jueves, 5 de noviembre de 2009

indignación ciudadana

Lamentablemente, el Senado de la República Mexicana no consideró a Emilio Álvarez Icaza el candidato adecuado para presidir la Comisón Nacional de Derechos Humanos, lo cual es una señal alarmante de lo que está pasando en nuestro país. No sólo, por no haber ganado mi candidato favorito -punto que algunos podrían discutir-, con mayor gravedad, por haber elegido a una persona que forma parte de la gestión de José Luis Soberanos, quien dio claras muestras de no estar comprometido con la defensa de los derechos humanos. Lo cual ya no es una cuestión de diferencia de opiniones o divergencias partidarias, es una cuestión de orden mental básico: ¿cómo tendremos los mexicanos garantías para la defensa de nuestros derechos humanos si quienes presiden los organismos responsables de defendernos son los primeros en vulnerar nuestras prerrogativas? Las muestras de negligencia por parte de la CNDH en materia de derechos humanso han sido innumerables. Más ahora que vivimos militarizados con el pretexto de la lucha contra el crimen organizado, cuando en realidad se fortalece la corrupción, el narcotráfico y los abusos de autoridad. Además de todos los escándalos financieros en los que tanto priístas como panistas se vieron involucrados ante malos manejos de recursos públicos al interior de la Comisión.

¿Qué es lo verdaeramente grave?

Que la "élite" política mexicana sí es capaz de tomar acuerdos y consensos arrolladores cuando se trata de salvaguardar sus beneficios e intereses, con cómplice impunidad, frente a la incompetencia que muestra cuando debe ponerse de acuerdo en aras del bien común.

El pastel se hace cada día más chico y la pirámide cada día más ancha...


Y tú ¿imaginas qué nos espera?

Un saludo queridas tortugas... que la magia nos reconforte ante los imponderables de una realidad que, incluso, nos llega a atropellar.


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