jueves, 29 de abril de 2010

el rey sol

Esta es la historia de un bello amor que florece en el corazón del rey sol.

Érase una vez... una estrella a media luz en donde sólo habitaba la mitad de un alma y un sol que sólo alumbraba rocas desérticas.

El sol, una y otra vez, opacó su reflejo y tropezó con la oscuridad. La estrella, a su vez, buscó su medio reflejo en más de una galaxia, pero preservó su brillo incompleto atravesando años luz.

Llegó el día en que coincidieron en una ventana de tiempo mágica, bastó que él la mirara para que ella escuchara los latidos de su corazón al ritmo de sus palabras.

Sin embargo, habitan en una ventana que sólo se abre por momentos, en paralelo a otros mundo posibles, casi asfixiada.

Mientras dura, sol y estrella son uno, sonríen y bailan escuchando el canto del mar de los planetas que ambos dejaron atrás. Cuando la ventana se cierra, el Sol olvida su estrella y anida bellas lagunas... La estrella se detiene, renuncia su brillo sin guardar la luz sólo para sí y anida esperas.

El sol no sabe que juntos se enceguecen por el brillo de su mutuo esplendor y recela convertir la ventana que los acerca en una nueva galaxia infinita, por temor de no controlar toda la energía que de ella emanará. En cambio, la estrella se descubre maravillada ante tal plenitud y teme desaparecer si la ventana de tiempo no vuelve a unirlos. Ambos, cada vez que la magia les regala un día más, se abrazan con fe.

La estrella susurra para sí ¿acaso el Rey sol no me reconoce en su destino?

El sol piensa para sí ¿acaso la Princesa estrella no sabe que partiré?

Cuando Rey y Princesa sonríen juntos, el sol alumbra todas las galaxias y la estrella brilla a través del infinito de todos los tiempos. Cuando ellos se separan, lluvias, tormentas, terremotos y fatalidades invanden los territorios de sombras.


Y tú... ¿qué temes cuando el brillo del amor te enceguece?

Buen viaje a través de mágicas ventanas de tiempo y bendiciones de tortuga maestra.




martes, 27 de abril de 2010

providencia

Conversando con un sabio amigo, la tortuga mágica descubrió un secreto para su caparazón, fue un mensaje providencial que despertó un rayo de luz dormido en el interior de sí.

Ella comentó que le ha sido difícil elegir un compañero, siente que no puede ser ella quien tome la iniciativa: ha heredado el designio de ser mujer. Y tal parece que sólo puede consentir al ser, quizá, vista a través de una mirada.

Y fue, así, que el sabio búho, color nieve y oro, exclamó ¡no! ¡no! ¡amiga tortuga no digas tales cosas! ¡me duele sólo oírte! ¿cómo imaginas que no podrás elegir un caparazón gemelo cuando lo encuentres? ¿cómo se te ocurre?

Es muy fácil tortuga mágica, cuando estés entre sus brazos, tú sólo debes decirle que lo eliges, que lo amas, que a su lado te sientes segura y que confías en que de su mano siempre tendrás paz, que estás lista para recibir su protección y su amor porque eso te hace honestamente feliz, sólo debes decirle que te sientes a salvo en su mirada y que lo recibes tal y como es. Ten fe en mis palabras, querida tortuga, que así tu corazón gemelo escuchará que has sido tú quien lo ha elegido y, estoy seguro, lo encontrarás, no vuelvas a dudar de ti.

Una vez que el búho terminó su discurso, providencialmente, el cielo se iluminó como si fuera el primer amanecer, y nuestra mágica tortuga sintió un inmenso y tierno calor en el alma de su caparazón.


Y tú ... ¿en qué brazos estás a salvo?

Saludos amigas tortugas!!!



domingo, 25 de abril de 2010

la paella

Diez años después, al fin, recibí mi grado de Maestra. La ceremonia fue uno de los más bellos regalos que he recibido de la vida. Fue una celebración inesperada y franca.

Para festejar tal ocasión, familia y amigos convocamos a la mágica paella de otro tiempo. Por un instante, el pasado y el presente se unieron, desdibujando el futuro. El invitado de honor faltó a la mesa y al tocar las campanadas todo volvió a ser igual.

Hoy... sólo me queda el futuro: el mañana sin rostro, sin promesa, sin fe. Quizá por ello me refugio en el presente trunco y por momentos escapo hacia el pasado perdido. Y es que ante el solitario devenir, la postergación parece ser la única ancla para olvidar que me falta un compañero de vida y el hito de esperanza que me detiene para esperarlo.


Y tú... ¿postergas el presente para no enfrentar el futuro?

Un abrazo de maestra tortuga, gracias por acompañarme.



domingo, 11 de abril de 2010

apariencias

¿casi mentiras? ...

En ocasiones, es difícil distinguir la apariencia de la realidad, de ahí el largo camino de los filósofos cuando quieren explicar el conocimiento y definir criterios de verdad.

No en vano, Platón, en su recurrente diálogo con los sofistas, evoca a la verdadera apariencia de las cosas, a la idea de la cual emanan todas las réplicas y reminiscencias, a partir de las cuales, nuestra alma, en la vida presente, descubre el secreto del conocimiento.

En el renacimiento, retoman este misterio y se alaba al mago: el ser capaz de hacer que las imágenes se vuelvan apariencia de lo real, con mayor precisión: realidad aparente.

Ahora bien, si la verdad se vuelve apariencia ¿cómo distinguimos la mentira? O, simplemente, renunciamos al engaño y nos conformamos con el supuesto de que sólo se puede conocer ilusiones de la mente y que la experiencia de los objetos nos ha sido vetada. Quienes de este modo opinan, tienen la convicción de que basta el poder de la intención de la mente, expresado en la voluntad humana, para controlar el quehacer mundano.

No lo sé... Si bien la mediación de la idea, a través de la imagen, es indispensable para nuestra aproximación a lo real y para nuestros criterios de verdad; reducir la mentira, a un inevitable modo de ser, resulta en la vanalización de la responsabilidad que fincamos con el otro, me refiero: al compromiso que tenemos entre humanas y humanos de que, a partir de imágenes individuales, logremos idear una imagen del mundo en la que todos seamos igualmente valiosos y libres, en donde nadie abuse de su engaño para satisfacer su egoísmo.

Quien, con astucia, pretende hacer uso del poder de la mente, para engañar deliberadamente y dominar a sus iguales (con el pretexto de que todo es apariencia), antes de ser el más capaz, deviene en el más cobarde: aquél que no supo lidiar consigo mismo y decide violentar al otro diferente para sentirse valioso ante sí.

Si bien, la mentira nos puede ser más propia, en tanto seres sofisticados de conciencia, esto no quiere decir que nuestra bella imaginación no tenga limites que, desde lo real, frustan la infititud de nuestro deseo. De ahí, el trágico don de la vida humana. Pero de ahí, también, nuestro ser ético: aquella posibilidad de que pudiendo idear matar elijamos amar.

Y tú ... ¿mientes o vendes ilusiones?

Buena semana tortugas.





miércoles, 7 de abril de 2010

el poder

de las falsas expectativas...

Muchas veces, lo que pase mañana no es lo cuenta, basta la ilusión de un futuro posible para motivar y dotar de razones nuestras acciones presentes.

Lo que cuenta es que uno mismo sea dueño de lo que quiere creer y no que otra persona te haga pensar que van a pasar cosas que nunca ocurrirán. Ya que, si te convencen (con falsas expectativas) de que se volverá realidad algo que te desagrada, sufres en vano y te lastimas con tus propios temores; en cambio, si alguien te engaña sobre anhelos legítimos felizmente cumplidos, tortura tu alma, porque te alegras en vano y te decepcionas de tus propios sueños.


Y tú ... ¿en qué te apoyas para alegrarte el día?

Felices expectativas amigas tortugas.




domingo, 4 de abril de 2010

un nuevo ser

Al caer el sol nace la luna
Al amanecer nacen los pájaros
Con la lluvia nacen los frutos
Con la primavera nacen las flores


Y al amar...

un nuevo ser nace en nuestros corazones.


Y tú ... ¿a quién amas al amanecer?

Buena semana tortugas renacidas!