jueves, 3 de octubre de 2013

pasados... presentes... e infinitos futuros.

Llega octubre y el trabajo de tesis arranca su etapa de correcciones. El primer resultado fue desalentador, la realidad es que resta mucho camino por delante y cada día veo más lejos la conclusión de este esfuerzo. No importa cómo se canalicen las energías, es difícil conciliar todos los requisitos para satisfacer esta meta y tras la alegría de una primera conclusión, llega la decepción de todo lo mal hecho. Por un instante parece que todo se evapora en el tiempo. Vienen a mi mente preguntas tales que me interrogo por las certezas de mi vocación, el propósito de mis proyectos, mis capacidades y si realmente puedo aportar algo al camino del saber. Ante el desconcierto de una interlocución fría e indiferente, ante la cual quedó invalidado todo mi trabajo. Quizá es tiempo de comprender que no soy apta para este fin y sumar un fracaso más al largo intento por trazar una ruta de vida. Concluyo con disciplina las correcciones y prefiguro una nueva versión de mi tesis, esta vez con la certeza de que no será suficiente ningún esmero, el consenso es de insuficiencia académica. 

12/octubre/2013.

pasados... presentes... e infinitos futuros...

El ánimo mejoró con el paso de los días, la introspección personal y recuperar los rincones bellos de mi hogar, junto al cuidado de sí, que siempre nutre el alma, lograron hacerme ver desde distintas perspectivas los acontecimientos recientes. Creo que en realidad no soy yo quien se siente abatida o cuestionada... solo algunos de mis presentes. Por lo que me he dedicado a mirar, a través de mis distintos pasados, el lugar justo para esta nueva experiencia, inesperada y con toques de arbitrariedad, pero sana y alentadora para crecer y descubrir, en el espejo, el rostro de quien he sido, quién soy y quién quiero ser de ahora en adelante. En realidad, no sé muy bien cuáles eran mis expectativas, quería ¿aprobación? ¿reconocimiento? en realidad no, simplemente necesitaba un poco de retroalimentación. El camino de pensar por uno mismo, de armar el entramado de un texto sin otra voz ni otro ojo que los míos, hace imprescindible lograr una pauta de comunicación para recrear mis propias letras. La pauta imprescindible del diálogo.

Quizá el poder ordenar los eventos en el tiempo es solo una cuestión de proporcionalidad. Los eventos no cambian, lo que se trastoca a través de nuestra temporalidad interna es la proporción que toman tales eventos en nuestras vidas, en nuestros juicios y en la apreciación que vamos construyendo de nosotros mismos. Por qué, si los resultados fueron tan negativos, mi balance al final de día fue tan positivo. El texto es extenso, desmedido y arriesgado. Lo cual siempre es un defecto. Pero el esfuerzo de este error es gratificante por el solo hecho de haberlo logrado. 

Abrir nuevas interrogantes, tener textos que guardar para el futuro, tener letras que recomponer para el presente, la necesidad de crecer ante todo lo que faltó, aprender a prescindir de todo lo que sobró. Vencer el bloqueo de sentarme a escribir largo y tendido. Es ya un paso adelante, gracias al cual, se vuelve preciso aprender a discernir y ahorrar. 

Vencer los fantasmas de la soledad, en silencio y con el consuelo de mi corazón entero y mi mente clara, lúcida, firme y estable, a través de todos los torbellinos de emociones que componen el entramado de las relaciones de vida que me definen, sin oprimirme más, sin tormento ni desesperación. 

Y saber que cuando este proceso concluya queda vida por delante y no la sensación de muerte inminente que me arrojó de mí todos estos meses. 

Descubrir nuevas maneras de acomodar mis necesidades amorosas de vida. Renunciar a las fantasías de los futuros perdidos. Reconocerme en mi presente sin la carga de la pérdida y el abandono. Revalorarme a mí misma y sentir orgullo de lo que soy capaz de hacer. Restaurar el entramado de mi pasado sin dudas ni reproches. 

Sentirme libre de vivir el futuro que soy, sin más pretextos para detenerme en el camino, sin más horas de ausencia y renuncia. Recuperar el ánimo de la esperanza y el entusiasmo de mi sonrisa. Reconciliarme con lo que no soy ni seré, abrazar aquello que sí puedo lograr. Acariciar la paciencia de vivir paso a paso cada día. Renunciar al tormento de las neurosis ajenas, dominar el temor de las psicosis propias. 

Entender que cada quien elije la proporción con que decide ponderar cada uno de los eventos que componen su existencia y que en esta deliberación cada ser humano se juega el sustrato propio de su existencia, la esencia de su ser y la fortaleza de su verdad. 

Comprender que lo mal hecho en el pasado solo puede ser corregido con hechos honestos. 


Y tú ... ¿has renunciando a algún sueño? ... ¿o simplemente has ponderado bajo una nueva proporción el mapa de tus sueños... para tarde o temprano: cumplirlos?



No tan feliz octubre, queridas tortugas.

Gracias tortugas amigas: FELIZ OCTUBRE!!!






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