Para quienes gusten del futbol será sabido que las recientes jornadas mundialistas no han estado excentas de fuertes demostraciones de fuerza, prepotencia, heridos graves, faltas deliberadas, al margen de la legalidad del juego y como despliegues de agresión que ponen en duda la vigencia de este juego cuyas reglas de civilidad lo caracterizaban como un deporte de caballeros, en donde prevalecía el arte de tocar el balón, se castigaba la ley de la ventaja y se expulsaba a los agresores.
Hoy llegamos al final de Brasil 2014 y son muchas las interrogantes que se suscitan. ¿Existen agendas ocultas? ¿Se puede convenir el resultado de un partido? ¿Los árbitros son corruptibles? ¿Los jugadores se apegan a prácticas de ética profesional? No lo sabemos, lo que sí parece indudable es que ya no se juega por la camiseta, ya no se muestra deferencia hacia los países que los respaldan. Los jugadores son objetos del mercado, en venta, en vitrina de exhibición peleando por un lugar en algún equipo, peleando por una mejor paga. El arte de tocar el balón se convirtió en el arte de cotizarse al mejor postor.
Y tú... ¿recuerdas cuáles fueron las mejores jugadas de este mundial?
Hoy llegamos al final de Brasil 2014 y son muchas las interrogantes que se suscitan. ¿Existen agendas ocultas? ¿Se puede convenir el resultado de un partido? ¿Los árbitros son corruptibles? ¿Los jugadores se apegan a prácticas de ética profesional? No lo sabemos, lo que sí parece indudable es que ya no se juega por la camiseta, ya no se muestra deferencia hacia los países que los respaldan. Los jugadores son objetos del mercado, en venta, en vitrina de exhibición peleando por un lugar en algún equipo, peleando por una mejor paga. El arte de tocar el balón se convirtió en el arte de cotizarse al mejor postor.
Y tú... ¿recuerdas cuáles fueron las mejores jugadas de este mundial?
Reciban un abrazo de luna llena, hermosas tortugas.
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