... es alegría.
La posibilidad del encuentro humano es una ocasión de festejo. El compartir. El sentir en común. El hacer en conjunto. La comunicación. La entrega. La simpatía y el buen ánimo. El respeto. Todas experiencias en donde al menos dos almas se complementan y viven la certeza de no estar solas en el mundo.
La vida social es un aspecto troncal de nuestra vidas. El estar cerca de la familia y nutrir nuestras amistades más cercanas. El rememorar y honrar la vida y los recuerdos. El darnos la mano: en las buenas y en las malas. El amar. Estos son los lazos de vida que le dan continuidad a nuestra existencia.
A través del rostro de quienes nos acompañan desciframos los colores de nuestro propio rostro. Reconocernos unos entre otros es conocernos a nosotros mismos a través de los ojos de otra persona. En la intimidad guardamos enseñanzas de vida compartidas y cultivamos el ejemplo de quienes forman parte de nuestra vida. De tal suerte que aprendemos a amarnos a nosotros mismos valorando en otros lo que valoramos en nosotros.
Y tú... ¿eres feliz cuando te reúnes con otro ser humano?
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