Hubo un remoto reino en la tierra de las hortensias en que dos niños se criaron a la par. Tras la maldición del abandono, cada uno tuvo que elegir un nuevo territorio para crecer. Estos niños eran de tal suerte dispares que una vez que crecieron se olvidaron por siempre. Ni siquiera en el reino animal es posible descubrir tal desapego. Y fue entonces cuando un duende se empezó a interrogar sobre la vida, al ver esta extraña historia de olvido. Pues dicen por ahí, que los lazos de familia son inquebrantables, como si más allá del tiempo la sangre hiciera latir dos corazones al unísono. Pero en realidad, sólo quienes se esfuerzan por quererse y permanecer unidos son capaces de formar una familia.
Y este duende, decidido a recorrer todos los castillos del reino hasta hallar su respuesta, se hizo viejo y sabio hasta al fin descubrir que no es la vida lo que nos une, es lo que forjamos con ella lo que realmente nos hace pares entre humanos.
Y para ti ¿cuál es tu trabajo de vida?
Hasta mañana mis queridas tortugas!!!
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