El bosque recibió un regalo del cielo, tras días de viento y bello sol, esta noche rompieron los truenos y una agradecida lluvia llegó.
La sensación de descanso que acompaña la caída de un fuerte aguacero se compara con la paz tras la espera que se cumple, la calma del éxtasis, la certeza de la sorpresa, el milagro del encuentro, la complicidad de una mirada que logra prescindir de las palabras. El sueño que te libra de toda preocupación. El descanso de la contemplación. La tarea concluida. El festejo postergado...
...Érase una vez una orquídea que aguardaba en el silencio de un recinto sagrado: era una hermosa catedral gótica, solemne, sobria, de exquisitos vitrales. Esta afortunada criatura vivía bajo el resguardo de los guardianes de la espiritualidad. Su delicadeza la hacía mudar al mínimo cambio, cualquier presencia la tocaba, una sola mirada la transformaba. La música mantenía sus colores intactos...
¿Y qué esperaba ella? ... nadie lo descubría: Un enorme secreto la escondía.
Se cumplieron tres ciclos de oro y una fuerte lluvia llegó. El sol amaneció a través de los enormes ventanales. Mágicamente el destino la tomó en sus manos y en el oído de sus designios susurró su verdad.
Y tú ... ¿recibes la lluvia?
...mis queridas y espirituales tortugas: hasta la próxima lluvia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario