Cuando los eventos se anticipan, nos preparamos para un viaje, organizamos algún acontecimiento, es decir, en la víspera... expectante de los anhelos... el tiempo se trastoca...
Estaba la orquidea blanca vestida de morado y adornada de oro... escondida en el tronco enraizado de un árbol de la selva de eros. Dormía profundamente hasta que llegó a ella un exquisito olor, era una mezcla de canela con tierra húmeda que tenuemente le recordaba el olor de la siempre hermosa rosa roja a la hora del rocío. Entre sueños... algo la invitaba a despertar... sin embargo... expectante... debía, serena, aún aguardar.
Y tú ¿sueñas en la víspera?
Hasta mañana mis queridísimas tortugas!!!
... sólo faltan tres días!!!!
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