Definitivamente, los últimos dos meses han estado un tanto accidentados, la salud me jugó malas pasadas, mi voluntad lo resintió, y viceversa... Lo cierto es que nuestro ser físico manda más allá de muchas de nuestras ideas, de ahí su sabiduría. El cuerpo que somos conoce el equilibrio que nos corresponde y las concesiones que nos regala para hacer las cosas que deseamos, aun cuando atenten contra su capacidad de autoregenerarse en balance. Y, en realidad, es este mismo cuerpo quien se entristece cuando se agota, cuando una emoción y una experiencia descalibran el ritmo de su ser. Sin embargo, de otro modo no podríamos transformarnos y engendrarnos diferentes a nosotros mismos... como si una vez que vuelves a sincronizar tu melodía pudieras inventar una nueva canción.
La naturaleza con su magia se restaura a sí misma mejor y más rapido de lo que nuestra impaciencia comprende. Sin darme cuenta, empiezo a poderme concentrar, los días de dos minutos por hora para las labores más sencillas, y de estar parpadeando sin poder pensar frente a la computadora, se extinguen. Algo fuerte en mí empieza a aceptar sus logros sin abatimientos. Entonando con determinación la sinfonía inconclusa de su destino revelado.
Y tú ¿cómo te disciplinas?La naturaleza con su magia se restaura a sí misma mejor y más rapido de lo que nuestra impaciencia comprende. Sin darme cuenta, empiezo a poderme concentrar, los días de dos minutos por hora para las labores más sencillas, y de estar parpadeando sin poder pensar frente a la computadora, se extinguen. Algo fuerte en mí empieza a aceptar sus logros sin abatimientos. Entonando con determinación la sinfonía inconclusa de su destino revelado.
... Dichoso domingo mágicas tortugas...
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