Cuentan que siglos atrás... una bella cúpido sobre volaba mares y desiertos cazando, con su arco y su flecha, el amor. Una vez que esta mágica ave acariciaba tu piel, un encanto mágico llegaba a tu vida. Brillabas y cantabas con la fuerza del mar. Sonreías con la paz del cielo. Amabas.
¡Qué lejanos tiempos aquéllos! en los que para amar bastaba una sonrisa. Pareciera que alguien secuestró a cúpido, dejando en su lugar la llaga de un torpe engaño, una falsa palabra y un solitario abrazo.
En este aniversario del día del amor y la amistad, sólo habita el silencio.
Y tú ... ¿con quién amas y habitas?
Dichoso cúpido para quienes, bendecidos, tienen una mano que acariciar.
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