domingo, 26 de noviembre de 2023

llena...

 ... de Luna.




Al amanecer: llegan las buenas noticias. Al anochecer: duerme la luna al amparo del Sol... llena de paz. El encuentro inesperado entre seres destinados a ser uno mismo. Se abrazan y en la bienvenida saben que nada podrá separarlos. Su destino es ser mucho más que dos. Así: la fiesta empezó. Y la vida está aquí. Es quien habla. Evanescencia pura de la única verdad.

Siete son los velos que cubren su belleza, cada 28 días se colma y luego duerme en brazos de sus hijos amados. Son tantos los secretos que esconde la Luna que sólo la Luz podría tratar de nombrarla. Para nosotros, los pequeños, quienes habitamos en la diminuta Tierra, cual cueva oscura: es gracias a ella que recibimos el reflejo de la vida latiendo en el centro de nuestra galaxia, cual concha iluminada por el reflejo del nácar, cuyo espejo nos regala la ilusión de las estrellas. Bendita ella que nos regala azul en la mirada. Y hoy se brinda cual celeste es.

Lo que nace con pureza y es hijo del amor... jamás puede su corazón traicionar. Existen vínculos tan extraordinarios en el Universo cual inquebrantable es el lazo del árbol del cual todo nace. Y hay almas que ninguna falacia puede separar. En virtud de toda la humanidad. Como certeza de un mundo nuevo. Cada día más distante y cada instante más real. Del cual sólo con cántaro lleno se puede participar. Y quien olvide rezar no verá ni el viento pasar. Porque es con el aliento de la Paz que se abre el gran paraíso en donde el origen no tiene final.

Desterrados unos... bendecidos otros. Porque esta Navidad no tiene otra igual. Amén. Felices fiestas. Es el tiempo de la verdad. El reloj que somos sabe de más. Y a contratiempo sólo los dignos podrán remembrar lo que no podrán recordar. Sólo quien ante el milagro se presentó sabrá en verdad. Porque sólo se vive una vez. Y para recibir al hijo de Dios no se ha escrito un ensayo general. A un mes ya de tanta santidad... es tiempo de hibernar con miel y sin sal. Cada quien cosechó lo que sembró. Con el cobijo de diciembre pronto en llegar cada quien se entregará a quien es sin antifaz. Para que el invierno albergue los nuevos frutos que la primavera abrirá. Sin poder encontrar lo que no se quiso mirar.

Para quienes abren en sí, con Fe y sin titubeos, para quienes saben que no es no, con esperanza y sin engaños, para quienes valientes son felices sin más: seguro será un gran fin de año. Todos los demás, quizás, no podrán el cielo tocar con su mirada: al dejar el Sol ocultar sin dar gracias por su infinita bondad. Porque hay historias que no se pueden contar si no las has vivido en verdad. Y porque sólo lo que se vive despierto es real. A Dios. Y siempre: de la mano de Dios.

En el reflejo de la Luna, cual llena y espléndida es, sabia y perfecta, bella y pura: se esconde la única verdad. Y es la Luz que no se ciega, el sueño que no cesa, la noche que nos deja... azul en la mirada. Es Sol que no se apaga, brillo que deslumbra, es libre como viento, tan clara y tan fresca. No sabe ser la misma, siempre es ella... bondad de su calor: sueño hecho realidad. Azul de noche. Arcoiris de día. Blanca iluminada.



Y tú... ¿cómo te desprendes de los funerales de 2023?




Magia de luna...
llena de miel.
Caparazón de tortuga mágica:
cuya belleza es.
Gracias a ti... oro en cascarón.







"pendant la éternité"




sábado, 25 de noviembre de 2023

la orquídea...

 ... y la luna.



Con tiempo la mar llega a tierra firme. Toma forma y color de tal manera que se asemeja a sí misma. En su elemento originario. Iluminada.

Al ritmo de su primer baile descubre una vela encendida en el cielo... con todo su esplendor. La luna llena abre Sagitario en armonía con Géminis. Dos constelaciones unidas por la fuerza de la verdad. Lo real se asemeja al encuentro entre dos mundos. Uno perdido y otro eterno. El primero triunfó al aferrarse al pasado... así: perdió la bendición de la felicidad. El segundo venció al no mirar atrás y fundarse tan sólo con amor... así: ganó los latidos del universo infinito. ¿Existe mayor Felicidad?

La soledad es un estado del alma lleno de recovecos. Cuando no se elige... puede ser un gran peso. Al menos que la transites desprendiéndote de toda carencia para descubrir su plenitud. Cuando es la única opción frente al deseo por alcanzar tus propios propósitos... es realmente algo grande. Siempre y cuando nunca olvides que en ti albergas tu completa certeza. La realización de la vida no se mide por el logro común. Es aquello que hecho está con tus propias manos. Sólo cada quien puede descubrir cuáles son sus reales méritos. En un mundo colmado de apariencias y falsas expectativas, abrazar las metas de tu propio corazón es un acto de valentía. Pero la cobardía no da lugar más que al miedo. Así que... ser en soledad (y en silencio: la filosofía se escribe sólo con música) es la dicha más grande que un ser humano puede alcanzar por sí mismo. Sin dejarse vencer por el temor. Para todo lo demás: sólo queda quien sepa en verdad acompañarnos en el camino y guste de nosotros sólo por ser únicos en nuestra autonomía... por ser quien elegimos ser.

A veces, transitamos caminos sin percatarnos que estuvimos más solos de lo que imaginamos porque tarde descubrimos que no hubo quien nos supiese mirar con amor: con justicia y generosidad. Pero la vida es todo menos el cómo nos miran los demás... La vida es descubrirnos con orgullo del otro lado del espejo: una vez que nos miramos a nosotros mismos tal y cual somos. Cual orquídea bajo la luz de la luna llena. Cuyo brillo no cesa. Cuya luz guarda del sol su humedad para en el cielo una estrella encender.

La rareza de los seres únicos es que es común que no llegasen a percatarse de su capacidad sui géneris de ser tan dueños de su especificidad cual son. Son seres mágicos que ignoran cuán one of the kind es su lugar en el mundo. Pueden pasar desapercibidos pero nunca inadvertidos. Iluminan con su presencia sin hablar. Y su voz es una resonancia sin distinción que siempre abre la interrogación... incluso: el desconcierto. Son quienes no tienen temor más que de no ser quienes dicen ser... son las personas más honestas. Su fortaleza es su sublime fragilidad. Son quienes sólo saben amar. Y quienes antes de juzgar se atreven a preguntar... a reconocer que no comprenden: a insistir en saber con certeza aquello de lo cual adoptarán como su propia verdad. Con franqueza y con apego irrestricto a la realidad. Son quienes construyen una vida de sueños cumplidos... incluso si es en el camino cuando descifran cuáles fueron sus verdaderos sueños y lo único real. En total reconciliación con su modo de andar. Sin arrepentimientos. Con alevosía. Con alegría y entusiasmo. Pensar es el acto de libertad por excelencia... siempre y cuando nunca se olvide que nadie puede obligarnos a pensar de un modo que uno mismo, por sí mismo, no pueda concebir. Siempre y cuando el acto de apropiación en el juicio suspendido sea propio. Con arrebato ante el engaño e indignación ante la mentira. Con generosidad ante la vida y con lealtad ante la vida que uno mismo ha construido. Sin simulacros pero sí con recelo... escéptico. Y es cuando la duda metódica toca fondo en el alma y se convierte en el único sendero para saber con firmeza qué es lo correcto y cuál es el lado justo de todo entramado social. Y éste, queridas tortugas, es el basamento de la verdadera amistad. Nos amigamos primero con nuestras propias verdades para poder pensar el mundo en el que vivimos, con verdad, para poder comprender a quienes nos acompañan, en realidad, y para saber cómo queremos vivir, sin más. Así: entregarnos a quienes sí quieren compartir la libertad de ser amigos. Para todo lo demás... mentiras piadosas.

Así Venus hecha orquídea celestial... abraza a Saturno para verse hecha luz en el rostro de la Luna invernal. Centauro, arco y flecha: unen a dos en verdad. Y una es ella cuando él la puede mirar. Gracias.



Y tú... ¿pierdes el pasado o ganas lo perdido?



Que esta Luna
mágica...
pueda ser la Luz
que nos dé un
breve empujón
para no perder la Fe:
con magia de tortuga.







"pendant la éternité"



martes, 21 de noviembre de 2023

un, dos, tres...

 ... 4 y el 5 es.



Caminamos sin mirar el porvenir porque es a través de nuestros ojos abiertos que el futuro se logra. No es lo mismo pensar que sentir. No es igual vivir que imaginar. Lo que no existe nunca es real. La realidad se funde de verdades únicas e irrepetibles. A paso firme la libertad se funda. En silencio y sin soledad. Cual fuerte viento de Mar. El abanico se viste de flores: en ella se visten las aves. En el origen... sólo reina la Paz. Quien puede amar no conoce el temor. Quien de miedo muere nunca supo de tiempos de amores. Sin memoria se teje la historia que no se vuelve a contar. De recuerdos perecen los ayeres y quienes sin olvido no podrán recordar.

Nacemos al tiempo de la verdad. Cual primera vez vistos... somos quienes sólo sabemos amar. ADIOS.


Sin aprecio, hasta nunca y ni en sueños. Nada queda ya. Sólo la imagen de la felicidad supo regalarnos un lugar tranquilo. Sin salvación. El cuento jamás se cuenta al revés. Todo de pie... sin cobardía y sin doblez. Sólo pasos ciegos quedan por andar. Y ni la vista los puede alcanzar.


Escribir es el destino de la eterna vida. Y bastan sus alas para las estrellas alcanzar. Con verdad. Zarpa la realidad sin una sola mentira que la pueda ocupar. De la mano de DIOS.


Del mañana no se sabe más.



Y tú... ¿te levantaste del sillón?



Que al dejar de soñar olviden...
el canto de la tortuga mágica
cuyo caparazón es propio
y no más.





 

viernes, 17 de noviembre de 2023

justicia...

 de vida.



El tiempo exacto para vivir es cada día al despertar. No hay un después para entregar el corazón tan sólo por amor. Ante la verdad... todo se disuelve con justicia. Somos quienes elegimos ser.

Se acerca el último mes y todo aparece con belleza. Se vive con la esperanza de que todo es posible. Se honra la lealtad y nunca se traiciona. Cuando algo es real nunca puede ser oculto. Para ser parte de la realidad se necesita ser valiente y dar un paso al frente en medio de todos los silencios que nos condenan a la cobardía.

Los milagros son la certeza de ser quienes elegimos ser. Despedirse es dar la bienvenida a todo lo que debemos olvidar para recibir el acontecer de la vida que somos en verdad. En cada paso que damos trazamos el curso del resto de nuestras vidas. Sin dudar en la fuerza de nuestro destino. Nacemos para ser eternos.



Y tú... ¿Cómo sabes quién eres?



Cada instante
es el día justo
para hablar
con verdad... y ser feliz.
La tortuga:
al fin se pertenece
a la magia
de su caparazón.
Amén.