viernes, 23 de octubre de 2009

de soledades a

a soledades...

En medio del desierto, amaneció un ángel y descubrió un profundo dolor en su corazón. Con cierto extrañamiento, no encontraba la razón de tal sentimiento. A su lado, yacían una sirena con el corazón latiendo a destiempo y una princesa sin reino, como si en él pudieran ambas sangrar los sueños muertos de sus vidas. El ángel de ojos color cielo y rizos de oro miró a su alrededor sin encontrar agua o alimento para estas almas que le habían sido encomendadas. El sol ardía en sus manos y ellas poco a poco cerraban sus ojos como quien escucha su última canción.

El ángel no sabía si su misión era revivirlas o ayudarlas a bien morir. Alzaba su miraba al Señor y suplicaba una señal que cesara el fuego en sus manos.

Esperó tres días sin recibir respuesta. Y colocó el calor de sus manos en la frente de cada una, así, ellas podrían decidir si querían vivir o dormir eternamente. Milagrosamente, la lluvia liberó la carga que quemaba su piel. La sirena se desprendió de su corazón para que encontrara su tiempo sin destiempo, la princesa tomó el corazón de la sirena y volvió a sentirse en casa, desprendiéndose del recuerdo de sus reinos perdidos para descansar profundamente, como si no hubiera dormido en siglos, cerró los ojos y tomó la mano de la sirena, quien emprendía el vuelo hacia la luna en busca de su propio corazón.

El ángel vio ante sus ojos la luz del mañana y se abrió ante sí la puerta del futuro para llegar, al fin, a su destino de paz.


Y tú ¿a quién atas el tiempo de tu corazón?


Feliz fin de octubre... dichosas tortugas.


domingo, 18 de octubre de 2009

sol frío de otoño

Y domingo de más viento.

El sol amaneció esta mañana por mi ventana, con cierta nueva luminosidad. Tras una larga noche de viento intenso: dulce canto de bosque que entona el sino de los días por venir. Y de la mano de este brillo, la reflexión reconciliada de las últimas semanas en las que todo está cambiando, aparentemente, sin rumbo ni dirección. Días en los que no adivino qué me corresponde hacer. Horas de silencio latente que aprende a callar la belleza indecible de verdades veladas, compartidas sin ser nombradas... mágicamente dichas en una mirada... un breve gesto y el feliz descubrimiento de un millón de almas amigas.

Así medita la tortuga, mientras escudriña su caparazón, agradece todas las señales que le han sido regaladas y aprende a vivir con el entusiasmo de una dicha aún desconocida para ella.


Y tú ¿descubres tesoros en tu corazón?

Hasta mañana.


sábado, 17 de octubre de 2009

viento

de bosque...

Como si despertara desde el fondo de la tierra nace el murmullo de las ramas y hojas, los troncos se quiebran sin romperse o lastimarse acaso. Las ventanas retumban, el agua se despide y el húmedo verano empieza a darnos descanso.


Y tú ¿descubres el canto de los árboles?

Buena noche amigas tortugas...



martes, 13 de octubre de 2009

princesas y virtudes...

En cada hormiga que acompaña nuestro ethos, es decir, en cada una de las hormigas que nos habita... viven latentes sonrisas y brillos que resplandecen como virtudes. Y son nuestras virtudes las que nos convierten en mágicas tortugas... y princesas. Como si al nacer durmieran en nosotras dulces designios que debemos descubrir con fe. A veces, nadie nos enseña esto y olvidamos el encanto que somos.

Por ejemplo, la hormiga de la obediencia, que nos dota de herramientas para forjarnos un carácter, aprender de otros y construir espacios de organización común, opaca el brillo de nuestro ser creativo: forjar un carácter propio, enseñar de nuestras experiencias a los otros y crear nuevas formas de organizarnos entre pares. No se trata de renunciar a nuestras hormigas... se trata de hacer brillar en ellas a la princesa que todas somos una vez que descubrimos la voz de nuestra tortuga mágica.

Otra hormiga muy importante es la prudencia, la cual no puede opacarse tras la cobardía de decir lo que pensamos y luchar por lo que creemos.

La humildad que tampoco debe esconder tu valía.

La paciencia que debe ser alimento de esperanza y no merma de ti.


Y tú ¿qué otras hormigas conoces?

Hasta pronto...