El de miel, que te endulza la boca. El de amor, cuyo susurro te despierta.
Desde lo profundo, como muestra de un afecto grande, los que recibes de amigos y parientes.
A veces, sólo un saludo de cariño y amistad.
Pero siempre... cercanos.
El del arrepentimiento... aquél que, aún deseado, no te gusta; matando en ti el halo de aliento que quizá lo motivó.
En cambio, el mágico (mi predilecto) el que te revela tu dicha... soñado, perdido y recuperado. De viento, luna, sol y mar... el beso de vida.
Y tú ¿qué beso quieres?
Hasta mañana.
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