lunes, 14 de septiembre de 2009

aceptación

Sólo cuando renunciamos a alzar la voz para escucharnos, podemos distinguir cuál es el límite ante nuestro interlocutor y aprender a respetarlo.

Sólo cuando dejamos de librar batallas de vida o muerte con nuestros escuchas, podemos construir un mundo común.

Sólo cuando decidimos soltar el orgullo, logramos decir serenos aquello que nos lastima.

Sólo cuando sabemos amarnos tal y como somos, elegimos con certeza el amor que nos corresponde.


Y tú ¿cómo descubres tus propios impedimentos?

Hasta lo más pronto posible...
tengo una lista de temas pendientes acumulados... prometo recuperar hábitos de tortuga escribana.

Les deseo una mágica semana amigas tortugas.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Bendiciones Tortuga!

Estos consejos tuyos de hoy, me llegaron al alma, como siempre que entro escuchar tus susurros de oráculo.

Te desea buena semana

una libélula