siempre dice más que mil palabras...
Curiosamente, nos desgastamos con palabras dulces y declaraciones negándonos a escuchar que la no respuesta es de suyo una respuesta.
Acariciamos momentos de dicha sin intuir que pueden ser simples abrazos casuales.
Compartimos el alma sin eco... y se pierden anécdotas, sentimientos, sonrisas, deseo y anhelos en la inmediatez de tu propia cotidianidad... como si de tanto acumular ya no encontraras cómo comunicarte ni por dónde empezar, ni cómo elegir qué contar... y aún así... sólo percibes un largo silencio.
Así... medita el dragón púrpura mientras aprisiona la fe de la princesa quien fue raptada al descubrir cuán honda es su soledad.
Y tú ¿junto a quién duermes?
Hasta mañana!
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