Nuestra amiga la araña, esta mañana, cuenta los días que le quedan para terminar de surcir los últimos eslabones del ayer. Para que, cuando sea la hora de cubrir el presente con su manto de luz, nada la quiebre y pueda abrazar su porvenir.
Llegó de visita al trabajo de la araña un grillo cantor. Araña... araña!! Qué hacés?? preguntó. La araña desconcertada, murmuró... ¿y quién es este ruidoso? Finjía no escucharlo...
Insistente el grillo rechinaba y preguntaba ¿¿Qué hacés araña?? ¿¿Qué hacés??
Tejo y remiendo algunos rincones de mi telaraña...
¿Y para qué?? Qué no ves que ya es muy tarde, che!!
... Tarde?? ... de qué hablas?? y ... quién te crees??
Yo! yo soy el grillo que anuncia el mañana...¡quién más voy ser! y mientras vos surcís esos eslabones vacíos, debo contener mi canto y me siento cansado de tanto esperar... eres una hincha pelotas... dejáte ya de tejer la telaraña, araña!!!
No... grillo... no te desesperes, trata de descansar... acompáñame y si quieres canta mientras termino.... mira con paciencia tu siguiente amanecer... pues nunca es tarde para despertar. Que yo estoy pronta para la última puntada.
El grillo refunfuña y rechina sus patas de la impaciencia... sin embargo, ni siquiera su canto puede traer el sol antes de su recorrido... es preciso todos los pasos dar y, uno a uno, irlos dejando atrás sin apego y con serenidad.
La araña sabe que con paciencia se tejen los mantos de la vida. El grillo aprende que no es él quien anuncia el amanecer. Es sólo su desesperación lo que lo urge a chillar, cuando podría en armonía con el tiempo cantar, en pausa y con calmo descanso. Así, reconoce con modestia que no por despertar a todos, el sol llegará antes.
Y tú ¿quieres tejer o rechinar?
Hasta mañana.
PD. Me dicen mis amigos lectores que a veces no se entienden mis letras, los convido a recorrer algunas de las historias y sus personajes en las huellas para compartir y, de sobremanera, los exhorto a dejar sus voces para dilucidar todas sus dudas... así, juntos tejer el espacio de esta filósofa con caparazón de tortuga que les cuenta con magia de conciencia... Gracias.
Llegó de visita al trabajo de la araña un grillo cantor. Araña... araña!! Qué hacés?? preguntó. La araña desconcertada, murmuró... ¿y quién es este ruidoso? Finjía no escucharlo...
Insistente el grillo rechinaba y preguntaba ¿¿Qué hacés araña?? ¿¿Qué hacés??
Tejo y remiendo algunos rincones de mi telaraña...
¿Y para qué?? Qué no ves que ya es muy tarde, che!!
... Tarde?? ... de qué hablas?? y ... quién te crees??
Yo! yo soy el grillo que anuncia el mañana...¡quién más voy ser! y mientras vos surcís esos eslabones vacíos, debo contener mi canto y me siento cansado de tanto esperar... eres una hincha pelotas... dejáte ya de tejer la telaraña, araña!!!
No... grillo... no te desesperes, trata de descansar... acompáñame y si quieres canta mientras termino.... mira con paciencia tu siguiente amanecer... pues nunca es tarde para despertar. Que yo estoy pronta para la última puntada.
El grillo refunfuña y rechina sus patas de la impaciencia... sin embargo, ni siquiera su canto puede traer el sol antes de su recorrido... es preciso todos los pasos dar y, uno a uno, irlos dejando atrás sin apego y con serenidad.
La araña sabe que con paciencia se tejen los mantos de la vida. El grillo aprende que no es él quien anuncia el amanecer. Es sólo su desesperación lo que lo urge a chillar, cuando podría en armonía con el tiempo cantar, en pausa y con calmo descanso. Así, reconoce con modestia que no por despertar a todos, el sol llegará antes.
Y tú ¿quieres tejer o rechinar?
Hasta mañana.
PD. Me dicen mis amigos lectores que a veces no se entienden mis letras, los convido a recorrer algunas de las historias y sus personajes en las huellas para compartir y, de sobremanera, los exhorto a dejar sus voces para dilucidar todas sus dudas... así, juntos tejer el espacio de esta filósofa con caparazón de tortuga que les cuenta con magia de conciencia... Gracias.
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