Damos por sentado todo aquello que nos procura seguridad, sin que por ello nos obliguemos a confiar o comprometernos. Por ejemplo... me cuenta un valiente policía que nadie lo mira, no lo saludan e incluso lo insultan.
Y descubro que tras su rostro, homogeneizado por el orden y la ley vestida de uniforme, vive un ser humano.
Cuántas veces cruzamos nuestros caminos sin mirar los rostros. Cual objetos que interrumpen nuestra agenda y limitan nuestra ilimitada individualidad, los esquivamos e incluso empujamos.
Paradójicamente.
¿Será que somos ilimitados? o simplemente nos limitamos a no mirar más allá de nuestro rostro.
Y tú ¿miras personas o impedimentos?
Hasta hoy queridas tortugas!!!
Y descubro que tras su rostro, homogeneizado por el orden y la ley vestida de uniforme, vive un ser humano.
Cuántas veces cruzamos nuestros caminos sin mirar los rostros. Cual objetos que interrumpen nuestra agenda y limitan nuestra ilimitada individualidad, los esquivamos e incluso empujamos.
Paradójicamente.
¿Será que somos ilimitados? o simplemente nos limitamos a no mirar más allá de nuestro rostro.
Y tú ¿miras personas o impedimentos?
Hasta hoy queridas tortugas!!!
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