Mis queridas tortugas, conforme pierdo más cabello, corroboro que lo que alimenta la cotidianidad de salud es la alegría. El saber sonreír a pesar de la adversidad, el saber reír ante los problemas, no perder el sentido del humor, en medio del más sentido llanto, ironizar tus errores, con dicha bailar y aún, desafinando, cantar.
Y a ti ... ¿qué te ilumina a medida que descubres tu vejez?
Descansen alegres, mis queridas tortugas.
Y a ti ... ¿qué te ilumina a medida que descubres tu vejez?
Descansen alegres, mis queridas tortugas.
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