Muchas veces, lo que pase mañana no es lo cuenta, basta la ilusión de un futuro posible para motivar y dotar de razones nuestras acciones presentes.
Lo que cuenta es que uno mismo sea dueño de lo que quiere creer y no que otra persona te haga pensar que van a pasar cosas que nunca ocurrirán. Ya que, si te convencen (con falsas expectativas) de que se volverá realidad algo que te desagrada, sufres en vano y te lastimas con tus propios temores; en cambio, si alguien te engaña sobre anhelos legítimos felizmente cumplidos, tortura tu alma, porque te alegras en vano y te decepcionas de tus propios sueños.
Lo que cuenta es que uno mismo sea dueño de lo que quiere creer y no que otra persona te haga pensar que van a pasar cosas que nunca ocurrirán. Ya que, si te convencen (con falsas expectativas) de que se volverá realidad algo que te desagrada, sufres en vano y te lastimas con tus propios temores; en cambio, si alguien te engaña sobre anhelos legítimos felizmente cumplidos, tortura tu alma, porque te alegras en vano y te decepcionas de tus propios sueños.
Y tú ... ¿en qué te apoyas para alegrarte el día?
Felices expectativas amigas tortugas.
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