domingo, 8 de julio de 2018

7 días...

... y contando. 

#Ganamos... #AMLOPresidente. Felicitaciones inmensas a todo el equipo de #MorenaVa y de #JuntosHaremosHistoria. Gracias!!! Si saltas... vives...




Esta vez estamos ya de cara a la meta final de la larga e intensa campaña (y jornada) electoral: el pleno ejercicio de la nueva composición del poder político. El 1 de julio elegimos, con libertad y en democracia, el rumbo de nuestro futuro como país. Y hoy estamos llenos de esperanza por todo lo que se empieza a vislumbrar ante nuestros ojos. Que el festejo no cese y que nada (ni nadie) impida que sigamos siendo parte de esta transformación. Juntos hicimos historia y juntos cosecharemos los frutos de nuestros triunfo. 

Nos esperan largos meses antes del 1 de diciembre. No desesperemos en el camino. Los ciudadanos vamos cambiando de lente y pasamos de la movilización electoral a la recomposición de una sociedad renovada, que se sabe dueña de su destino. Cierta melancolía nos puede invadir ahora: de cara a un desconocido futuro. Ahora que las piezas empiezan a ocupar su lugar en el nuevo juego de la política nacional, del cual seremos observadores... leales con nosotros mismos y con todo lo que nos hizo depositar nuestra confianza en los candidatos de la coalición #JuntosHaremosHistoria. Llenemos este extraño vacío, que nos arroja a nuestras realidades individuales, de la esperanza intacta de nuestras convicciones. Y no olvidemos la fiesta de esta experiencia colectiva... de la cual todos fuimos parte.

¿Qué esperamos de nuestros nuevos representantes? Esperamos que no renuncien a los cargos para los cuales fueron electos, que retribuyan la confianza que depositamos en ellos. Esperamos que logren encauzar la viabilidad de los proyectos de trabajo que respaldaron su triunfo. Que prive una nueva forma de hacer política. No la de dar y recibir en el mercado de una política de complacencias y compadrazgos, ni de repartición de cargos con base en la lógica de suma de beneficios y aliados a conveniencia. No queremos una política retributiva. En la que se posicionan los equipos de trabajo como avalancha rapaz que viene a apoderarse de todos los recursos del Estado. Queremos alianzas congruentes con las metas a las que todos aspiramos. Que sea la idoneidad y la competencia de los nuevos cuadros políticos, para cada cargo bajo su responsabilidad, lo que prive en la conformación de los nuevos equipos de trabajo. Que no haya vilezas que condicionen uno u otro nombramiento. Que se envíe una señal clara de que aquí nadie le debe nada a nadie y todos nos debemos al proyecto de Nación por el cual, con contundencia, más de 30 millones de mexicanos votamos. El nuevo Gobierno de la República no está en venta.

Ya no queremos ver baños de ego... ni improvisaciones. Queremos certezas respaldadas por la avocación al cambio que todos hoy festejamos. Queremos un México libre de vanidades e igualmente democrático para todos.

Es tiempo de sumar esfuerzos y no ceder en nuestro respaldo al liderazgo de Andrés Manuel López Obrador. Darnos un momento para acompañar esta transición con cautela, sin prejuicios. La labor de reconciliación exige la generosidad de todos nosotros. En sentido estricto, los trabajos de transición aún no comienzan. Se está tejiendo el entramado que hará de este proceso un triunfo más para todos. Oficialmente, éstos darán comienzo a partir de que se entregue la constancia del INE. Los asertivos movimientos previos son una muestra más del compromiso de todos los actores, que estarán involucrados en tal faena, y representan la certeza de que el nuevo Gobierno no improvisará. Hay un equipo, hay un proyecto y hay un líder a la cabeza. Hay una estrategia muy bien prevista y necesitamos aprender a escuchar con más cuidado el sentido, significado e importancia de cada uno de estos movimientos. Que la propaganda ni la premura del entusiasmo cieguen nuestros corazones. Como ciudadanos también tenemos mucho trabajo que atender en nuestra vida diaria. Acompañemos con sigilo y colmados de generosidad, hacia nosotros mismos, los acontecimientos por venir. No claudiquemos antes de empezar a comenzar.

Tampoco es momento de anticipar peligros, riesgos o resistencias "democráticas" (por cierto, que término más desatinado, porque cuando la democracia triunfa de forma tan contundente... todo movimiento de resistencia implica, obligadamente, el germen de alguna forma antidemocrática). Las supuestas agendas de contrapeso, que se traten de impulsar, son también todavía totalmente inútiles; primero tendrán que entrar en funciones los nuevos representantes, solo así: se podrá empezar a vislumbrar cuáles son ésas nuevas resistencias y movimientos de oposición y cuáles serán los verdaderos contrapesos que nuestra democracia necesitará. Entreguémonos con más calma al curso de los acontecimientos. Y que sea la propia realidad la que nos dé luces sobre los nuevos a caminos a seguir por parte de cada uno de los actores políticos y de cada uno de los ciudadanos. No es tiempo de empezar a amotinarse en torno a la necesidad de nuevas causas que den curso a nuestras expectativas y fervores. Es tiempo de sumar esfuerzos a las causas triunfantes. Y depositar en ellas nuestras expectativas y fervores de manera responsable y sin perder el sentido cívico de todo el camino que hemos recorrido hasta aquí. Comulguemos nuestros corazones en esta paz que estamos empezamos a construir... en medio del júbilo que todavía compartimos.

Interroguémonos con libertad ante los nuevos acontecimientos y no nos apresuremos a tener respuestas imposibles de descifrar a siete días de la elección. Conservemos el buen ánimo y el respeto entre nosotros. Dialoguemos nuestras percepciones, temores e inquietudes sin necesidad de consumar juicio alguno. Disfrutemos a plenitud los albores de la historia que juntos forjaremos. Y no olvidemos que todos somos bienvenidos en este México nuestro. Renunciemos a nuestros hábitos de antaño y aprendamos a abrazar nuestras dichas. Porque todavía no hemos bailado suficiente este festejo... 

Y que nada nuble el halo solar que el cielo nos regaló a manos llenas. Salud!!! Viva México!!! Gracias a todos y todas por vibrar colmados de esperanza!!! El futuro nos espera lleno de sorpresas...




Desde hace algunas semanas, quise compartir con ustedes que un largo viaje me raptó de este espacio de luz que me llena de satisfacciones cada día. De mis letras. Volver de los viajes que el alma emprende tras los senderos de otras latitudes: siempre es un camino arduo. Así como, arduo es volver de este viaje colectivo que todos compartimos en meses recientes. Probablemente, se debe a que el tiempo y el espacio se trastocan con todo el acontecer que visitamos, con el reflejo de todas las almas que abrazamos. Con la amnesia de nuestros quebrantos vitales. Y con la frescura de los abrazos renacidos. También, porque al permanecer lejos, por un breve momento, recordamos las razones por las que elegimos regresar a la realidad que nos compone... esfuerzo no menor. Y solo así, logramos recuperar para nuestro presente las alegrías que los viajes nos permiten experimentar.

La magia de tales travesías es que se suspende, por un instante, el continuo transcurrir de nuestros días. Como si algo nos arrebatara por unos segundos y después nos arrojase de vuelta a nuestras orfandades. Así también, tras el abrazo profundo con nuestra historia, y con toda la ciudadanía, cada quien es arrojado, sin más, a nuestros pequeños quehaceres cotidianos y a la aleatoriedad de cada uno de nuestros destinos. Pero, así como ocurre con los viajes... la felicidad es el tesoro que conservamos de la magia de las experiencias del "espíritu" (recordando un poco a Hegel). No perdamos la fe...

Mis mejores deseos a todos quienes tendrán la fortuna de forjar con sus manos la cuarta transformación de nuestra Nación. Estoy segura de que sabrán hacer lo correcto y no nos van a fallar...



Y tú... ¿cómo abrazas estos primeros siete días de historia?



Nos esperan felices días...
queridas tortugas.
Abrazos lleno de magia
para quienes
conservan mis letras
en su espíritu.
Gracias!!!



martes, 3 de julio de 2018

paloma...

... de la esperanza... que encontró "cielos más estrellados donde entendernos sin destrozarnos, donde sentarnos y conversar". (España, camisa blanca...Víctor Manuel San José)


Este 1 de julio ¡¡GANAMOS todas y todos!! No hay vencedores ni vencidos. Triunfó México. 



No es fácil expresar en palabras todo lo que significan las más de 24 horas llenas de intensidad, que hemos vivido como Nación, desde que pudimos tener la certeza de que Andrés Manuel López Obrador será nuestro próximo presidente. 

Entre la sonrisa, la emoción, el sollozo y la alegría... el festejo se diluye en agotamiento profundo: sin perderse la dicha. El trabajo todavía no empieza y parece que ha pasado un siglo desde el cierre de campaña en el Estadio Azteca. Un coloso abarrotado de amor que ya anunciaba la abrumadora victoria. 

Me siento afortunada por poder ser parte de la historia. Lo logramos. El sueño imposible nos ha sido brindado desde el cielo... gracias a nuestra capacidad de creer que otro México es posible. 

Un país que conserve todo lo bueno que tiene y que corrija el rumbo de todo lo que, con urgencia, merece ser enmendado. Un México de paz y felicidad. Una vida digna y libre sin el rezago de la injusticia social. Gracias al esfuerzo dedicado de millones de mexicanas y mexicanas. 

Todos hemos jugado un papel crucial para construir esta fiesta democrática que todavía se confunde entre el entusiasmo y la resaca. No podemos escatimar en reconocer el sello de la ciudadanía, en todas sus expresiones, como el vehículo para este gran logro nacional.

Hoy ya no hay contrincantes... emprendemos un nuevo viaje y vamos todos en el mismo barco. Solo así, llegaremos a puerto seguro. Aprendiendo los unos de los otros. Respetando nuestras diferencias y abrazando todo lo que nos une. Reconociéndonos como igualmente humanos. E igualmente importantes. Tendernos la mano entre nosotros y arrimar el hombro a todos quienes se han quedado marginados. Le debemos nuestro profundo compromiso a los rostros de conmoción que podemos descubrir en las imágenes que conservamos de estas horas prolongadas... desde que arrancó la instalación de las casillas. No nos podemos fallar a nosotros mismos.

Aplausos a nuestras instituciones y aplausos a los medios de comunicación. Aplausos a funcionarios y representantes de casillas. Aplausos a los candidatos que reconocieron la ventaja de la coalición #JuntosHaremosHistoria. Aplausos a Enrique Peña Nieto por comprometerse con garantizar la voluntad de nuestro voto libre, expresada en las urnas. Aplausos a todos los candidatos del gran número de puestos que fueron elegidos... a quienes fueron favorecidos y a quienes no lo fueron. Aplausos a todos los partidos y a todos los equipos de campaña. Aplausos a todos los voluntarios. Aplausos a los usuarios de redes sociales. Aplausos a todos y cada uno de nosotros. Porque así como cada voto cuenta: cada esfuerzo cuenta.

Y la magia de sumar esfuerzos es que... llega un punto en que somos tantos: que nos volvemos uno. Ya no importa nuestro nombre ni nuestro apellido, solo importa la fuerza de nuestros corazones y nuestra capacidad de dar: lo mejor que podamos ofrecer. El compromiso con la mejor versión de nosotros mismos y la generosidad para comunicarnos entre nosotros, sin necesidad de agredirnos en forma alguna. Entonando la más bella de las melodías. E inventar juntos la sinfonía en que México se puede llegar a convertir.

La dialéctica de la vida social hace imprescindibles a todos y cada uno de los actores y sucesos que hicieron posible que hoy, al fin, Andrés Manuel tenga en sus manos el futuro de nuestro destino, por seis años. Gracias por no claudicar y por no darte por vencido. Quienes te hemos acompañado desde que fuiste Jefe de Gobierno... Consultas, segundo piso... desafuero y voto por voto... casilla por casilla... Quienes te admiramos, y confiamos en ti, hemos recuperado la posibilidad de volver a ser parte de este destino. El alma de nuestra esperanza herida. Y la sonrisa que solo la justicia hace brillar. 

Gracias México por este regalo. Gracias siempre... porque hemos perdido el miedo de gritar con toda la fuerza de nuestro corazón "es un honor estar con Obrador". Y porque juntos pondremos en alto el nombre de México. Reivindicar las causas que nos han unido y volver a descubrir nuestros rostros: libres del desamparo. 

Y a quienes no votaron por MORENA: no tengan miedo... confíen en nuestro voto convencido y feliz. No se desilusionen. Bríndennos el beneficio de la duda y abran sus corazones para recibir con generosidad los frutos que juntos cosecharemos para todos. No se priven de ser parte de los nuevos senderos que exploraremos como país. No nos priven de compartir, sin distinción alguna, esta alegría. Reciban esta dicha. Aprendamos juntos a construir un futuro en el cual todos podamos sentirnos igualmente identificados. Juntos evitemos que excesos o errores se cometan. Y juntos exaltemos los logros que podamos acariciar. Juntos... hagamos historia.

Démonos permiso de sentirnos satisfechos... de aceptarnos como somos y de descubrir la belleza que habita en todos y cada uno de nosotros. ¡Viva México! ¡Sí se pudo!


Y tú... después de esta jornada electoral... ¿qué sueñas para México?


Fuerte abrazo de tortuga...
lleno de magia democrática.