... de vida.
Sábado de alto señorío. Un medio día tupido en fatigas y faenas de todo lo que ocupa la cotidianidad, el mantener el hogar de vista al mañana con alegría, de nutrir la belleza del día a día, aprovisionarse para los haceres venideros y pautar lo necesario para que las jornadas avancen sin interrupciones. Ahora que las letras se abrieron ante mí: regalándome el trazo soñado que durante años acaricié.
Los vientos soplaron a favor al ritmo de las teclas que dotaron de vida una filosofía primera: al abrir el texto con oleaje de brillos incandescentes. Las ramas de los árboles se alzaron al vuelo de su danza sagrada. Por la ventana entró el suspiro de Apolo con aires de Olimpo renacido. Acompañado de todas sus musas y con el colorido de las mariposas de abril. En ese momento, la música entonó el designio de la espera cumplida.
Con prisa... la felicidad se asomó cual paloma mensajera para entregar la misiva más definitiva de una vida sembrada de valentía, forjada con esfuerzo y nutrida de amores inalcanzables.
Inalcanzables: en tanto no calzan con la medida de mi andar... tanto como se esfuman en distancias y ausencias. Inalcanzables: en tanto carentes, fallidos, erráticos y aburridos. Carentes: en tanto desleales y sin convicciones. Fallidos: en tanto no supieron arder con franqueza ao fogo da paixão. Erráticos: en tanto timoratos y faltos de carácter ético. Y aburridos... porque no conocían lo sublime de la risa, la sonrisa y la carcajada: en tanto con orgullo y egocentrismo no sabían reír de ellos mismos.
Con la certeza de la amabilidad candente. Con fe. Y con entrega a todo aquello que brota a manos llenas desde el fondo de mi inspiración. Y llena de motivos entrañables. Dichas innombrables. Misterios sagrados. Regalos ancestrales. Magia y vida: nutrida del amor más grande que se engendra cuando se alumbra un nuevo mundo. Este fin de semana se va conformando como un espacio memorable. Un antes y un después. El día a partir del cual el estancamiento tornó: fuente de manantial. Amén.
Así... llegó la noche. En calma. El descanso. Y la obra tripartita que me ocupa, a la par, cual triada: una solapa a la vez. Cada vía se conjuga en armonía y al tiempo simultáneo se compone una hermosa sinfonía. Cada hoja en blanco... ocupó el lugar y el color que a cada telar le corresponde. Con la impaciencia de todo lo que, sin quedar en el tintero, se abre a un futuro posible que brote a la luz de mis letras. Con gratitud.
Del pasado nada queda ya. No hay huella que no sea más que "la senda que nunca se ha de volver a pisar": mi único y extraordinario camino. Sólo se preserva aquello que me corresponde por designio divino y aquello que me pertenece cual destino escrito en piedra. Cual serpentina de todos los colores y en pleno festejo celestial: al la fuente de la vida nutrir dentro de sí. Sólo me es propio lo que yace en mí y lo que despierta a partir de mi sonrisa. Sólo caben quienes con ternura y respeto me quieran descifrar. Quienes gusten de crecer amando. Quienes se atrevan a abrir los ojos y trazar con valentía la imagen de su felicidad. Quienes vean en mí: plenitud. Porque son los tiempos de la era en que sólo se puede vivir con verdad al colmar tu vida de todo lo que con tus manos puedes construir, con tus ojos abiertos mirar y con tus oídos percibir: sin mediación, sin postergación. Se escucha de afuera hacia adentro. Se mira de adentro hacia afuera. Y para hablar, debes los labios mover y tu voz escuchar fuera de ti. La idea no es la realidad. Y la vida mental no es la vida real. Sólo la presencia de cuerpo entero y la comunicación de viva voz: colma de sueños cumplidos tu vida. No hay más. Y esto es verdad.
Y tú... ¿recibes las bendiciones de tu destino?
hASTA mAÑANA
FELICES TORTUGAS...
QUE LA LLUVIA
SEA MAGIA
EN SUS CAPARAZONES.
VIDEO DEL DÍA... con gran entusiasmo y llena de magia de tortuga: queridas tortugas mágicas. Gracias.
pendant la étérnité
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