sábado, 12 de julio de 2025

viento...

 ... hecho de palabras.



Al escuchar el roce de las ramas de los árboles cuando soplan altos vientos, descubrimos una otra forma de sentir la melodía de la música de la naturaleza. A cielo abierto es un susurro que nos roza la piel. En el mar, va al ritmo y vaivén de las olas. Los ríos parecen sus olanes. Y las cascadas tienen su propio aire. La velocidad nos invita a sentir que lo atravesamos tersamente. Si tuviese que definir la suavidad... la llamase viento.

Existe un sonido muy particular: el silbido. Como si nos llamase a lo lejos y anunciase su presencia. El viento tiene la forma de un mágico amor. Que nos recuerda el placer que es la vida y estar vivos. Con él siempre se aproximan las aguas que todo lo nutren. Al mismo tiempo que su textura reverdece y hace todo renacer al traslucir la luz solar. Limpia el aire que respiramos con oxígeno fresco. Deposita las semillas por doquier para que nada falte.

Mi momento favorito es cuando hace cantar a las hojas como caracolas de un océano hecho de bosque.


Y tú... ¿amas el viento?




Feliz fin de semana
Mágicas Tortugas:
disfruten de la naturaleza y 
enamórense de su fuerza sublime.




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