Estaba la tortuga mágica intrigada en medio del bosque, en una bella mañana de sol tenue, frío de lluvia y viento.
Ella pensaba en los dilemas de la tía bio y su tetera... y no hallaba la salida ante su paradoja vital. Solitaria, escuchaba razones y sin razones... diálogos cruzados... palabras pesadas y ásperas. Recordaba a la pequeña hormiga del planeta de los tres soles y descubría en ella temeraria voluntad de poder.
Lo único que la alentaba era recordar a su amigo el mago nada perdido y saber que siempre hay nuevos caminos para recorrer. Que ni amos ni esclavos tenemos por qué ser, cuando podemos libres y con sentido del humor, como el sabio elefante, tomar rutas de selva y dormir bajo lunas de manantial.
Con entusiasmo, anhela la tortuga a su león de fuego visitar y junto con su caballo de plata nuevos senderos trazar. Realmente lo piensa y lo extraña. Como si a través de los días y el tiempo el recuerdo de su voz dejara huellas imperceptibles.
Intrigada esta tortuga mágica, a paso de tortuga, continuaba con sus labores de letra y estudio, sin olvidar su verdad.
Y tú ¿guardas alguna voz en tu corazón?
Hasta mañana... mágicas tortugas.
Lo único que la alentaba era recordar a su amigo el mago nada perdido y saber que siempre hay nuevos caminos para recorrer. Que ni amos ni esclavos tenemos por qué ser, cuando podemos libres y con sentido del humor, como el sabio elefante, tomar rutas de selva y dormir bajo lunas de manantial.
Con entusiasmo, anhela la tortuga a su león de fuego visitar y junto con su caballo de plata nuevos senderos trazar. Realmente lo piensa y lo extraña. Como si a través de los días y el tiempo el recuerdo de su voz dejara huellas imperceptibles.
Intrigada esta tortuga mágica, a paso de tortuga, continuaba con sus labores de letra y estudio, sin olvidar su verdad.
Y tú ¿guardas alguna voz en tu corazón?
Hasta mañana... mágicas tortugas.
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