... del año.
Y se siente algo extraño llegar a la época navideña en medio de todo lo que ha sido este año. Con la esperanza de brindar por un 2021 lleno de todo lo que guardamos en nuestro confinamiento 2020. Es un tiempo para poner todo en su lugar. Y disfrutar nuestro entorno más íntimo, a la vez que tejemos nuevos sueños de vida.
La intimidad, compartida o no, en familia, en abrazo con cariños entrañables... se nutre ahora de todo un nuevo significado. Por no mencionar el carácter virtual que ella ahora conjuga. Mirar hacia adentro fue el designio que nos impuso una época no imaginada.
Entramos a una fase de cuidados extremos. Será un mes intenso en exigencias para no caer en el gozo de liberarnos de restricciones sanitarias y de ser congruentes con lo que nos ha obligado a limitar nuestros espacios en el nido de nuestros hogares. Ahora totalmente renovados.
Compartir adquirió un nuevo significado y el mejor regalo para estas navidades: el estar sanos. El dar gracias por las bendiciones que son parte de nuestra cotidianidad. Brindarnos de un modo más amoroso. Estar presentes: con el corazón. Sumar también esfuerzos para ayudar a quienes más lo necesitan. Hacer votos para que todos tengamos un motivo para celebrar la vida. La llegada de la natividad y la apertura de un nuevo ciclo vital al unísono con el ciclo solar.
Faltan todavía etapas en este proceso de cura colectiva. La vacunación parece será la encomienda traída por los Reyes Magos. Y cuando menos nos percatemos ya será febrero... mes del florecimiento del amor por excelencia.
Así que tengamos paciencia. Conservemos la calma. Tomemos precauciones y conjuguemos todos nuestros anhelos y deseos en un abrazo humanitario.
Se antoja este tiempo para diseñar nuevos planes... dibujar el futuro bajo un claro haz de luz. Un tiempo de paz.
Y tú... ¿cómo recibes esta navidad?
Feliz martes...
mágicas tortugas.
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