Estaba la tortuga mágica soñando con su amigo el colibrí... y sonreía... Al verla, la paloma mensajera le pregunta ¿por qué sonríes tortuga?
Porque vi un pedacito de futuro... Lo cual intrigó más al ave.
Sí, paloma. Lo que pasa es que a veces sonrío al ver algo en el pasado... pero es una sonrisa con un tanto de nostalgia. Otras veces, me basta el presente para sonreir libre y espontánea, en estas ocasiones, guardo en mi boca un sabor de reconciliación. Pero, cuando se nos muestra un rincón del mañana, el rostro brilla de ilusión y esperanza... sonríes, incluso, con cierta ingenuidad... como los niños.
Y tú ¿quieres sonreír?
Hasta mañana!!
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