás... La vida es descubrirnos con orgullo del otro lado del espejo: una vez que nos miramos a nosotros mismos tal y cual somos. Cual orquídea bajo la luz de la luna llena. Cuyo brillo no cesa. Cuya luz guarda del sol su humedad para en el cielo una estrella encender.
La rareza de los seres únicos es que es común que no llegasen a percatarse de su capacidad sui géneris de ser tan dueños de su especificidad cual son. Son seres mágicos que ignoran cuán one of the kind es su lugar en el mundo. Pueden pasar desapercibidos pero nunca inadvertidos. Iluminan con su presencia sin hablar. Y su voz es una resonancia sin distinción que siempre abre la interrogación... incluso: el desconcierto. Son quienes no tienen temor más que de no ser quienes dicen ser... son las personas más honestas. Su fortaleza es su sublime fragilidad. Son quienes sólo saben amar. Y quienes antes de juzgar se atreven a preguntar... a reconocer que no comprenden: a insistir en saber con certeza aquello de lo cual adoptarán como su propia verdad. Con franqueza y con apego irrestricto a la realidad. Son quienes construyen una vida de sueños cumplidos... incluso si es en el camino cuando descifran cuáles fueron sus verdaderos sueños y lo único real. En total reconciliación con su modo de andar. Sin arrepentimientos. Con alevosía. Con alegría y entusiasmo. Pensar es el acto de libertad por excelencia... siempre y cuando nunca se olvide que nadie puede obligarnos a pensar de un modo que uno mismo, por sí mismo, no pueda concebir. Siempre y cuando el acto de apropiación en el juicio suspendido sea propio. Con arrebato ante el engaño e indignación ante la mentira. Con generosidad ante la vida y con lealtad ante la vida que uno mismo ha construido. Sin simulacros pero sí con recelo... escéptico. Y es cuando la duda metódica toca fondo en el alma y se convierte en el único sendero para saber con firmeza qué es lo correcto y cuál es el lado justo de todo entramado social. Y éste, queridas tortugas, es el basamento de la verdadera amistad. Nos amigamos primero con nuestras propias verdades para poder pensar el mundo en el que vivimos, con verdad, para poder comprender a quienes nos acompañan, en realidad, y para saber cómo queremos vivir, sin más. Así: entregarnos a quienes sí quieren compartir la libertad de ser amigos. Para todo lo demás... mentiras piadosas.
Así Venus hecha orquídea celestial... abraza a Saturno para verse hecha luz en el rostro de la Luna invernal. Centauro, arco y flecha: unen a dos en verdad. Y una es ella cuando él la puede mirar. Gracias.
Y tú... ¿pierdes el pasado o ganas lo perdido?
Que esta Luna
mágica...
pueda ser la Luz
que nos dé un
breve empujón
para no perder la Fe:
con magia de tortuga.
"pendant la éternité"
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