¿Qué misterio esconde el sonido que se logra preservar y reproducir... y nos permite detener, por un instante, el infinito transcurrir del tiempo?
Podemos trasladarnos a lo largo de toda nuestra vida siguiendo la música que nos ha acompañado. Visitar tiempos remotos solo con concentrar nuestro oído en una melodía de antaño. Enamorarnos y desenamorarnos. Perdonar y recordar antiguos dolores. Revivir nuestras alegrías y recrear nuestra felicidad entera. Acompañar nuestra soledad o sentirnos más solos. Bailar... cantar... y meditar.
Lo más importante: podemos dejar de ser uno en un solo compás y sentir nuestra humanidad al unísono.
Y ésta es quizá la magia más grande de la música... cuyo territorio nos hace iguales.
Y tú... ¿qué música amas?
...domingo de música y sol
feliz luna de verano
queridas tortugas...
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