lunes, 6 de octubre de 2025

temple...

 ...creativo.



La inspiración guarda una magia particular. La inspiración nace dentro del corazón. La inspiración se manifiesta como un movimiento fuera de sí. Cual envoltura que se desdobla y abre con dulzura... para ser compartida. Al menos: con uno mismo.

El temple creativo se asemeja a las horas en que dicha envoltura se apresta a dar de sí a quien quiera salir de sí, desde el fondo de su corazón, colmado de magia de tortuga.

Con pausa o con premura, se descubren las mieles de nuestros grandes descubrimientos de vida. Sin importar quién sea la persona, ser humano es ser también una persona capaz de encontrar dentro de sí verdades sobre sí mismo. Para lo cual se requiere de mucha dedicación y vocación creativa. 

Pertenecer al mundo es compartir tales verdades propias y ser parte de descubrimientos compartidos. De tal suerte que se forma un mosaico de células cognitivas en donde todos estamos representados y persona alguna segregada. De tal suerte que nuestra exigencia ética es no violentar tales mosaicos de pertenencia común. 

Lamentablemente, existen dos grandes tragedias, además de las guerras. Por una parte, hay un deterioro de la vida personal de quienes viven de causar violencia cuyas aportaciones al mosaico de lo común llevan al mundo a la decadencia. Por otra parte, el sistema económico reproduce brechas de desigualdad que hacen a grupos poblacionales tan alejados unos de otros que se pierde el sentido de lo común. Es por eso que nuestro mosaico común está desgajado de tantas formas irreductibles. 

A medida que más avanza el desarrollo tecnológico, que es el sino de estos tiempos: la gran vanagloria, más avanza la demolición de la vida social. No tiene porqué ser así. Pero se debe atender el problema. Prestar atención a la realidad con ojos renovados desde donde se pueda dialogar cambios profundos. ¿Seré acaso muy optimista? Lo sé. Todo parece indicar que la suerte está echada y frente a la inteligencia artificial; y todo lo que viene por delante; las guerras, la violencia, la carencia de vida social justa y/o vida igualmente digna: cada uno se encuentra donde le tocó estar. Como en los tiempos de pandemia. Como si se hubiese segregado en nuevas capas y olanes la sociedad en pos de mayores desigualdades. Se vuelven imperceptibles. Al mismo tiempo que se vuelven más evidentes las diferencias de antaño, tan vigentes. Un mundo dividido entre ricos y pobres. Y ahora peor aun: entre ricos, pobres y criminales. Quienes, éstos últimos, pueden ser tanto ricos como pobres. 

Por eso no hay mosaicos posibles. Hay sólo fragmentación: pequeñas, o grandes, sociedades del conocimiento que luchan por sobrevivir con más o menos recursos para su subsistencia. Muchas veces aislados de los verdaderos problemas del mundo. Últimamente me interrogo mucho sobre el rumbo del mundo y si hubiese alguna persona que pudiese responder tal pregunta.


Y tú... ¿conoces el rumbo del mundo?

No olviden
ver la luna...
Hasta mañana
mágicas tortugas.

 

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