Cuenta el saber de la rosa de plata que, cuando el amor florece, somos bendecidos por el mar, la luna, el sol, las estrellas y, en los ojos de quien nos ama, descubrimos universos impensables, como si todo existiera por primera vez, como si una voz mágica te susurrara, al oído, que fuiste elegido para ser feliz.
Cuenta el saber de la orquídea de oro que, cuando el goce se entrega por amor, somos bañados de miel invisible y nada puede volver a separarte de quien guardó todos tus secretos en cada milímetro de su piel.
En cambio, el saber del oscuro delfín cuenta que el amor es renuncia, olvido y perdón.
Quisiera ser tocada por la miel de la orquídea y ser bendecida por el amor de la rosa, para no naufragar ante la indiferencia del delfín. Mi corazón fue dado y hoy mi alma resuena vacía de lo que le es negado. Y aún así, soy espera de miel.
Y tú... ¿en quién descubres tu paz?
Hasta mañana con magia de tortuga.
Cuenta el saber de la orquídea de oro que, cuando el goce se entrega por amor, somos bañados de miel invisible y nada puede volver a separarte de quien guardó todos tus secretos en cada milímetro de su piel.
En cambio, el saber del oscuro delfín cuenta que el amor es renuncia, olvido y perdón.
Quisiera ser tocada por la miel de la orquídea y ser bendecida por el amor de la rosa, para no naufragar ante la indiferencia del delfín. Mi corazón fue dado y hoy mi alma resuena vacía de lo que le es negado. Y aún así, soy espera de miel.
Y tú... ¿en quién descubres tu paz?
Hasta mañana con magia de tortuga.
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