Esta mañana, al igual que el sábado, amaneció de otro color. ¿No les ha pasado que de pronto la vida se viste de otro color ante nuestros ojos? No podría describir cuál color es éste. O si es en realidad uno solo. La luz trastoca todo lo evidente e ilumina esos rincones en que hemos olvidado mirar. Alumbra esos colores que no hemos llegado a desvelar. El brillo de un nuevo amanecer que se asoma al compás de un grillo gigante colmado de verde esperanza... y nos recuerda, o nos anticipa, que lo mejor no sólo está por venir... lo mejor está en nuestras manos desde hoy: en ese momento que no siempre solemos dejarnos sentir en plenitud. En ese respiro que nos alimenta cada mañana y nos susurra al oído que este día, y cada día, es el día para ser feliz.
El sol tiene ese mágico efecto en nuestros corazones. Despertar el alma, colmarnos de ilusiones y ver en el trayecto recorrido: todos y cada uno de nuestros sueños cumplidos. Incluso cuando sigamos sembrando nuevos anhelos para los días por venir. Esa alegría inexplicable, que compartimos, al sentir la fuerza de este astro maravilloso y espectacular... en todo su esplendor. Que viste el cielo de azul y abre los cielos para ver más allá del horizonte. Que nos regala la dicha de poder sorprendernos, casi por primera vez, ante todo lo que todavía no logramos descifrar de nuestro presente.
Al unísono de las mariposas blancas... las que están llenas de secretos de amor por cumplirse. Y que nos sorprenden con su aleteo en cada resquicio al que miramos. Llenas de luz por nacer que ilumina nuestra sonrisa. Arrulladas por la calma de un bosque acariciado de viento. Un bosque que nos brinda el paisaje de las hojas cayendo: las hojas de un otoño generoso que viste nuestros caminos de senderos inexplorados. La luminosidad de un invierno en ciernes. El rayo de sol enceguecedor y ardiente que anuncia el frío de la noche. Y la música que inspira el canto y el baile... de la mano de la palabra precisa. Los días en que la luna se va llenando: poquito a poquito; y cuyo resplandor nos cobija sin dejar lugar para un solo instante de oscuridad.
Y tú... ¿cómo describes un día espectacular?
Feliz lunes...
lleno de magia de tortuga.
Fuerte abrazo!
