En medio de lluvia y frío conmovedor... nuestros corazones se invaden de esta extraña forma de tristeza que llamamos melancolía. Han sido muchos los intentos de los filósofos por describir este sentimiento. Sin pretender hacer aquí un repaso formal y exhaustivo, me viene a la mente la bilis negra de los griegos ... La exhaltación renancentista, cuya convicción era que el filósofo vive triste al darse cuenta de todo lo que no podrá saber... La hermosa locura de amor que te revela la verdad a través de la reminiscencia de tus otras vidas, cada vez que descubres la belleza en las personas y objetos de este mundo. La sensación de que algo siempre te falta porque hemos nacido separados de nuestra otra mitad. La serena contemplación ante la certeza de que estamos a expensas de la naturaleza... el clima y sus caprichos... siendo completamente vulnerables. El vacío de todo lo que no somos, el cual nos permite ser uno y el mismo. La tristeza de todo lo que hemos perdido... la ansiedad de todo lo que no podemos alcanzar. El extravío de la conciencia radical de la soledad. El agotamiento de hacer... y el deseo de ser alguien diferente.
Los días de lluvia... el goteo chipi chipi que tímidamente te empapa a la tercera cuadra... el cielo gris... el frío que entume... nos remite a un abrazo que no todos tenemos la dicha de encontrar...
Y tú ¿qué calor anhelas cuando el sol está triste?
Hasta mañana tortugas.
Los días de lluvia... el goteo chipi chipi que tímidamente te empapa a la tercera cuadra... el cielo gris... el frío que entume... nos remite a un abrazo que no todos tenemos la dicha de encontrar...
Y tú ¿qué calor anhelas cuando el sol está triste?
Hasta mañana tortugas.
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