miércoles, 25 de abril de 2018

posdebate...

... ¿presidencial? #ELECCIONES2018 #DebateDelDebate


¡¡Queridas tortugas!! ¡¡Qué días!!

Más que un respiro profundo nos hace falta. Esta semana, en cambio, fueron mis muelas las que me dieron una fuerte batalla. Y no sé ustedes... yo siento un huequito en el corazón de todo lo que nos quedaron a deber nuestros candidatos en su primer debate. No se trata de quién ganó o quién perdió. Eso depende de qué criterios utilicemos para ponderar nuestras valoraciones sobre su desempeño. Se trata de lo que nos merecemos los ciudadanos. Nos sentimos como si el mar ante nosotros hubiese retraído su marea dejándonos en una tierra desierta.

Este sentimiento que, por el momento, nos invade no debe ser motivo para desalentarnos o desmotivarnos. Mucho menos, razón para violentarnos. No nos dejemos engañar por los efectos mediáticos de la inmediatez de un evento. Por los surfistas oportunistas que tratan de remontar en medio del naufragio. Hay que buscar en el fondo de las palabras de cada uno de los candidatos para delucidar aquello que de verdad representan. Y abrir bien los ojos porque el oleaje regresará vivificado, sin moros en la costa.

Andrés no perdió el debate. Es cierto que, tanto Bronco como Anaya, dieron cuenta de sus fortalezas escénicas. Sin embargo, usaron éstas para amedrentar, agredir, confundir, engañar, poner la nota, hacerse relucir. Sin otro fundamento, ni fin, que capitalizar un voto que no se razone, un voto que nazca de nuestros temores profundos, un voto útil que oculte las atrocidades que ambos enaltecen con su pobre carrera política. 

Para mí, ésta fue la faceta más indignante del debate. Un Anaya que cree que puede abusar de su público e imponer su agenda con datos falsos y conclusiones maniqueas: la mejor expresión de una mente simplista. "Empoderado" al estilo Fernández de Cevallos... (creo que no hay nada más regresivo que esto). 

Un "Frente" que, con ruido y "argumentos", en apariencia: razonables y articulados, está dispuesto a recrear la realidad que necesita para vencer la voz de la esperanza. Porque sus filas están convencidas de que saben mejor que nosotros lo que queremos. Un montaje que engendra encono en donde no lo hay. Al estilo de los sofistas, mezclan el presente con el pasado, inventan un futuro y trasgreden la ética de la vida. ¿Cómo dialogar con el fascismo? La intolerancia de Anaya es apabullante. No es lo que dice lo que de verdad cuenta. Lo alarmante, es la intención con que se expresa, la necesidad de mentir para convencerse a sí mismo de que es quien dice ser y su disciplina militar para seguir un libreto prefabricado por las voces de otras personas. 

¿Quién es él? ¿Cuál su congruencia? ¿Cuál es la trayectoria de su trabajo que respalda el discurso que ahora utiliza para su provecho? ¿Cuál ha sido su contacto real con la vida de nuestro país? Su discurso es un hartazgo de palabras en las cuales él no cree. Sin importar cuán efectivas parezcan. 

Anaya agredió a México. Atropelló el honor de nuestra democracia. Y eso nos dejó a todos profundamente dolidos, irritados, golpeados... desesperanzados. Porque solo aspiró, de manera vil, a sembrar duda en donde hay amor.

Meade y Margarita se quedaron al margen. Rebotaron, se aplanaron. Perdieron de vista la necesidad que tienen de hacer un diagnóstico más severo para dejar en claro porqué la continuidad, con algunas mejoras, pero sin cambiar de rumbo, es realmente una opción para México: de cara a la elección del 1 de julio. Zancadillas más, zancadillas menos... hacia Andrés Manuel. Da lo mismo. El contrafuerte frente a Anaya... un poco inútil e infructuoso, si tomamos en cuenta que representan la misma visión de país. Entonces sólo compiten por el prestigio o desprestigio de su nombre, de su cercanía o menos cercanía a la corrupción que acompaña sus divergentes trayectorias. Ahí no hay mucho que ponderar. ¡Ni modo que la apuesta sea por quién esté más limpio en medio del lodo que los tres comparten! 

Los tres legitiman el sistema de violencia que nos atraca como sociedad. Y de eso no pueden librarse. Los tres han sido colaboradores cercanos del rumbo y las decisiones que nos arrojaron a la disyuntiva, entre un México de guerra o un México de paz, que hoy avistamos. Es un túnel sin salida. Cualquier otra cosa que traten de defender o denunciar... son minucias... superficialidades. Retoques de maquillaje. Hojalatería y pintura. 

Andrés Manuel fue inusitadamente cauto. Nos dejó atónitos. Nos quedamos con ganas de expresiones renovadas para sumar argumentos a las ideas ya expuestas en sus spots. Extrañamos datos precisos con miras hacia las decisiones del futuro. Necesitamos un esbozo más cuidadoso de acciones específicas. Y es indispensable un diagnóstico, de preferencia técnico, sobre los problemas que vamos a resolver. Esto nos brindará un contexto más sólido para apreciar el sentido profundo, la pertinencia y la relevancia de sus propuestas de solución. #AMLO2018

Nuestro candidato venció sus propios demonios. Mostró ecuanimidad. Y resistió la necesidad (y la necedad...) de responder al golpeteo psicótico de sus contrincantes. ¡Bravo! Y sí, nos sabe raro. Nos da miedo perder la alegría que sentimos porque estamos a punto de acariciar nuestro gran sueño: el México que todos merecemos. Queremos abrazarlo. #AMLOPresidente

Pero lo más importante es que necesitamos confiar en él... tanto como él confío en nosotros para mostrar el rostro más pacífico de su ser y salir avante tras el primer round. Sus artes políticas brillaron. Y su luz aparece, si logramos desempolvar las migajas con las que trataron de empañarlo. #NoEsPorPresumir

Se sintió cómodo (y nos regaló una cara traviesa de quien sabe que va ganando). No se enojó (y se resguardó sin afán en su ingenuo despite). Se aburrió (incluso mirando al techo con picardía) y con justa razón. No tuvo contrincantes a la altura de su proyecto de Nación. Yo me deleité con su desenfado. #AMLOVE

Fue consistente y consecuente. Arrancó con la Amnistía, no impunidad. Desarrollo socioeconómico y cultura de paz, no violencia para combatir la violencia. Austeridad, no corrupción. Instituciones, no privilegios. Democracia, no voluntarismo.  Legitimidad, no mafias del poderResultados, no engaños. Transformación del status quo, no inercias sistémicas. Compromiso, no conveniencia. Convicción, no retórica. #MéxicoConAMLO

Sin duda, la ola se alzará en el segundo debate y veremos su defensa con la sola fuerza de sus propuestas. Sin ataques ni agresiones. Para cerrar con altura, y arrasar, en el tercer debate. Con contundencia, se desmarcará aventajadamente de sus contrincantes. Y así... #JuntosHaremosHistoria.



Y tú... ¿quieres, con la valentía, sembrar un México de paz?



¡Feliz miércoles!
¡Arriba corazones!
... ánimo lleno de
magia de tortuga...
Fuerte abrazo.




domingo, 22 de abril de 2018

debate...

...presidencial. #ELECCIONES2018 #JuntosHaremosHistoria



Hoy es el primer debate entre los candidatos a la Presidencia de la República... no es tiempo para alzar olas (a 69 días para votar), más bien, atravesamos un espacio para una pausa de anticipación. Equilibrar nuestras expectativas, abrir los ojos y estar atentos. Dispuestos a dejarnos sorprender. Escuchar. Observar. Y valorar lo que México está poniendo en juego en estas elecciones 2018, sin referente en nuestra vida democrática. El tiempo se acorta y pronto podremos ejercer con total libertad nuestra voluntad. #AMLOPresidente

Queridas tortugas me disculpo por mi ausencia: una suerte de parásitos catárticos asaltaron el dulce acontecer de mis días y apenas estoy recuperando el paso. Esta campaña nos tiene a todos un poco entripados. ¿No creen? Quienes acariciamos; en secreto, con temor y cautela... con mucha felicidad; la certeza de un triunfo casi milagroso nos tiene conmovidos y emocionados, empezamos a digerir la larga espera que hemos atravesado para ver al fin a Andrés Manuel como presidente de México. Hay cierta purga de frustraciones y largas esperas. Esperanzas rotas que tímidamente renacen. Para quienes optan por otro de los candidatos y candidata, o simplemente padecen alguna forma de "pejefobia", también son días de conmoción, frustración, temores, dudas y fuertes emociones... son tiempos de hacer de tripas corazón.

Veremos esta noche una gran función... cada uno nos mostrará el rostro con el cual quieren convencernos y hacernos dudar. Exaltarnos e invitarnos a elegir su proyecto de Nación. Estemos abiertos para acariciar un México que aún no podemos imaginar. Confíemos en que una transformación es posible. Solidaricemos con las voces que por 12 años han acompañado a López Obrador. Seamos uno todos juntos. 

Los invito con mucho cariño a ver el posdebate de la mesa de análisis en IMAGEN TV con Ciro Gómez Leyva, Javier Lozano, Juan Zepeda, John Ackerman y Juan Ignacio Zavala, a las 10:00pm. http://www.imagentv.com/en-vivo ¡¡¡Esta tortuga mágica salió sorteada para asistir como público!!! 

Lo más importante es que todos podamos ver el debate, para quienes viven fuera de México: https://www.ine.mx/, ésta es una opción, entre otras, para poder verlo. ¡¡No se lo pierdan!!

Les comparto las preguntas que presentaron las organizaciones de la sociedad civil para esta noche...

Primer bloque. Seguridad pública y violencia

1 ¿Qué piensa en relación a un modelo de justicia transicional como parte de un proceso de pacificación que permita alcanzar la reconciliación social? En su visión, ¿qué características tendría?

2 ¿Cuál es su propuesta para desarrollar un sistema de seguridad pública con perspectiva de derechos humanos, integrado por fuerzas capaces, profesionales, eficientes, próximas a la ciudadanía y a las comunidades?

3 ¿Está a favor de presentar un programa nacional de profesionalización de las fuerzas de seguridad pública, acompañado de un plan de retorno gradual de las Fuerzas Armadas a sus funciones constitucionales? ¿Cuál es su posición con relación a la Ley de Seguridad Interior?

4 Una parte de la violencia y la corrupción que padecemos se origina en el crimen organizado y el narcotráfico. ¿Qué tiene pensado para combatir su presencia en el territorio, las instituciones y las empresas? ¿Cómo enfrentará el lavado de dinero, y cuál es su postura en torno a la producción y consumo de drogas?

Segundo bloque: Combate a la corrupción e impunidad

5 La elevada impunidad que enfrentamos está muy relacionada con las capacidades del Sistema de Justicia en procuración, administración, impartición y sanción. ¿Cuáles son sus propuestas para transformar el conjunto del Sistema Judicial en su integración, autonomía, eficacia y accesibilidad?

6 ¿Qué medidas y mecanismos concretos propone para enfrentar la corrupción?

Tercer bloque: Democracia, pluralismo y grupos en situación de vulnerabilidad

7 Ante la captura de los partidos políticos de la institucionalidad electoral, ¿cómo recuperar la imparcialidad de la Fepade, el INE y el TEPJF?

8 ¿Cuál es su propuesta para la inclusión plena de los pueblos originarios y de sus visiones culturales en el proyecto de país que usted propone? ¿Se compromete a cumplir con los Acuerdos de San Andrés?

9 ¿Cómo piensa poner en práctica y hacer efectiva la igualdad sustantiva, de manera que cambie realmente la vida de las mujeres en México, se sientan más seguras, se abata la violencia y los feminicidios, sean tratadas con equidad en el mundo laboral, se reconozca su aporte al desarrollo de las personas y puedan ejercer con libertad sus derechos sexuales y sus derechos reproductivos?

10 ¿Cómo piensa garantizar la atención expedita a las víctimas de violencias, desapariciones, desplazamientos forzados, y despojo patrimonial?



Y tú... ¿qué les quieres preguntar a los candidatos?



Fuerte abrazo
hermosas tortugas!!!
Feliz domingo de debate...


domingo, 8 de abril de 2018

Domingo...

... de misericordia. @EPN


A mí me gusta ser justa con quienes han tenido el honor de ocupar un cargo público. De antemano, merecen todo nuestro respeto y nuestra confianza. Este es el signo de la gobernanza y la institucionalidad. Cuando están en funciones, me rehúso a valoraciones maniqueas que puedan agredirlos injustamente e inexcusablemente. En todos hay algo de bondad, todos comenten errores y todos han tenido aciertos y han contribuido para construir nuestro país. Nada de que porque no es del partido que apoyo, o porque me cae mal, todo lo que alguien dice debe ser desacreditado o está equivocado. Eso es pereza ciudadana. Conformismo vil. Creo que como ciudadanos tenemos la tarea de también ser honestos y justos con nuestros representantes, de todos los poderes del Estado, y dejarnos sorprender aun por aquellos a quienes menos valoramos. 

Este es el balance del vaso medio lleno que todos nos merecemos. No satanizar a nadie ni hacerlo depositario de todos los problemas que tenemos como Nación ni exigirles soluciones que no están al alcance de sus manos. Les consta a quienes me han quitado hasta el habla, entre mis amistades más queridas, por atreverme a alzar la voz en favor de Peña Nieto, en más de una ocasión. Soy una mujer con convicción ciega en las instituciones. Son las únicas capaces de sustentar el Estado de Derecho. 

Creo que ante las más duras adversidades debemos optar por el camino de la construcción. Sin conformarnos con el odio desmedido que no hace más que dificultar más la posibilidad de alguna solución viable. Por más difícil que nos parezca la situación que enfrentamos. Cuando se trata de los funcionarios públicos en plena gestión, hay que tratar de ser parte de la solución, de apoyarlos para que enderezcan el rumbo y darles la oportunidad, incluso ayudarlos, a darnos lo mejor de sí, en el marco de las limitaciones que los determinen. Como hicimos con Fox y con Calderón. 

Porque todos somos seres humanos. Iguales en dignidad. Todos merecemos el mismo respeto. Nos guste o no nos guste. Nos duela hasta el fondo de muchas de las convicciones que cada quien defiende como parte de su identidad inquebrantable; e igualmente respetable para todos. Incluso Peña Nieto y López Obrador. Esta es la ardua tarea del sino contemporáneo de nuestra humanidad. Estamos unidos en esta misión. Aprendiendo a ser mejores personas cada día. Aprendiendo a respetarnos mutuamente. Creciendo juntos. 

Sí, yo no voté por nuestro Presidente Enrique Peña Nieto. Por supuesto, voté por AMLO, en las dos elecciones previas. Lo admiro profundamente. Y todavía me duele el fraude (real o simbólico, si así lo prefieren...; de todos modos, es ya agua pasada) del 2006 (yo lo viví muy real); todavía me estremezco, hasta las lágrimas, cuando recuerdo todo lo que nos arrebataron, quienes, con resistencia conservadora, se sintieron obligados a tomar medidas para salvarnos de todos los peligros que nos acechaban si él ganaba, en nombre del bien supremo. Solo la historia dará cuenta de la bondad de esta intervención... 

Sin embargo, en el 2012, más allá de mis preferencias electorales, me resigné con conformidad ciudadana a la inercia de la ola que clamó con fuerza el volver a darle la oportunidad al PRI de gobernarnos. Si bien hay actos en cuestión de tal campaña. Creo que no dudamos de que sumaron los votos que legitimó su triunfo. A mí lo que más me asombró del resultado fue que, en medio de la etapa tan autoritaria en la que nos encontrábamos, por los exceso del PAN, la gente sí se haya conmovido con la idea de que el ex-gobernador del Estado de México, la tragedia de Atenco de por medio, fuera presidente. Peña Nieto fue honesto y dijo: el ejército no se va a retirar, asumo la decisión del uso de la fuerza pública en Atenco y no respaldo los agravios que tuvieron lugar ahí; defendió su actuar en el marco del Estado de Derecho y dejó claras sus posturas. Es decir, había consenso entre los sectores de la ciudadanía que lo respaldaron. Por no mencionar que no hubo campaña negativa que lograra contrarestar el efecto de toda la maquinaria mediática que apoyó su campaña. Yo, francamente, no tenía grandes expectativas. Más bien, tenía un juicio muy negativo ante su sexenio en puerta.  

Sorpresivamente, desde el primer día marcó la diferencia, cuando tomó posesión con un acto de una solemnidad institucional asombrosa, en el Palacio Nacional, con una seriedad ante la investidura presidencial que teníamos doce años de no ver. La presentación de su gabinete la hizo con confianza y lealtad en su nuevo equipo de trabajo; y su lealtad la sostuvo. Su discurso fue impecable. Todos los puntos sobre la mesa y una claridad, incuestionable, sobre la agenda de trabajo a realizar. El diagnóstico era acertado y el planteamiento de los cursos de acción a seguir estaban previstos con un pragmatismo implacable. Sus alternativas eran las que concordaban con el modelo económico que ofreció y que sigue sustentando y defendiendo hasta ahora. El está convencido de que su visión es la que favorecerá el futuro de México. Es un ser humano congruente. Y desde ese momento, logró captar mi atención. Lo primero que pensé fue: "habemus Presidente". 

Y con eso, ya se puede empezar a dialogar. Tenemos dudas tangibles ¿será capaz de lograr lo que se acaba de proponer? Podemos sentir desconfianza legítima: no es el modelo económico en el que yo creo podemos depositar todas nuestras esperanzas, pero si al menos cumple lo que se propone, estaremos mejor dentro de seis años y, en el camino, estaremos mejor de lo que estuvimos los seis años anteriores. No tan mejor como a mí gustaría, pero ya estamos embarcados todos juntos en este viaje. La tarea ante sí era ardua. Así que ojalá le vaya bien... Pensé. Y lo seguí a pie juntillas. Sí, gracias a ese presupuesto robusto gastado en su proselitismo presidencial, todos y cada uno de los eventos en que él participa, hasta la fecha, se transmiten en vivo, en internet. Esté donde esté. Todos sus viajes y sus participaciones en el exterior, todas las visitas de Estado que recibimos y él encabezó. Todas las reuniones de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO). Todos sus discursos se publican en la página de internet de la Presidencia. Todo su quehacer público estuvo puesto al escrutinio de la sociedad por esta vía de comunicación. Tiene un blog en el que a veces escribe él personalmente y otras veces el equipo de su oficina; y aclaran la diferencia. 

El hombre no para de trabajar. Ha entregado, en todo el país, una cantidad importante de obra pública. Su agenda es intensiva, en la mañana está en un estado de la República y en la noche ya está aterrizando para asistir a un evento de Estado fuera de México. Estrechó lazos con el mundo y se firmaron también, una cantidad no menor, de convenios de colaboración con otros países. Cuesta seguirle la pista. Y si no, está en sesión de gabinete y las fotos están circulando en todas las redes sociales. Actúa con la responsabilidad propia de un estatista. Apostó por una gestión de resultados de largo plazo. Y gobierna con la más baja popularidad; lo cual es un gran desgaste para cualquier persona. Da la cara con solemnidad y siempre procura hablar como le corresponde. No desgasta la figura que representa con dimes y diretes del golpeteo mediático. Nada igual a esto se vio durante los 12 años previos. Sí hubo desarrollo productivo. Fomentó con éxito el comercio exterior. Yo, como mexicana, reconozco sus méritos, lo respeto y lo admiro. Definitivamente, sostuvo el barco a flote...y lo hizo bien. Estábamos naufragando y a punto de sucumbir. A veces, perdemos la perspectiva.

Lamentablemente, ningún viento corrió a su favor. Huracanes, terremotos, la caída brutal de los precios del petróleo, su estrecha concepción acerca del desarrollo social (pero se apegó a los indicadores del PNUD y los sacó adelante, se apegó a las exigencias del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional y las cumplió). Convivió con una oposición que no cesó de ajusticiarlo. Trató de apegarse a los estándares en materia de derechos humanos de las Naciones Unidas pero fracasó en el intento. Sí colaboró para contar hoy con dos leyes fundamentales para avanzar en la materia, desapariciones forzadas y tortura. Pero no progresamos en esta dirección; en términos reales, tenemos cuenta de que las violaciones de derechos humanos crecieron. No era su agenda, no está dentro de sus convicciones y sus intentos por plegarse, en este sentido, no rindieron frutos significativos. Y los aliados obligados para estos fines conformaron un frente común en contra de todo lo él representaba. Esto tampoco ayudó.

Lo acechó la corrupción estructural de nuestra clase política. De la cual no supo estar la margen. Y él mismo quedó en entredicho ante las evidencias periodísticas. La violencia no cesó y las medidas en esta materia fueron insuficientes. Había otros intereses que satisfacer en su agenda política, pero él nunca ocultó que respaldaba tales intereses. Intereses cuestionables, es cierto. Se debía a quienes lo ayudaron a sentarse en la silla presidencial. Sin embargo, se han abierto expedientes y se han discutido en la esfera pública, como pocas veces, un sinnúmero de escándalos de corrupción que atañen de forma directa al partido que representa. Al mismo tiempo, en términos de justicia expedita, estos esfuerzos no han progresado como la sociedad quisiera. 

Priorizó devolverle dignidad a las fuerzas armadas, logró alianzas en donde había encontrado fracturas y situaciones críticas de gobernabilidad. Se dedicó con gran ahínco a devolverle la institucionalidad a todas las instancias del Estado. Pues recibió un Gobierno Federal resquebrajado. El país que somos hoy tiene cimientos mucho más sólidos, esto no puede soslayarse. Ha enfrentado fuertes resistencias en su quehacer y, ante ellas, ha dado cuentas de una extraordinaria fortaleza humana. No es un hombre de odios. Es un gran conciliador convencido del diálogo y la mesura. Es práctico y efectivo. Es un hombre de fe. Cumple su palabra. Pero le faltó capacidad operativa y liderazgo al interior de las estructuras de sus equipos de Gobierno, para llevar a la práctica muchas de las acciones viables propuestas, aun dentro de los escenarios adversos. Otras acciones fueron descartadas ante tales escenarios no previstos. Pagó en carne propia todos los "pecados" del PRI. La historia no perdona. Sumó un equipo  al estilo "club de Toby" que solo lo evidenció y debilitó. Y una de sus más grandes limitantes fue la mirada obtusa del "buen administrador" José Antonio Meade. Quien no es capaz de ofrecernos ni la quinta parte de lo que sí ofreció Peña Nieto, dicho sea de paso. Para que no nos confundamos. 

Peña Nieto es un político de verdad. Nos puede gustar o no su opción político-social, no es la mía (comparto parte de sus valores y estrategias, pero yo veo hacia adelante y sueño con un mundo radicalmente distinto), lo que no podemos negar es que un hombre de Estado. Un cuadro con una consistente afiliación partidista. Bien formado. Un hombre muy disciplinado. Nos ha brindado más certezas de las que nos atrevemos a reconocer. El paradigma económico de su predilección no le daba tampoco para más. No es suficiente lo que nos exige, u ofrece, un orden del mundo que no tiene lugar para que todos se desarrollen en igualdad de condiciones. Una visión del mundo que nos lleva a la lucha abierta entre la vida y la muerte para sobrevivir. Y Ayotzinapa estalló en sus manos. Marcando un punto de no retorno. Sus loables esfuerzos no fueron suficientes para enmendar sus desaciertos ni las dificultades que enfrentó. De todos modos... ojalá México lo despida con un poco de clemencia y generosidad. 

Ojalá él tenga el valor de, si así lo definen los resultados del 1ero. de julio, entregar con orgullo la banda presidencial a quien, hasta el día de hoy, encabeza la contienda presidencial: a Andrés Manuel. Y que López Obrador no ceje en su postura de respeto hacia su antecesor, lo cual habla de la altura de su compromiso por México. Por mi parte, siempre tendré una sonrisa colmada de gratitud hacia Enrique Peña Nieto. Y no me disculpo ni me avergüenzo por ello. 

El trató de hacer de la mejor forma posible aquello que consideraba correcto. Con las herramientas que tuvo a su alcance. Es un hombre asertivo y sí entrega resultados con base en una buena parte de sus promesas de campaña. Es un hombre de leyes (un ortodoxo, un formalista) pero, casi trágicamente, la tan manoseada legalidad en nuestro imaginario social, tras su sexenio, sigue quedando en tela de juicio. El mismo favoreció este desprestigio. No tuvo voluntad suficiente para mirar más allá de lo que hoy el manual de la Gobernanza dice que es correcto. No es una persona que quiera romper los moldes, no tiene ese arrebato ni esa convicción. No sería él mismo si le pidiésemos que fuese un gran revolucionario. Sí aspiró a ser un reformador. Logró, con excelencia, conjugar a todas las fuerzas políticas para aprobar más de 10 reformas estructurales. Algo insólito. Supo hacer del "Pacto por México" una realidad efectiva.  Y sí, a su modo, supo mover a México... Y este movimiento, por mínimo que se perciba, es parte de lo que, incluso por defecto, nos permite acariciar el sueño que MORENA sembró. Gracias.


Y tú... ¿qué valores de Enrique Peña Nieto?



Mis mejores deseos para empezar la semana.
!Bendiciones!
Fuerte abrazo...
lleno de magia de tortuga.

puestos van...

... puestos vienen. Elecciones 2018. #AMLOPresidente


¡Arrancamos! 


No sé si comparten conmigo cierta sensación de trasnochada... como si el largo proceso pre electoral, veda electoral mediante, la anticipación y los largos 83 días ante nosotros... nos hubiesen agotado por adelantado. Y la duda pendiendo, cada día, sobre cuál será el resultado final. ¿Cuál será el efecto de las campañas en las tendencias estadísticas? ¿Morena logrará afianzar su posición, sin arrasar todas las posiciones, dando espacio a los pesos y contrapesos de la riqueza de un verdadero diálogo democrático? ¿Sabremos votar con base en la competencia de cada uno de los candidatos y separar nuestra preferencia presidencial de nuestras necesidades y opciones locales? ¿Votaremos sin miedo? Dependerá, en gran medida, del respeto que prive entre los contrincantes de AMLO. Porque mientras más nos presionen con el discurso de desprestigiar a la coalición #JuntosHaremosHistoria, más incentivos crecerán entre sus simpatizantes para apoyarlo: sin restricción alguna. 

Es tiempo de sumar y, esta vez, el miedo no nos impedirá luchar, con altura, por todo lo que representa este proyecto de transformación forjado con convicciones firmes. Un proyecto de paz y reconciliación. De justicia y crecimiento. Digno y amoroso.  El único que nos ofrece la certeza de un México libre y feliz. Libre del hartazgo, la incompetencia, la avaricia, la ineptitud, el oportunismo, la injusticia social, la violencia, la mentira, la opacidad, los intereses de grupo, el olvido de los más necesitados, la falta de confianza, la amenaza y el miedo. Un nuevo Gobierno que logre convertir la Ley en prácticas efectivas y sepa cómo hacer realidad: ideas consistentes, con trabajo bien hecho. Un México de concilicación que sume las diferencias para caminar con rumbo firme hacia el futuro que todos soñamos y necesitamos. Un México sin exclusiones de ningún tipo. Esta vez, el miedo no nos vencerá. Porque para #YaSabesQuién... la tercera será nuestra gran victoria.

A 10 días de haber empezado, formalmente, las campañas, me encuentro todavía desconcertada ante los desaciertos de los candidatos presidenciales, que compiten con Andrés Manuel. Quienes se empiezan a teñir de "azul panista", con un fervor desesperado por tratar de preservar las ventajas, a las que se han acostumbrado, sobre el monopolio de nuestro erario público. Sin restricciones. Con hipócrita transparencia. Con banderas justicieras para aniquilar enemigos, en nombre del supuesto combate a la corrupción. Llenos de olvido acerca de la realidad. Sumergidos, ahogados y asfixiados dentro de una burbuja de poder ilimitado que no han sabido usar para trabajar en favor del país. Abarrotados de discursos de la boca para afuera con los que tratan de defender la situación impresentable en que se encuentran. Al mismo tiempo, es irrisorio, verlos ir siempre dos pasos atrás: retomando propuestas e ideas ya expuestas por López Obrador. Es claro que no representan una opción real. Son la aspiración de una continuidad técnica, bajo el designio de las virtudes de un modelo sistémico que no logra ser suficiente, bajo ningún punto de vista, para solucionar los flagelos que nos acechan. Con la promesa de, sin aspaviento alguno, mantener el estado de "confort", en el cual solo ellos se encuentran y embelecen. No podemos seguir conformándonos con la simulación de formas vacías de contenidos sustantivos. Es tiempo de tomar partido. Es hora de decir: ya basta. Y votar por un México de paz.

No sé cuál fue la expresión más patética del arranque de campaña entre nuestros iniciados panistas vestidos: de candidata "independiente"; de un México al Frente de la promesa de un "gobierno de coalición" que ni ellos logran descifrar qué significa; y de un nuevo PRI "ciudadano" sin afiliación política alguna. Tres voces sin identidad consistente. Acomodados y reacomodados para mantenerse en los puestos representativos. Llenos de rabia por no poder preservar los privilegios que se han adjudicado a sí mismos. Se sienten indispensables pero cuál es el gran valor para México de su participación en nuestra vida política; además, claro, de que ellos merecen mantener el nivel de vida al que se han acostumbrado con tanto agasajo. Y arrementen, con mentiras disfrazadas y afirmaciones tramposas, contra quien les lleva la delantera. Es agotador tratar de dialogar con ellos, solo saben parlotear y chacotear. No tienen nada sustantivo que decir y no tienen idea de cómo gobernar. Los resultados hablan por sí mismos. Deberían tratar de desapegarse del grotesco ridículo que presentan ante nuestros ojos. 

Por ejemplo, Margarita Zavala bajo el Ángel... totalmente desangelado, vociferando ¡soy la candidata del pueblo! Tras todas las irregularidades señaladas en su registro, no se cansa de repetirse a sí misma que es honesta, que hará cumplir la Ley ¡cueste lo que cueste! De regresar al discurso de "mano dura" de su marido y de prometer una justicia persecutoria y de castigos severos para ¡poner orden! ¿Por qué nadie le ha dicho que eso no funcionó para México? ¿Acaso la señora de Calderón no lee los periódicos? ¿No sabe que estas visiones maniqueas y obtusas solo han incrementado la barbarie en nuestro país? La mujer que afirmó con arrogancia en una entrevista con López Doriga: "el dinero no se regala, yo no voy a regalarle dinero a nadie"; ahora hace estridentes berrinches porque el INE le da tan poquito dinero (regalado, por cierto) que ella mejor ni lo quiere. Y resulta que la ley le queda chica, así que se inconforma, por la discrimación de la cual es víctima, por tener tan poco presupuesto y spots publicitarios. ¿No conocía las reglas del juego cuando decidió contender como candidata independiente? ¿De qué se trata? De que la Ley, en su caso, debe interpretarse a su modo y conveniencia. Para ser una mujer que clama por el estado de Derecho, parece que tiene serias dificultades para ajustarse a los márgenes de la legalidad y que concibe la trampa como un derecho libertario que solo ella posee. Presume su declaración 3 de 3, entregada hace ocho meses y sin ser solicitada. Esto también es un patrón de conducta fuera de la legalidad. No es posible que no pueda ceñirse a un solo procedimiento. Que para todo necesite una excepción a la regla. Para autoproclamarse la candidata del pueblo... parece que le gana una vocación de ciudadana exclusiva y bordada a mano. Porque cree que todo lo puede hacer como se le da la gana. Motivada solo para capitalizar votos del escándalo y de las presiones perversas de los poderes que la solapan. 

De Anaya... es mejor ni hablar. Qué decir de su Hackaton... y el delirio que lo poseyó al convocar en Santa Fe a sus simpatizantes y ponerlos a trabajar toda la noche en su proyecto, aún no trazado, de gobierno; con el descaro de irse a dormir y no quedarse ahí conviviendo con sus votantes, arrastrando el lápiz o el dedito en su ipad; qué creía que hacía. ¿Así suspira con gobernar México? ¿Desde su plácida cama? Sometiendo a sus huestes bajo alguna forma de barbarie "tecnológica". O qué decir de sus conferencias de prensa diarias, al filo de la mañana... ¿qué cree? ¿qué es eso tan importante que tiene para decirnos cada día? ¿su precaria agenda de campaña? Porque yo no lo veo muy movilizado a lo largo y ancho del país. Eso sí... someterá a los medios de comunicación, quienes están atados de manos y no pueden negarse al numerito que quiere montar. Y así, prefabricar una campaña mediática, ante al evidencia de que su campaña electoral es un fracaso total: no ata ni desata. Quiere imponerse a la fuerza. "Porque lo digo yo" parece ser su frase más emblemática. Busca el mayor impacto con el menor de los esfuerzos. Tiene una idea confusa sobre el significado y el valor de "la eficiencia y la eficacia". Insiste en desprestigiar a todos los candidatos y buscarles pleito para ver si alguien lo oye. Esto también es más barato que pensar por sí mismo y mostrar alguna claridad y consistencia sobre alguna de sus propuestas. Al menos, podría tratar de dar cuenta de que posee un diagnóstico certero sobre los problemas que dice él sí resolverá con vistas al futuro, como si tuviera unos lentes que le permiten ser vidente a través del tiempo. Hay tanto engaño en sus palabras que yo me debato entre la carcajada y la profunda indignación. 

Finalmente, el copyright #yomero... ¿qué piensa? Definitivamente, bajo su marca registrada trata de bañar de "decencia" y "prestigio" al hombre "humilde" y "sencillo" que solo por "buena voluntad", y con "pura bondad", aspira a la presidencia; sin otra ambición que "administrar", con base en una vida de trabajo "honesto" de la que da cuenta su experiencia por 10, 15 o 20 años (pues le siguen sumando años, conforme avanza la campaña) como "honorable" funcionario público... Pero si miramos con lupa, existe, a contraluz, bajo el sello de su nombre: un hombre colmado de soberbia egocéntrica. Toda su campaña se finca en sus virtudes "morales" pero nunca hace referencia a ningún otro proyecto que no sea él mismo y su tan vendida "honorabilidad", con la que esconde su altanería: él es el mero mero. Un hombre amable que disimula su carácter inflexible, del cual da cuenta en todos sus juicios técnicos sobre lo que es bueno para México. 

Y si no es así... que nos explique porqué no pudo cumplir con el mandato del primero constitucional y ejercer el presupuesto público con enfoque de derechos humanos. ¿Por qué ató de manos todos los programas de desarrollo social convencido de que la teoría se lo impide? ¿Por qué regateo su solidaridad con las víctimas de los terremotos del año pasado, echándonos en cara todos los costos hundidos de infraestructura que aportaba el Estado para las labores de rescate, restauración de servicios, prestación de servicios médicos (incluida la gasolina de las ambulancias), etc...? 

Es un convencido de que presupuestar el bienestar digno de la población con base en las necesidades reales, y no con base en el total de los ingresos "disponibles", no es correcto, de acuerdo con los cánones académicos bajo los cuales comulga. Pero para hacer bolsas fiscales y desviar dinero hacia campañas políticas (incluída la suya), para eso sí le alcanzaron los ingresos públicos. Experto en mostrar cuentas "claras" conforme al reglamento e imposibles de rastrear conforme a la realidad de los hechos; como ejemplo, su excesiva 7 de 7, presentada fuera de tiempo y lugar, excediéndose en sus facultades... porque es "el mero el mero"; al respecto de la cual me gustaría conocer al agente de bienes raíces que le facilitó comprar una casa en Coyoacán,  de 143 metros cuadrados de construcción, por menos de un millón y medio de pesos: una verdadera ganga... ¿se la revendió algún pariente? ¿era un bien embargado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público? ¿o cómo le hizo? Definitivamente, es uno de los hombres más afortunados de México. Todo esto es lo que aprendió en su "espléndido" doctorado. 

Aprendió a mirar hacia otro lado. A tratar la pobreza (y todas las exigencias en materia de derechos humanos) como un número incómodo para el meticuloso trabajo de su equipo de actuarios y economistas matemáticos. Y fue ineficaz para usar estas mismas herramientas con el fin de encontrar la solución financiera que necesitamos para dar cabal cumplimiento a la Constitución que nos rige y nos mandata. Es un hombre sin creatividad. No puede pensar, por sí mismo, soluciones integrales que no estén descritas en algún modelo abastracto ya existente. Totalmente cuadrado en su forma de razonar. El estuvo en falta con sus obligaciones constitucionales en materia de derechos humanos. En el límite de sus obligaciones, transfirió su responsabilidad y señaló a las oficialías mayores el estar a cargo de este propósito, él solo les podía dar lo que le pedían: presupuestos etiquetados con mezquindad que no podían ejercerse de forma programática, más que como colofones aislados que, además, o se malgastan para ejecerse en tiempo y forma o se devuelven y se restringen consecutivamente. Sin tomar en cuenta el propósito real depositado en el impacto de tales esfuerzos. Sin importarle por asomo esa cosa de los Derechos Humanos... ese puro discurso soñador que no puede medirse con pesos y centavos.  ¿Así va a gobernar? ¿Transfiriendo su ineptitud a los gobiernos estatales? 

Es experto en un paradigma que fomenta la inequidad y se nutre del daño colateral que la pobreza significa para los grandes capitales y para la restricción presupuestaria del ingreso público. Eso es lo que sabe hacer bien. Es de lo que ha dado cuenta en su experiencia como funcionario público, de la cual no tenemos resultados satisfactorios más que el detallado balance de ingresos y egresos, en aras de una estabilidad macroeconómica que no suma lo suficiente para generar riqueza medible entre los sectores más amplios de la población. Con sus estudios académicos, como símbolo de "profesionalización", disimula la rapacidad que caracteriza su ligero ascenso político; pues siempre ha pisado en blandito, no tiene arrojo alguno hacia la vida. Los puestos le han caído en sus manos y los votos se los han regalado. Así... ¿quién no es el mero mero?... Yo no veo mucho mérito en todo lo que presume... al menos no el necesario para caber en la silla presidencial. Le queda grande el puesto. No necesitamos un buen administrador, para eso: está la tiendita de la esquina. Claro, ahí no lograría las altas rentas con las que ha logrado negociar su posición política. Y lograr, incluso, posicionar en el tercer lugar de la lista plurinominal de senadores del PRI a la no militante Vanessa Rubio Márquez; otra mexicana muuuy afortunada. 

Eso sí, sacó a la calle, muy legalmente, con honor y mucha decencia, a los funcionarios "corruptos" de SEDESOL. Lo que no nos aclaran, es que fue una estrategia para sacar a la base priísta del equipo que había conformado Rosario Robles (a quien además se ha dado el lujo de traicionar, qué sigue: ¿traicionar a Peña Nieto?, si no es que ya lo hizo... con su brutal oportunismo, o ¿alguien confía en que guardará un mínimo de lealtad hacia el partido que le entregó sus votos en bandeja de oro?); puestos que necesitaba para su equipo de campaña, el cual operaría a través de las redes institucionales de los programas de desarrollo social. Así como, para ir minando toda la estructura del Gobierno Federal con sus cuadros en formación y tener bien armado su equipo de ilustres técnicos  "expertos" en la tan mal abaratada administración pública (desde el sexenio de Fox), bajo el "decente" nombre, de otra de las grandes simulaciones transexenales del PRIAN, el "servicio profesional de carrera", durante sus cortas estadías por las distintas Secretarías de Estado, a lo largo del sexenio. Cuyo único pretexto fue darse una pequeña embarradita de "experiencia" y simular que es "el mero mero" en todas las materias del Gobierno Federal: ¡un gran hombre de Estado! 

Ante mis ojos... José Antonio Meade es corrupto políticamente, es gandalla en el manejo de los recursos públicos y es un sin vergüenza bien hecho. ¡Por favor! ¡Abramos los ojos! Este hombre es un rufián. Tansitó entre los sexenios con el único propósito de acreditarse por sí mismo la Presidencia. Y ha perdido todo contacto con la realidad, se cree el Rey de México, él está convencido de que el erario público es una suerte de banco privado del cual él dispone y deja de disponer a su antojo, solapado en teorías que, además de ser inoperantes para el verdadero desarrollo de México, están ya en franca decadencia. ¡Es hora de decir basta!

Es hora de decir ¡basta! a esta conjugación perversa en donde la política se ha vuelto el escalafón para el goce exclusivo de los bienes del Estado, en aras de la manutención de unos cuantos encumbrados ineficaces. Deshonestos y cargados de discursos fetichistas. Panistas, perredistas, priístas e independientes... iguales. Que solo ocupan sus artes políticas para conservar sus beneficios. Mucha transparencia, mucha transparencia... se ufanan todos. Concursos por oposición van y vienen. Todo muy a la altura de las exigencias globales y quien no quepa en el sistema, pues que muera ahí donde nadie lo vea... en alguna fosa común, sin nombre. Así es como, uno a uno, se suman los muertos en el abominable cementerio en que han convertido nuestro territorio, con la anuencia de sus malas prácticas. Mirando todos hacia otro lado. Haciendo acuerdos con el crimen organizado, pero no para restablecer la paz, sino para sacar tajada de todas nuestras miserias y seguir sumando al recuento de sus bienes, eso sí... de 3 en 3. 

Ya nada les alcanza para satisfacer su ambición de "nuevos ricos". Pero nunca les rinde el gasto para más: cuando se trata de hacernos igualmente prósperos a todos los demás ciudadanos. Para eso sí son muy legales, muy lo que me permite la ley. Muy lo que esté al alcance de lo que los indicadores exigen. Para muestra dos botones... 

El caso de Ximena Puente, quien despreció, así como si fueran migajas, la presidencia del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (parece que mientras más largo el nombre, más grande también la simulación), al cual se vio acreditada a través de un "cesudo" concurso, que se transmitió en vivo durante días por el canal del congreso, y cuyo mandato tenía la responsabilidad, o al menos el compromiso (por no mencionar la obligación de transparencia) de concluir en marzo del próximo año. ¡Ah! pero no. Los puestos, como las cánicas. Si me gano una mejor pues la cambio por las que ya están gastadas. Y renunció para estar en una lista plurinominal. No vaya a ser que entre marzo de 2019 y las elecciones intermedias del 2021, le vaya faltar uno que otro centavito. ¿Por qué esperar hasta entonces? Ni que presidir el INAI fuera algo así como la gran cosa. ¿Acaso es uno de los puestos más privilegiados a los que se puede aspirar entre la oferta de los organismos públicos autónomos? ¿Cuántos ciudadanos tienen la posibilidad de acceder a presidirlo? Tomando en cuenta el alto perfil que se demanda para ocupar sus filas. Es emblema de los funcionarios más honestos de México, son quienes garantizan la censura de cualquier práctica perversa por parte de los funcionarios públicos. Son vigilantes y verdugos de la verdad "transparente". Tenemos que comprenderla, a ella le convenía no rechazar la ofrenda de una candidatura, que parece venía con el premio por haber sido la concursante más apta a la luz del proceso de deliberación pública. Supongo que también cumple, con suficiencia y excelencia, las competencias que ahora se le piden para ser senadora. Ella parece ser la mujer maravilla. Además, qué sería de nuestro Senado sin su indispensable presencia. Lo hace por el bien de todos nosotros. Ni que sí hubiese más personas capaces en el imaginario de los candidatos posibles. Fue una decisión racional. Otra mexicana muuuy afortunada; así sí salen bien las cuentas. 

Del mismo modo, el caso del impresentable Mancera, no conforme con haber alcanzado la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, o como a él le gusta que le digan: "gobernador", sin afiliarse a un partido político, como noble e inmaculado "ciudadano independiente", sumando votación marginal al voto cultivado, con gran esfuerzo y a lo largo de décadas, por el PRD, entre otros factores y actores igualmente relevantes: gracias al trabajo de Andrés Manuel (no está de más recordarlo). Tras traicionar a Marcelo Ebrard, sin cuya invitación a ser Procurador del DF, no se habría encumbrado en las altas esferas de la política mexicana con tanta facilidad. Tampoco conforme con no haber estado a la altura de las circunstancias durante los 5 años efectivos de su mandato, durante los cuales, además, no dejó de hacer campaña para competir por la presidencia de la República. Sin dejar de mencionar que traicionó con desdén a Peña Nieto e incluso quiso capitalizar para sí la antipatía que muchos comparten hacia el Presidente de la República, tratando de confundir a la opinión pública en más de una ocasión. Como cuando su policía masacró brutalmente a jóvenes y no jóvenes, en la ciudad de México, durante las protestas de la toma de posesión del 1ero. de diciembre del 2012 y la gente decía: "regresó la represión priísta". Y el calladito, calladito, haciéndose el que no sabía nada. O cuando con agua vació el zócalo ante las protestas de la CNTE. Y todo el mundo culpó a Peña Nieto de tales excesos. Calladito, calladito. O el "infarto" que sufrió para salir de la escena pública, y no manchar su brillantísima imagen, justo cuando ocurrieron los trágicos eventos de Iguala. Calladito, calladito. Tratándose de deslindar del PRD, y el PRD tratándose de deslindar de sus vínculos con el crimen organizado: "fue Peña, fue Peña, que renuncie, que renuncie". (Y no se trata de Peña Nieto, se trata de jugar con el desprestigio de la figura presidencial en una forma terrorista, de golpear la institucionalidad para defender sus mediocres ambiciones y obtener ganancias de la inestabilidad social y jurídica; ¿quién se cree este señor?) 

¡No... si estamos llenos de ciudadanos afortunados en este país! Porque no pocos saben cómo conservar su buena fortuna, contra viento y marea. Son unos verdaderos héroes. Y ahora, este personaje macabro, no solo desdeña la poca monta que le significa presidir una de las ciudades más importantes del mundo. El quiere más, él merece más. El es indispensable para el futuro de México. El hombre de acero. Un prodigio. Así que, mínimo, una senaduría garantizada como plan de escape. Solo y solo si, le dan chamba en la campaña de Anaya, finalmente le cedió la candidatura, que tan honrosamente había cultivado, para gobernar en "coalición". Pero eso sí, a condición de ser nombrado el jefe de gabinete en caso de que #ElFrenteFascistaContraMéxico (PRDPANMC): ¡México al Frente! gane las elecciones. ¿En serio? ¿No quiere algo más? 

Estamos en oferta, lleve, lleve, lleve, barato, barato. De todos modos, la casa invita. Y el recuento de los daños... pues los menos afortunados lo pagan ¿no? Todavía nos queda territorio por cavar. Todavía hay lugar para unos muertos más. Eso sí, todo con mucha legalidad, orden, transparencia y severos discursos "anticorrupción". En esta ridícula competencia por la "decencia". Y bueno, Mancera y Ximena Puente también tienen un doctorado... Lo cual, cuando se trata de hacer buena política, ciertamente, no es lo prioritario. Es un complemento importante que, perfectamente, se subsana con buenos asesores que sí posean tales estudios especializados.

Como asidua estudiosa, también Doctora (UNAM) y Maestra en Políticas Públicas por el ITAM; por cierto, disculpo a AMLO por las excesivas afirmaciones sobre nuestro orgullo itamita, de hace dos años (la propuesta de MORENA hoy ha dejado atrás tales excesos, con firme convicción), no me sentí agraviada y creo que se puede tener una posición crítica sobre el dogma de mi segunda alma mater, sin necesidad de descalificaciones ni generalizaciones, por el contrario, los retos en materia de paradigma económico-social, presupuestal y financiero, que enfrentamos, necesitan el dominio de todas las teorías, un balance de sus virtudes y defectos, para conciliar el mejor modelo para México y, en este camino, todos los dogmas suman; les puedo decir que, en sentido estricto, o te dedicas a la praxis o te dedicas a la teoría, para hacerlo bien. Son dos vocaciones, prácticamente, confrontadas. Que pueden complementarse, con éxito, en estrecha dependencia con la personalidad de cada persona. La Academia es el ámbito del saber, no el ámbito del quehacer. Y el quehacer, bien hecho, se nutre de los más altos estándares académicos. Los cuales se complementan con equipos técnicos de expertos en las distintas materias que se requiera. Un doctorado no te enseña a gobernar un país, te enseña muchas otras cosas que puedes aplicar en distintas áreas del gobierno. Que seas muy bueno en una teoría no significa que eres muy bueno en su aplicación. O, en el caso que nos ocupa, que sea la teoría pertinente para construir soluciones efectivas en nuestro país.

La exigencia de las circunstancias, en gran medida, determina el tipo de habilidades y competencias óptimas a valorar en el desempeño de una figura política o de un funcionario público. Hago esta distinción porque son oficios que pueden ser excluyentes. No todo funcionario público es necesariamente una figura política. Para tener un dominio sobre el oficio de la política, las dotes como funcionario público son solo una pequeña parte de sus fortalezas.   Y en estas elecciones, realmente, no estamos buscando un catedrático emérito honoris causa, estamos buscando un jefe de Estado a la altura de nuestras necesidades. Un gran político: con oficio. Alguien con experiencia a todo terreno. Alguien capaz de ensuciarse las manos de barro para construir de entre los escombros. Alguien capaz de arriesgarse a perderlo todo, una y otra vez. Alguien capaz de imaginar soluciones más allá de los duros formatos que ahora nos dominan y nos impiden progresar. Alguien capaz de sumar la esperanza y el descontento en una promesa de paz. 

Ya basta de insultar a Andrés Manuel. Ya basta de buscar la manchita en el arroz cuando se trata de su integridad. Ya basta de menospreciar a sus simpatizantes cuando se trata de su liderazgo político. Ya basta de mirar hacia otro lado con fingidos pruritos de expertisse técnica. Ya basta de creer que la simulada estabilidad que nos ofrece la promesa de continuidad y mejoras progresivas, en el mediano y largo plazo, tiene sustento sólido en la realidad que nos atañe. Ya basta de aterrorizarnos con las secuelas de un modelo "chavista", de compararlo con Lula o con ningún otro. Entre otras cosas, Chávez era militar, perteneció a las filas del ejército venelozano. Andrés Manuel es: López Obrador. A secas. En otra ocasión, analizaremos con más cuidado tales comparaciones, para dejar claras las diferencias. Y valorar, con justicia, los aciertos y desaciertos de los distintos modelos de revolución socialista del bloque económico de sudamérica (UNASUR).

Y sí, la coalición #JuntosHaremosHistoria (PTPESMORENA) tiene sus defectos, algunos cuadros han resultado cuestionables: tenemos lo que somos. No se trata de maquillar las realidades crudas que nos componen. López Obrador está sumando, desde abajo hasta arriba, llamando a la unidad y dando un mensaje claro de que todos caben en México, de que para todos hay una segunda oportunidad y que la prioridad es recuperar la posibilidad de garantizar la vida humana para todos y cada uno de los habitantes de nuestro país. Porque México merece una segunda oportunidad. México merece el talante de López Obrador y él merece la generosidad de nuestro voto, sin miedo. Con dignidad. 

El único voto útil, para México, de quienes aún se sientan indecisos, es elegir a la persona dispuesta a confrontar los intereses y poderes atroces que fomentan que, en México, entre los negocios más rentables se encuentren: la trata de personas (somos una fábrica de tráfico humano y de explotación sexual comercial a niñas, niños, adolescentes y mujeres, somos una fábrica de feminicidios); el crimen organizado (incluídos el lavado de dinero, los llamados delitos de cuello blanco y, por supuesto, la corrupción); y el narcotráfico (que es uno de los medios más productivos de sobrevivencia, así mismo, una de las mayores fuentes de barbarie y violencia entre la población, en donde impera la ley del más fuerte y la muerte sanguinaria para hacerla patente; somos una fábrica de fosas clandestinas). Un hombre dispuesto a arriesgar todo su prestigio por aquello en lo que de verdad cree: un México sin violencia. 

Un hombre capaz de garantizar un presupuesto que pueda solventar la inversión que se requiere para hacer efectivo el artículo primero de nuestra Constitución, sin escatimar y con justicia. Un hombre que no crea que será con la fuerza pública, y poniendo en riesgo los derechos humanos, que podremos dar un giro de timón para restaurar el Estado de Derecho a lo largo y ancho del país. Un hombre con un proyecto que no quiera ocultar la corrupción en un embalaje de mecanismos complejos que pretenden inhibirla y perseguirla, sin éxito, y que son susceptibles de ser medios aun más sofisticados para seguir drenando impunemente las finanzas públicas; sino que quiera combatirla con austeridad y con el uso inteligente de los recursos públicos. Con incentivos para el desarrollo de una vida digna. Una vida que valga lo suficiente para no ser comprada a ningún precio. Una vida que no necesite humillarse para contar con un trabajo remunerado. Tomando acciones firmes a la luz de toda la ciudadanía. Sin necesidad de emprender una cruzada temeraria que ningún sistema de impartición de justicia ni penintenciario podría solventar, en ningún lugar del mundo.  El problema es de tal magnitud que no habrá jueces ni cárceles que nos alcancen. Y con qué propósito despilfarrar tantos recursos en estos fines, si tenemos un país por reconstruir, en el cual podemos invertir para sanar y no para castigar, garantizando mayores beneficios reales el conjunto total de la población. 

Así como, no ha habido balas suficientes para inhibir las prácticas delictivas. Ni fuerzas armadas lo suficientemente vastas para perseguir el lastre que la cultura del crimen organizado ha sembrado en nuestras vidas, porque éste no es su trabajo. No pueden seguir expuestas a la ilógica misión de perseguir civiles y en el camino tener que afrontar los costos de los "daños colaterales", perdiendo el honor que las emblema. Es criminal que la fallida estrategia de combate a la barbarie deje en entredicho el compromiso de las fuerzas armadas con el respeto a los derechos humanos. Era inevitable. Son fines inconciliables, por definición propia. Esto tiene que parar, por el bien de todos. En nuestro país la corrupción, de la mano con el crimen organizado y la impunidad, han logrado penetrar todos y cada uno de nuestros hogares. Ninguno de nosotros está libre de ser víctima de estos flagelos. Porque la inercia sistémica de los horrores cotidianos que nos someten ha logrado resquebrajar todas las certezas que debía brindarnos nuestra institucionalidad. 

Por eso, necesitamos a un hombre que sí sepa que las instituciones no son una fuente ilimitada de empleo vitalicio, al servicio de los indispensables y muuuy afortunados mexicanos que lucran para sí, cada día con más descaro, a expensas de la vida de las personas, la seguridad pública, el desarrollo social,  la preservación del medio ambiente y el ejercicio irrestricto de los derechos humanos. Todas éstas: parte importante de la razón de ser de nuestras instituciones.

Yo, con convicción, eligo a #AMLOPresidente, para mí, "es un honor votar por Obrador". Me sumo a su exhorto de voto parejo para #JuntosHaremosHistoria porque un hombre solo no puede afrontar la tarea que he descrito. Esta es labor de un pueblo entero, como dice Beatriz. Y necesitará muchos aliados para arrancar su proyecto. Hago un llamado consistente a un voto de castigo, por parte de la ciudadanía, a todos quienes han olvidado lo afortunados que son de poder ser parte del Estado Mexicano. Un voto de escarmiento a quienes desdeñan las ventajas de las que gozan al poder vivir del subsidio a la democracia mexicana y que, sin conciencia alguna, han despreciado la oportunidad de construir más que emblemáticas leyes que nadie sabe cómo cumplir. Ya basta. Voto parejo para MORENA. 

Se acabó este hartazgo nutrido de pretextos e incompetencias. El delirio tiene que parar. Tendrán que ganarse con votos legítimos la posibilidad de representar pesos y contrapesos políticos en el quehacer legislativo, en el ejercicio de los poderes estatales y locales, para construir y sumar, incluso desde la oposición, al proyecto que nos ofrece López Obrador. Así como, él ha sudado con su frente el logro de cada uno de los votos que lo respaldan. 

Han jugado póker con la confianza que depositamos en las urnas cuando fueron elegidos. Han cargado los dados a su favor, sin importarles el destino de los ciudadanos y ciudadanas. Han estafado colosalmente a la casa, sin resquemor alguno. El juego se acabó, es hora de enfrentar la vida real. Así que vayan haciendo sus ahorritos porque la vida al margen de las rentas del erario público está dura. ¿Quién sabe por qué? Quizás, así, logren recordar que nada de lo que tienen, en realidad les pertenece... si no supieron estar a la altura de las responsabilidades que les encomendamos. Pero no se preocupen, ustedes también tendrán una segunda oportunidad en este proceso de paz y reconciliación. Somos un pueblo generoso, a ustedes les consta. No necesitamos más fosas clandestinas... Ni destierros políticamente simbólicos ni algún "chivo" expiatorio... de mal gusto. Es tiempo de mirar hacia adelante y construir todos juntos.

Esto no es una venganza. Todos somos igualmente mexicanos. Así que dejen de decir mentiras y medias verdades para tergiversar las propuestas de Andrés Manuel. Y pónganse a hacer algo de provecho para nuestro país, durante esta campaña. Contribuyan a que este proceso democrático sea impecable y se respete, sin excepción, la voluntad expresada en todos y cada uno de nuestros votos. Tampoco compren con dinero los votos que no logran obtener con el convencimiento franco. Ni monten espectáculos mediáticos para distraer la atención de nuestro pensamiento. Expónganse con honor al debate público. Absténganse de insultar a nuestra democracia. Dejen de agredirse entre sí. Renuncien a seguir haciendo el ridículo. Den cuenta de sus errores, hagan un balance honesto de sus resultados y convenzan con verdaderas soluciones, a la luz de las asignaturas pendientes que dejan. 

Muestren algo de convicción en su quehacer. Porque querernos convencer de que Andrés Manuel no será un Presidente capaz no los exime de ninguna de sus responsabilidades. Trátennos con un poco de respeto, como si les importara nuestro voto. No solo como mercaderes que usan nuestro voto como medio para el logro de sus fines personales. Así como, usan las instituciones como medio de ascensión social y no como fines en sí mismas. En serio, tienen la ficción de que convencernos de votar por ustedes es el costo inevitable para obtener aquello que han decidido es suyo, de por vida. Es una concesión que nos dan, porque no les queda de otra. No están entrando a la competencia. Se rompen la cabeza en cómo engañarnos mejor que los otros para sumar más votos. ¿Este es su concepto de contienda electoral? ¿Quién logra mentir mejor? ¿Quién logra no decir algo que pueda inhibir el voto a su favor? ¡Con mucho cuidado! Tartamudeando y temerosos de no satisfacer a la opinión pública. Con el argumento, autofabricado, de que ustedes saben mejor que la gente lo que es bueno para México. O sea que pueden convencernos con engaños, en aras del bien mayor: el bien común que sólo ustedes encarnan. Si se van, sucumbiremos todos. Son entes irremplazables en nuestra vida pública. ¿Adivinen qué? Son ciudadanos tan comunes y corrientes como el resto de la ciudadanía. Afróntenlo, nos han fallado. 

Estamos al corte del sexenio y es hora de hacer un balance tajante. El horror no cesó. Se contuvo la escalada en los niveles de violencia y su expansión, pero la inercia esperada de sus efectos se mantuvo constante y no se logró revertir, significativamente, la secuela de la descomposición orgánica del tejido social. Hay una deuda importante en materia de Derechos Humanos. Se incrementó la corrupción. Ninguno de los aciertos, del gobierno en turno, logra compensar las asignaturas urgentes que nos convocan en estas elecciones. Se generaron algunas condiciones, todavía intangibles, para los procesos de gran envergadura que se avecinan. Pero, lamentablemente, el saldo es negativo y no se trata de excusarnos detrás del vaso medio lleno. Para elegir por quién votar debemos exaltar los defectos del vaso medio vacío. Lo cierto es que hoy el dinero nos alcanza menos que antes para pagar la canasta básica y no básica... para pagar los servicios básicos y no básicos... esto también cuenta (y cuenta mucho). Necesitamos ser muy severos en nuestro juicio, para poder hacer la diferencia con nuestro voto. E incidir de manera profunda en la vida pública y política de nuestro país. Para brindarnos la oportunidad de un cambio de fondo. No de forma. 

Votemos con el corazón en la mano. Invito, desde el fondo de mi alma, a los priístas que han visto disolverse el ideal que los congrega como militantes, a los perredistas cuyos valores fueron excluídos de las decisiones con fines de lucro que están tomando sus dirigentes, a los panistas que de verdad creían que respaldaban una opción legítima con base en sus principios fundamentales, a los indecisos que prefieren esperar hasta el momento de la votación para inclinar la balanza a favor de uno de los dos punteros, a los desencantados ante el rumbo errático de los resultados de la política mexicana, a los mexicanos que votan en el extranjero, a todos, a solidarizarse con el desamparo de quienes han despositado en Andrés Manuel López Obrador el último resquicio de su esperanza. México nos necesita. Nuestro país está sangrando. Debemos unirnos y creer que una transformación es posible. Porque juntos haremos historia...


Y tú... ¿vas a votar por #AMLOPresidente? 





Buenas noches...
¡Infinitas gracias!
amigas y mágicas tortugas.
Ojalá me hayan regalado
su paciencia para llegar hasta aquí.
Las abrazo con fuerza y
les deseo un feliz domingo.