... llenos de bien hacer.
Esta mañana despierto al ritmo de la música. Tras un profundo descanso y con el ánimo de renovada actividad. Las horas pasan a prisa cuando, sin anticipar, logras el trazo en tu mente para ordenar aquello que llevas a cabo y lo haces realidad con tus propias manos. En días de altas temperaturas, la hora del rocío, así como el cruce del atardecer, son las horas de mayor disposición para la creatividad y el acontecer vital. La noche se regaló con vientos de frescura. Y nada nos priva de poder estar presentes, incluso en los espacios silentes, si de compartir hallazgos se trata. De tal modo que, sin interrupciones (más bien tiempos llenos de inspiración), podemos sentir sustento y compañía... en la lejanía de todo aquello de lo cual no podemos desprendernos. Muchas veces encontramos el sentido a todo lo que nos motiva... algunas otras veces, ahí donde existe la magia, nos entregamos al sinsentido: que no el despropósito. Si confiamos en lo que nos cobija el alma y en la certeza de los latidos de nuestra intuición, al ritmo de nuestro caparazón de tortuga. Lugar donde habitan los pulsos más íntimos y sublimes de nuestro corazón.
Hay épocas en que sólo podemos confiar en lo que yace latente en nuestro fuero interno: inclusive si no podemos explicarnos a nosotros mismos lo que significa. Lo cierto es que explicarnos todo no nos es tan nato como nos han hecho pensar. El pensar es más bien un tesoro dentro del cual se manifiesta aquello que sabemos de suyo sin necesidad de comprender el misterio que lo hace posible. La expresión es la que nos hace transitar los caminos de la comprensión: en tanto basta la palabra y vasto el sentimiento (y/o viceversa). Amén.
Y bueno la ausencia de tiempos de paz mundial también es un llamado a cierto desánimo, o no. El curso de los acontecimientos es propio de todo aquello que no ha encontrado solución, probablemente a través de los siglos. Y sólo cuando el diálogo y la comprensión entre pares logre alcanzar los verdaderos fines comunes: veremos un mundo capaz de convivir en el seno de todas sus diferencias. En tanto son las diferencias lo que nos define iguales y el respeto infranqueable lo que realmente nos hace símiles entre seres humanos. Ojalá el llamado a la palabra y la posibilidad de priorizar el bienestar de nuestros pueblos sea la brújula que dé fin a la carrera armamentista en donde se creyó que mientras más pudieses defenderte más seguro estuvieses. Además del hartazgo por poderío que, si bien ha marcado la huella civilizatoria, hoy en día no es más que sinónimo de debilidad. La ley es la ley. Así como, el derecho de toda cultura de ser libre de vivirse plenamente es incuestionable. Ser buenos, cumplir la ley, conservar la fe y no dañar a otros... es la mágica poción dentro de la cual el cielo nos da la bienvenida. Sin guerra ni gloria: los seres humanos encuentran el camino hacia la verdad... una vez que asumen los límites de las condiciones de posibilidad y se comprometen con el principio de realidad. De no ser así... la vida se vuelve el delirio de un pensar en extravío a causa de la soberbia ante su propia naturaleza. El pensar no da realidad... por el contrario: sólo debemos poder pensar aquello que es real. Es así que la ética y la ontología se conjugan: para que los seres pensantes aprendan a crecer amando. Con fe. Sin socavar los bordes de su mortalidad. El pensar no es más que el defecto en donde el error transmuta en violencia cuando una persona no tiene la humildad de reconocer que el concepto sólo toma lugar una vez que se realiza en su comprensión de algo que existe más allá de su propia voluntad. Diría Hegel: con otras palabras.
¡Cuán difícil es amar la vida cuando se da por sentado el hecho de que respirar es verdaderamente uno de los milagros más grandes que la humanidad ha podido atestiguar!
Y tú... ¿recibes este miércoles de felicidad plena?
Hasta mañana.
Que la magia...
llena de inspiración
de mar y tortuga feliz:
abracen sus vidas
a plenitud.
Sin negarse a seguir con prisa los latidos de su corazón.
Video... verlo sin falta queridas tortugas mágicas. Gracias.
pendant la étérnité
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