al despertar...
Pocas cosas son tan sensibles como el abuso que corrompe la confianza. Las cicatrices perviven y nos recuerdan que, no importa cuánto nos esforcemos, hay esencias irrecuperables, entre ellas: la ingenuidad.
La vida se forja de errores y, a pesar del temor, es preciso hacerles frente. Nunca es tarde para hacer lo correcto y para recuperar la confianza en ti mismo. Incluso, si no te creen.
Por eso, una vez que el alma vuelve a sonreír: es tiempo de hacer justicia.
Y tú... ¿a qué le tienes miedo?
Feliz lunes amigas tortugas.
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