Amanece muy temprano para la tortuga que vive en medio del bosque y pasa todo el dia con antojos... dicen que son de cangura embarazada... pero la tortuga vive con antojos desde que el hada de los sueños conjuró un hechizo de encanto.
Gracias a este hechizo, esta tortuga sólo puede disfrutar y degustar con placer todas y cada una de las experiencias que la acompañan durante su vida.
Le gusta la naturaleza, se deleita con frutas exóticas, ricos panes, quesos y carnes frías son sus favoritos, inventa un aderezo nuevo para su ensalada cada medio día, se deleita con una nueva verdura para acompañar carnes y mariscos en las comidas; y cuando cae la tarde, descubre un rico chocolate bajo su almohada. Para cenar... un exquisito vino y el gusto de la luna rodeada de estrellas.
En el bosque de la tortuga, al caer el sol, las hojas resplandecen de todos colores que tiñen cada tisana que la tortuga saborea al atardecer. Cuando la noche la abraza ... tina y burbujas la acarician. Mientras llega la nueva mañana... lee guardada en su caparazón y con la luz que el sol refleja en su mirada mientras el día dura. Así, conserva la energía de quien medita y hace yoga cerca del mar.
La tortuga crece y ríe en espera del regreso de su bella hada para preguntarle ... ¿cuándo traerás a mi tortuga gemela para contarle todos estos secretos y regalarle un hechizo de felicidad?
Mientras tanto... el placer recorre su sangre y llena de antojos amanece.
Y tú ¿tienes antojos?
Gracias a este hechizo, esta tortuga sólo puede disfrutar y degustar con placer todas y cada una de las experiencias que la acompañan durante su vida.
Le gusta la naturaleza, se deleita con frutas exóticas, ricos panes, quesos y carnes frías son sus favoritos, inventa un aderezo nuevo para su ensalada cada medio día, se deleita con una nueva verdura para acompañar carnes y mariscos en las comidas; y cuando cae la tarde, descubre un rico chocolate bajo su almohada. Para cenar... un exquisito vino y el gusto de la luna rodeada de estrellas.
En el bosque de la tortuga, al caer el sol, las hojas resplandecen de todos colores que tiñen cada tisana que la tortuga saborea al atardecer. Cuando la noche la abraza ... tina y burbujas la acarician. Mientras llega la nueva mañana... lee guardada en su caparazón y con la luz que el sol refleja en su mirada mientras el día dura. Así, conserva la energía de quien medita y hace yoga cerca del mar.
La tortuga crece y ríe en espera del regreso de su bella hada para preguntarle ... ¿cuándo traerás a mi tortuga gemela para contarle todos estos secretos y regalarle un hechizo de felicidad?
Mientras tanto... el placer recorre su sangre y llena de antojos amanece.
Y tú ¿tienes antojos?
Placentera semana queridas tortugas... que hadas y ángeles llenen de mágicos encantos sus días... desde el amanecer hasta el anochecer... y que no les falten los colores del atardecer.
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