jueves, 17 de septiembre de 2020

el cambio...

... de lo imperceptible. 



No encuentro la ocasión para compartir todo lo que me habita en estos días que vivimos sin poder reunirnos. Es un estar en un tiempo detenido que regresa a sí, una y otra vez. A la vez que no cesa su ritmo vertiginoso. El amor renace en los rincones de la distancia como un camino hacia el reencuentro con nosotros mismos. La espiritualidad toca a nuestra puerta de formas inimaginadas. Se diluyen las diferencias en torno a causas más comunes. Las resistencias a entregarnos a este nuevo proceso de vida también remueven dolores escondidos. Pero para crecer. Limitarnos. Y expandirnos al mismo tiempo. Decir no, ahí en donde hay violencia. Abrazar el sí, ahí en donde hay respeto. Hay historias que no cambian. Pero hay otras que se abren hacia horizontes y desafíos insospechados. Y así... la realidad cambia casi sin notarlo.

Cada quien descubre nuevas interrogantes. Y esa es la magia de la humanidad. Ser cada quien un alma colmada de sí. Compartir estas dudas y certezas que nos conmueven es lo que nos une con fuerza. 

El acontecer no está ajeno del horror, lamentablemente. Vemos cómo la política se desmorona ante un gobierno que, ensimismado, nos desdeña. Girar de rumbo y tomar postura se vuelve imprescindible. No podemos guardar silencio ni ser omisos. No debemos renunciar a nuestra libertad de ser. 

Son tiempos de esperanza renovada. También de profundo agotamiento. Y juntos, sumando fuerzas y buen ánimo, nos acompañamos. Haciendo la carga más ligera. Y el descanso más feliz. Juntos... podemos y queremos desdibujar un futuro en donde la alegría nos colme de sonrisas. Y risas.

En días como los que se acercan, de nuevas definiciones electorales, México merece más. Unamos voces y visiones. Paremos el atraco de nuestras instituciones. Tracemos alternativas de política pública con enfoque de derechos humanos que abran las puertas a la posibilidad de hacer de nuestro país un espacio más justo en todos los sentidos. Defendamos nuestra democracia que tan lejos nos ha traído. Y tanto nos ha costado. No permitamos que nadie se crea dueño de nuestra voluntad. El 2018 no fue un cheque en blanco. Y nos quedan a deber cada mañana. Por eso, hagamos un alto, respiremos profundo y construyamos una estrategia común entre quienes estamos convencidos de que el camino que tomó este gobierno y sus mayorías no fue el de construir. Construyamos lazos al margen de nuestras vanidades. Seamos la solución. Sin odios, resistencias, prejuicios ni revanchismos. 

Somos libres de elegir nuestro destino político, de repensar y reconsiderar nuestras opciones. De participar del modo que nos parezca oportuno y nos represente algún valor en nuestra trinchera propia. Libres de informarnos con base en distintas y diversas fuentes de comunicación. Capaces de cada uno discernir por cuenta propia la opinión que una u otra circunstancia o tema nos suscita. Sin necesidad de violentarnos ni discriminarnos entre pares, entre iguales, entre humanos...

En México somos muchos y todes merecemos ser parte del equilibrio del poder.


Y tú... ¿te sumas para equilibrar la balanza democrática? 


Feliz jueves...
colmado de ser.
Fuerte abrazo...
con esperanza y alegría.


Y un poco de inspiración para festejar a Benedetti:

Compañero...

No sé si son sus ojos
cuando distraídos
sin percatarse
me hablan desde su corazón.

No sé si son sus manos
cuando al hablar
sin cobardía
se estrechan con su voz.

No sé si son sus labios
cuando sonríe
sin gesto alguno
...

Sólo sé
que todo entero
ilumina el porvenir
al acariciar mi alma.
Gracias.