De tortuga a tortuga hermana, te pregunto: ¿crees que una solución es interrumpir el diálogo entre nosotras? ¿sin siquiera poder expresar con generosidad cuáles son tus motivos? -le dijo la tortuga del mar a la tortuga de la tierra.
La tortuga terrestre contestó: . Y ni una sola voz se escuchó.
Entonces, la tortuga celestial suspiró: "Hermanas tortugas, no vengan a mí para que las ayude a escucharse una a la otra, estoy tan lejos que mis oídos no alcanzan a escuchar cuál es el motivo de su incomprensión, solo puedo enseñarles el horizonte del cielo e invitarlas a descubrir cuán inmensos son los territorios que las unen, por eso son hermanas, por eso somos hermanas: pues compartimos el oxígeno de un mismo planeta y sin él ninguna podría habitar en su elemento."
La tortuga marina volvió a tocar la puerta de la tortuga terrestre... y ésta contestó: "Dime hermana de mar, ¿qué es lo que te inquieta tanto del ir y venir de la marea?" y la respuesta fue: "Que cada vez que baja, pierdo un pedazo de ti".
...Pero aunque nos distancie el ritmo de la marea, no debes sentir que nunca volveremos a encontrarnos, es solo que yo no puedo ir al mar, yo solo puedo acompañarte desde mi habitar en campos y montañas, y aunque tú puedas acercarte un poco a mi elemento, en realidad, tu felicidad está lejos de la marea, en alta mar, en donde la calma de las aguas te permite fluir libre junto a los delfines. No creas que no te respondo, o que no te escucho, es solo que cuando baja la marea mi voz no se escucha en el mar.- Y éstas fueron las palabras de paz de la tortuga terrestre.
Así, cielo, mar y tierra respiran el mismo oxígeno, sin alcanzarse entre sí, pues en eso radica su naturaleza, en perseverar en la forma de su ser para que todos podamos respirar.
Y tú... ¿amas libre en el mar?
La tortuga marina volvió a tocar la puerta de la tortuga terrestre... y ésta contestó: "Dime hermana de mar, ¿qué es lo que te inquieta tanto del ir y venir de la marea?" y la respuesta fue: "Que cada vez que baja, pierdo un pedazo de ti".
...Pero aunque nos distancie el ritmo de la marea, no debes sentir que nunca volveremos a encontrarnos, es solo que yo no puedo ir al mar, yo solo puedo acompañarte desde mi habitar en campos y montañas, y aunque tú puedas acercarte un poco a mi elemento, en realidad, tu felicidad está lejos de la marea, en alta mar, en donde la calma de las aguas te permite fluir libre junto a los delfines. No creas que no te respondo, o que no te escucho, es solo que cuando baja la marea mi voz no se escucha en el mar.- Y éstas fueron las palabras de paz de la tortuga terrestre.
Así, cielo, mar y tierra respiran el mismo oxígeno, sin alcanzarse entre sí, pues en eso radica su naturaleza, en perseverar en la forma de su ser para que todos podamos respirar.
Y tú... ¿amas libre en el mar?
Abrazo de cielo, tierra y mar...
hermanas tortugas para que
sin poder el cielo alcanzar y
sin que tierra firme
puedan conservar...
se aventuren a un alto amar.
FELIZ NOCHE
DE LLUVIA
...es ella
con su fuerza de tormenta
la única
que a todos nos toca
por igual...
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