Supongamos que el sol de Itario se detiene por un momento... como si no quisiera nacer... como si estuviera cansado de ver un futuro que no termina de llegar... como si algo dentro de sí le arrancara la fuerza para preservar su luz... un agotamiento infinito y la desazón de descubrirse solo en una galaxia llena de impedimentos... de locura e indiferencia, de injusticia y crueldad sistematizada... de plazos mortales para justificar la falta de vida, dicha y empatía.
Supongamos que por un momento el sol de Itario renuncia y concede todas sus batallas, acepta sus fracasos y se olvida de su luz.
Supongamos que en ese preciso momento en que el sol de Itario sueña con desaparecer, cansado del desamor, de la incomprensión y de sus fallos... sintiera vergüenza de ser.
Y en medio de esa culpa profunda, se aferrara como quien colgado de la cima necesitara sólo un último aliento de fe para no dejarse caer y un halo de perdón en su corazón...
Y tú ¿qué quieres decirle al sol de Itario para que ni por un momento se detenga?
Hasta mañana mágicas tortugas!!!
Supongamos que por un momento el sol de Itario renuncia y concede todas sus batallas, acepta sus fracasos y se olvida de su luz.
Supongamos que en ese preciso momento en que el sol de Itario sueña con desaparecer, cansado del desamor, de la incomprensión y de sus fallos... sintiera vergüenza de ser.
Y en medio de esa culpa profunda, se aferrara como quien colgado de la cima necesitara sólo un último aliento de fe para no dejarse caer y un halo de perdón en su corazón...
Y tú ¿qué quieres decirle al sol de Itario para que ni por un momento se detenga?
Hasta mañana mágicas tortugas!!!
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