martes, 22 de marzo de 2011

entre la guerra y la perversión electoral

Ante los efectos que se multiplican de una batalla armada entre nosotros mismos en aras de combatir las drogas, me pregunto qué es realmente lo que de ellas queremos combatir: ¿su consumo legítimo de facto ante la preferencia generalizada de gran parte de la población? ¿su venta ilegal ante la cual nos cruzamos de brazos, refugiándonos en una añeja moralidad en la que nadie cree? ¿la criminalidad violenta de quienes han hecho de ella su sustento, generando incentivos para que sea cada día más cruenta? ¿O acaso disputamos el negocio millonario que de dicho consumo ilegal se nutre?

Confieso que yo estuve en contra de esta errática estrategia desde el primer día y hoy quisiera haber estado equivocada, pero no me desgastaré en eso ahora. Porque del otro lado de la moneda, como si fuera poco el costo de vida y futuro que de suyo ya estamos enfrentando a causa de esta "guerra", estamos en el umbral de la parálisis electoral. Los meses muertos que anteceden a toda elección presidencial en donde nadie arriesga nada, ningún proyecto se concreta, ningún presupuesto se ejecuta en tiempo y forma, mientras quienes tienen el poder de resolver los problemas que enfrentamos para desarrollarnos como ciudadanos y personas, para crecer y trabajar, para asumir corresponsabilidades y ejercer nuestros derechos, se ocupan de jugar a la balanza de las negociaciones y traficar cuotas de dominio con cinismo.


Y tú ... ¿vislumbras alguna solución para esta encrucijada?

Un abrazo mis queridas tortugas.





lunes, 14 de marzo de 2011

salud mental

y paradojas vitales.

Cuenta el niño interior que en él se esconde la liberación del adulto maltrecho. Como si, cuando se contacta el llanto infantil del ego en su egoísmo primigenio, algo nos purificara. Lo cual siempre he debatido. Ya que, por el contrario, crecer es renunciar a este ser que sólo sabe de sí y que no conoce el límite de su percepción.

Cuenta el mito de Berkeley que sólo existen nuestras percepciones ya que, de hecho, es de lo único que podemos dar cuenta con certeza. Ante esto, hoy cientos de voces se suman con la ilusión de que el poder de la mente es ilimitado y que basta con sólo pensar algo para que exista, supeditando las realidades no mentales a una suerte de ficción del caótico imaginario colectivo, en la cual el bien y el mal se diluyen, ante el relativismo autista de una moral sin consecuencias y por ello: sin responsabilidades. Por mi parte, evoco a Kant, quien hace varios siglos superó la falsa dicotomía entre el emprirismo y el racionalismo. Y no renuncia a que, en último término, si algo le da sentido a mi pensar es que está limitado por la experiencia, así como, ésta sólo es posible en tanto los objetos del mundo existen con independencia de que sean pensados o no pensados por mí. (Afortunadamente... de otro modo, viviríamos en el mundo de la psicosis.)

Cuenta la ignorancia de los modernos que todos debemos ser normales. Una falsa inferencia de la estadística cumple las veces de detectar casos atípicos para depurar y resguardar la norma de la especie. Ante esto, todo síntoma de distinta emotividad es segregado de este concepto y el estrés que se acumula durante los procesos de domesticación a los que nos sometemos, diariamente, para poder ser productivos y satisfacer los estándares sociales, nos enferma silenciosamente.

Algunos desarrollan cánceres, otros diabetes, enfermedades neurodegenerativas o algún padecimiento cardiaco o vascular. Sin mencionar que los distintos problemas digestivos se han vuelto parte inherente de vivir.

En la mayoría de los casos, se cifra un cuadro depresivo que puede ser leve, moderado o grave. Sin embargo, casi imperceptiblemente, transitamos entre estos estados en el camino hacia la felicidad futura, junto con la promesa del provenir que el capital trajo consigo.

De esta manera, la percepción en nuestros días aparece como enigma irresoluble que ya no sólo se debate entre la realidad de lo mental y las realidades no mentales, incluso, se confronta y pugna entre todas las subjetividades, a medida que los cuerpos se vuelven el latente síntoma de los fracasos de nuestra cultura.


Y tú ... ¿estás deprimido?

Hasta mañana tortugas!!

viernes, 11 de marzo de 2011

diablito celoso

Cada vez que nace un alma recibe todo lo que necesitará para florecer de acuerdo con su naturaleza. Cada alma cuenta con su gemela para fincar un camino. Y para todo camino hay un destino. Pero no me refiero a un designio determinado sin voluntad ni libertad. Más bien se trata de ir forjando tu carácter en cada paso que das para elegir tu propia senda.

Cuando se mezclan las almas en los distintos escenarios de la vida, surgen querellas y dificultades para comunicarse. Les cuesta aprender a respetarse entre sí. El compartir se convierte en un ejercicio de vida que sólo se hace hábito con el esfuerzo del tiempo. Y de vez en vez las almas son raptadas por pequeños demonios que nos son dados para aprender a crecer.

Este es el cuento del diablito celoso, quien es un travieso demonio. Cuando te posee por primera vez se hace invisible para que no lo puedas reconocer. Entonces, diminuto cual es, se esconde sigilosamente a un costado de tu oreja, provocándote una ligera comezón. Y aguarda, como si estuviera al acecho, el momento justo para narrarte falsas historias de todo lo que ocurre a tu alrededor.

Una vez que eres encantado por sus palabras, no puedes dejar de pensar cosas terribles que sólo te lastiman y lasceran. De pronto, sientes celos de las personas con las que te cruzas a tu paso, de quienes te acompañan en tu trabajo, de tus compañeros de estudio, de tu pareja y de ser traicionado por ésta.

Con sólo un inofensivo relato, este demonio hace de ti un gran monstruo lleno de miedo. Al quitarte la paz, entonces, el diablito encuentra un lugar justo en lo más profundo de tu corazón y se vuelve la voluntad de ese monstruo que acabas de despertar.

Una vez que se vuelve visible su esencia en tu ser, tú empiezas a avergonzarte de todos estos sentimientos desatados y evitas mirar tu alma, porque no quieres reconocer que has invitado a ella a uno de sus peores enemigos.

El alma no puede darse el lujo de renunciarse ante tales debilidades, pues de hacerlo, se estruja, se enferma, se entristece, se hace cada día más pequeña y muere imperceptiblemente presa de la furia de sus demonios.

El corazón tampoco puede salir victorioso si usurpan su verdadera esencia, cuando ello ocurre, se vuelve incapaz de albergar bondad alguna hacia ningún ser, menos hacia sí mismo.

Como parásito este diablito salta de oído en oído en busca de nuevos corazones, por eso, toda alma debe aprender a fortalecerse desde que nace, a través de los dones que le fueron dados, amigándose con su esencia, descubriendo su destino elegido, disfrutando las determinaciones de su ser con entera y libre plenitud. De lo contrario, cuando vive atada por alguna voluntad o circunstacia, ferozmente se dejará atormentar por el indefenso e insignificante demonio de los celos.


Y tú ... ¿reconoces la voz de tu diablito?

Buen fin de semana queridas tortugas.




jueves, 10 de marzo de 2011

sin tanto enredo

Varios días han pasado desde mi última reflexión... y quizá ahora está más claro en mi alma lo que quise decir ayer.

Extraño los cuentos y la metáforas... así que procuraré contarles la historia de hoy en manos de un hada sabia que despertó en el planeta de los desengaños y no entendía qué pasaba a su alrededor. Todo era confusión y llena de temor abrió los ojos para descubrir que un viento de la oscuridad había secuestrado su corazón por pura vanidad, preso de sus obsesiones y fantasías, pero sin amor, sin afecto, sin ternura, con las manos vacías y lleno de indiferencia.

El hada sólo quiere llorar al descubrir la verdad. Está sola, anhela volar y volar hasta llegar a la tierra de las ilusiones cumplidas y ver sus sueños nacer. Pero ya no tiene fe y se rompe a pedacitos porque el ángel de su pasado soltó su mano y todavía no encuentra un compañero. Ha sido el hazme reír de su amado y ha perdido su refugio. Lo único que la consuela es mantener íntegro su carácter.

¿Cuáles son las enseñanzas que el hada sabia trajo para mí esta mañana al visitar mi ethos? Llegó llena de música y me susurró al oído "no temas... el futuro más dichas te regalará... sólo duerme un poco." Cuando la escuché desperté con prisa tratando de poder retenerla  y saber sus secretos, pero ella voló dejando polvo mágico de oro en su sendero mientras dibujaba un corazón. Cerré los ojos sin más y al fin pude descansar.

Quisiera poder encontrar a esta hada para decirle que no debe perder la fe, que no puede controlar las burlas de su amor elegido y que no debe lamentarse por no ser correspondida, ya que en nuestras manos sólo contamos con la llave de nuestro corazón y si al abrirlo no todo sale como esperamos, debemos conservar el mejor recuerdo y una gran sonrisa, cerrarlo de nuevo y aguardar un nuevo amanecer. Nada puedes hacer cuando se trata de madurar... más que ocuparte de tu propia alma.

Amar es un acto valiente, quien con cobardía huye de su propio corazón sacrifica mucho más que un amor y renuncia, irremediablemente, a crecer.


Y tú ... ¿has roto un corazón?

Hasta pronto y que reciban con magia de tortuga el susurro del hada sabia cada amanecer.