viernes, 28 de septiembre de 2018

"Comentocracia"...

... ¿indispensable para la democracia? o si se quiere... dialongando dialécticamente... #Transición2018




No me sumo a la censura de alguna forma de expresión de los medios de comunicación, en especial, aquellas que se ocupan de los análisis de opinión. Mientras más riqueza y diversidad exista entre las voces que ocupan los espacios de comunicación, más aprendizajes certeros tendremos para vivir en democracia con base en diálogos respetuosos que den luz a todas las diferencias que nos componen. Y esto también es parte del periodismo. Es el eslabón indispensable entre el reportaje informativo de la noticia diaria del evento mediático y el periodismo de investigación que profundiza en las causas y consecuencias, con hechos, de eventos sociales que nos competen a todos como comunidad. Es la nota significativa de nuestra posibilidad humana de valorar desde nuestro propio punto de vista los sucesos que componen nuestra vida pública. Y los ataques altisonantes para desprestigiar, alguna de estas voces, es una muestra de intolerancia; sin importar la preferencia de valoraciones sociales y políticas de quienes descalifican a quien emite una opinión diferente: sin dialogar con sus ideas en igualdad de condiciones. 

Y, probablemente, en esta línea tenue entre mi derecho de expresión y mi obligación de respetar la expresión de otros seres humanos, en tanto iguales en dignidad humana a mí, se encuentra la elección de los adjetivos mediante los cuales elegimos expresarnos. Cuestión no menor. La riqueza maravillosa del lenguaje encuentra su límite ahí en donde la opinión es un reflejo: no de mi pensamiento crítico, sino una excusa para manifestar (con buena o mala intención) fobias, prejuicios, arbitrariedades, enojo, injusticias, frustración, falta de información o información asimétrica, complejos, necesades, ocurrencias, ideales incuestionables, egos y filiación de grupo de cualquier tipo. Cada quien tiene una historia de vida propia y, a veces, cuando agredimos las ideas de otra persona, sin darnos cuenta, estamos agrediendo los cimientos mismos de su razón de vivir. De ahí el encono y la violencia.

No se trata de pensar todos igual, ni de decir lo que es o no "políticamente" correcto. Se trata de la capacidad de escucharnos entre nosotros, a pesar de estar en total desacuerdo. Se trata de elegir una forma ética (generosa) de expresar nuestros desacuerdos. Sin temor a ver derrocadas nuestras verdades particulares y personales, más bien para fortalecerlas, acrecentarlas e incluso cuestionarlas. Crecer juntos, dialécticamente (nutriéndonos unos de los otros), como una forma de aprender a dialogar. Más allá del juicio de valor al que nos remita reconocer la diferencia, incluso radical, que puede existir entre dos puntos de vista. Convivir pacíficamente: sin necesidad de aniquilar al otro. Más allá de las particularidades de estilo y personalidad de cada uno. Y tomando en cuenta, que "con mucho respeto" se pueden también expresar prejuicios severos de nuestra comprensión del mundo.

En último caso, lo cierto es que, si bien no podemos hacernos responsables de todo lo que las otras personas interpretan de cada una de nuestras palabras, nuestro carácter (y "verdades") sí puede mostrarse a través de nuestras expresiones, valoraciones, análisis, juicios de valor, prioridades. A través de nuestros actos de comunicación. Como distinción de la voz que queremos representar y también del límite en que podemos, o no, coincidir.  Y rectificar... matizar... ampliar la lupa, acotar, resaltar, acercarse lo más posible con el microscopio. En fin, son tantas dimensiones conceptuales a través de las cuales nuestro análisis puede encontrar una forma de expresión. Que vale la pena enriquecer nuestros debates de la posibilidad de encontrar coincidencias, incluso ahí en donde existan las más severas diferencias. Erradicar la violencia de nuestras formas de entendimiento común.

Hay una tensión dialéctica entre quiénes somos y cómo nos expresamos, entre cómo nos expresamos y cómo nos interpretan los demás, entre cómo es cada quien y cómo interpretamos la expresión de los demás. Y a veces, la intención con que nos expresamos es más poderosa que todo lo demás, lo cual también cambia el contexto para valorar (o prejuzgar) la forma (adjetiva) de tal expresión. Es así que, como seres dialogantes, estamos inmersos en los calores del debate público... en aras de lograr nuestros equilibrios democráticos. Sin renunciar a nuestra voz propia y decir en alto aquello que creemos, con convicción, merece ser dicho. Con más énfasis: si tales aspiraciones llegan a conmover y estrujar verdades incuestionables. Con valor y también con responsabilidad. Con osadía, pero también con respeto.

Sin olvidar que en la síntesis de las conclusiones compartidas se descubre, las más de las veces, el lugar más acertado para comprender la verdad. Ese espacio en el cual todos podemos coincidir y apelar a un mínimo de sentido común... el menos común de todos. La democracia no es un modo estático, legalmente establecido, en el que nos encontramos. La democracia es una forma de vivir en constante renovación, un modo de ser inacabado que sólo se completa cuando dos voces desiguales: se saben iguales siendo diferentes.



Y tú... ¿expresas odio o prefieres dialogar?





Feliz viernes...
lleno de magia de tortuga
dialogante.





martes, 25 de septiembre de 2018

¿disputa político-social...

... o cambio de monopolios en el ejercicio del poder?

Dialogando...


La postulación de que los cambios que propone MORENA son una expresión de desprecio, e incluso persecución, hacia la función pública. O una falta de reconocimiento al trabajo bien realizado por parte del Estado Mexicano y todas las partes que lo componen. O un detrimento a la fortaleza de las capacidades gubernamentales y del estado de derecho. No creo que sea un territorio fértil para la discusión política sobre las consecuencias económicas de los nuevos caminos que recorrerá México. Ante la voluntad democrática expresada en las urnas. 

Quienes serán afectados por la disminución salarial, en su mayoría, ocupan cargos que, por su naturaleza y liderazgo, son reemplazados junto con el nuevo equipo de Gobierno. Sí me parece importante considerar todas las implicaciones de tales medidas, en particular, lo que refiere a los organismos públicos autónomos, órganos desconcentrados, descentralizados o paraestatales. Pero caminando en la misma dirección: ajustar el máximo ingreso con el mínimo ingreso, de tal manera que la función pública satisfaga sus necesidades de remuneración en correspondencia con las condiciones económicas reales de México, en su conjunto.

Abrir, con este mismo celo, la discusión sobre el salario mínimo y cuestionarnos: si adelgazar el ingreso de la población no es también una forma de lastimar el estado de derecho. 

Fueron los gobiernos panistas quienes debilitaron las capacidades de la función pública en aras de una concepción de un Estado "mínimo". Cuando llegó Fox, muy de moda se puso que, para ahorrar, los funcionarios públicos de alto nivel tenían que contestar sus propios teléfonos y que el trabajo administrativo era una muestra de exceso de gasto corriente, que había que corregir.  Incluso, colocar un cuadro en una oficina pública era ostentoso. Había que ser austero o, al menos, parecerlo. Como parte de los nuevos vuelos antipriistas. En ese entonces, y en el sexenio subsecuente, se purgó la función pública mediante distintas estrategias; algunas francas y transparentes, otras no. Y los motivos iban: desde liberar al Estado de los corporativismos hasta excluir a personas con estudios en determinadas universidades, así como, discriminar a personas con opiniones políticas diferentes. Formaron un nuevo ejército de funcionarios públicos. Privilegiaron a los cuadros jóvenes que venían del interior de la República como sello de pureza técnica y aprobación ideológica. Con el paso de los años, se olvidaron de tales vuelos de austeridad, los cargos de alta responsabilidad se reprodujeron como hongos y el ingreso destinado para tales sueldos se empezó a desbordar de formas discrecionales. Desde una Jefatura de Departamento hasta una Dirección General, llama la atención que, de acuerdo con la Secretaría en cuestión: el sueldo. Por lo que el entramado todo de remuneraciones está permeado de un sin número de desigualdades per se. Burocracia heredada por Peña Nieto, en muchos casos, en detrimento de su trabajo y resultados. 

Por un lado, se instauró el servicio profesional de carrera, lo cual ocupó prácticamente el sexenio completo de Fox, y gran parte de este trabajo se fincó en la capacidad instalada de los cuadros ya existentes, porque no tenían personas aptas para realizar tales trabajos. Para, luego de haber usado su experiencia: darles las gracias y enseñarles la puerta de salida. Simulando gran parte de las nuevas contrataciones, entre el voto discrecional de la entrevista al final del proceso y excepciones legales que permitían la contratación, al margen de un proceso de selección a concurso. (Los invito a echar un vistazo a la página trabajaen. com para hacer un análisis profundo sobre el panorama de perfiles y salarios que conforman la estructura del ejercicio del gasto corriente.)

Mi pregunta es: ¿por qué nadie alzó la voz entonces? ¿por qué ahora parece una preocupación alarmante cualquier propósito de cambio en el status quo?

Yo reconozco y valoro los resultados positivos del sexenio saliente (al margen de lo que no haya sido encomiable) y las muestras que tenemos del trabajo bien hecho por personas capaces que estuvieron a cargo de tales labores. Pero también soy consciente de que muchas cosas todavía no han podido ser resueltas y que debemos mirar hacia nuevos horizontes y no seguir repitiendo los caminos ya recorridos, cuando, probablemente, son vías que ya hemos agotado. Y que haya personas capaces no quiere decir que también hay muestras de negligencia y falta de competencia. E incluso quienes han tenido un ejercicio virtuoso, dadas las necesidades y exigencias del contexto en el que se desempeñaron, no necesariamente son ahora los profesionales que necesitamos: capaces de encarar los nuevos retos que exige la ciudadanía se cumplan.

Simplificar los problemas que tenemos que enfrentar no va a facilitar la transición hacia un México más justo. Dividir la opinión pública tampoco favorece la posibilidad de una vida política plena. Dialogar nuestras diferencias es, quizá, el mejor camino que podremos compartir en esta nueva era, en donde sí... las cosas ya no se valorarán con los mismos indicadores de antes. Pero esto no necesariamente tendrá efectos negativos. Necesitamos nuevas soluciones como parte de los logros alcanzados en el camino. Es un proceso social natural. Habrá cosas que saldrán bien, o muy bien, y, otras que saldrán mal, o muy mal. Como en todos los sexenios. 

E insisto, no creo que se trata de hacer votos de pobreza para ejercer "con honor" la función pública. Para mí se trata de vivir acorde con la realidad que somos como país. Y si para ustedes un rango de 50 mil a 90 mil pesos, es un rango de pobreza ("franciscana"), pues qué afortunados son. Mis estudios, y mi experiencia profesional, no me han alcanzado para aspirar a más de 25 mil pesos, aproximadamente, al mes (en el sector público -ni fuera de él-), bajo el argumento de que estoy sobrecalificada. Si alguno de ustedes encuentra alguna lógica posible en esta afirmación, más a la luz de su defensa del personal altamente especializado, por favor ayúdeme a develar esta paradoja que, a mí sí, me tiene en bancarrota. Incluída una maestría en políticas públicas (ITAM) y un doctorado en ciencias (en bioética/UNAM). Trabajé en dos Secretarías de Estado y en un Órgano Público Autónomo. Actualmente: desempleada; y a "merced" de las distorsiones de nuestras débiles regulaciones financieras. Los candados de exclusión de la Academia se han vuelto casi infranqueables, empezando: porque ya no soy lo suficiente joven para incorporarme a las labores docentes. De acuerdo con los criterios de los concursos de oposición. Y también reconozco: yo ya no poseo disposición anímica para afrontar dichos concursos. Soy una fiel convencida de que cada quien toma en sus manos su propio destino, dadas las circunstancias a nuestro alcance. Pero no se trata de mí. No guardo rencores por este desatinado tiempo en que se encuentra estancado mi desarrollo profesional, lo cual también se debe a las decisiones que yo he tomado a lo largo de mi vida -además, tal vez no soy ni tan competente ni tan especialista como me gustaría creer. Se trata de una situación sistémica que está a punto de reventar. Tenemos más profesionales altamente capacitados de los que podemos contratar y esto no es responsabilidad de la política de austeridad de Andrés Manuel López Obrador. 

Cabe mencionar que, en ocasiones, los más altos funcionarios públicos (y mejor pagados) pagan estudios especializados (también muy costosos) para el desempeño de su función. Es decir, ocupan el cargo, pero necesitan el apoyo de quienes dominan los temas bajo su responsabilidad para tomar decisiones de política pública. Si bien, este recurso es un componente importante de la lógica de las políticas públicas y un solo funcionario no puede ser especialista en todo. Creo que se ha abusado de este mecanismo de apoyo, en detrimento de una adecuada distribución del trabajo entre los equipos a su cargo, así como, falta de especialización o sobrecarga laboral, en éstos. Por lo que: sí, la distribución de los tiempos laborales es un tema muy sensible. De hecho, en el sector público, normalmente, se trabaja más horas de las previstas y muchas veces se debe ocupar el espacio de los fines de semana. Hacer de esto una norma, en el margen, no cambiaría en mucho los usos de costumbres ya adquiridos. Por mi parte, no creo que sea una estrategia productiva. Desgastar física y emocionalmente a los funcionarios públicos no garantiza mejores resultados. Se abusa de trabajar contrareloj y con entregas "dead line" que mantienen el fervor institucional al borde de un hilo. Incluso es un valor estar en tales prisas, si se organiza el trabajo de forma más realista y racional, de tal forma que haya un poco de confort en el quehacer cotidiano, se genera la percepción de que no se trabaja... lo cual también es un incentivo para la simulación: el chiste no es estar muy ocupado (en función del alcance de los resultados) es que todos crean que estás muy ocupado (en función de conservar tu cargo). Más, si lo que está en juego es justificar el derecho a un alto sueldo erogado por el Estado. Creo que son malas prácticas que podemos erradicar. En lo personal, considero que trabajar con tales prisas y suspiros es un indicador de ineficiencia e ineficacia. El trabajo, las metas y objetivos se deben poder planificar estratégicamente, de tal suerte que llegar a su cumplimiento no involucre riesgos de "salud pública". Dar un poco de marcha atrás en este sentido, puede ser una buena manera de medir la verdadera capacidad instalada que se requiere para realizar los trabajos requeridos. Y también reconocer el límite y alcance de los resultados de la función pública, dada la capacidad instalada que se puede financiar. Ser realistas. Así como, aceptar que las prioridades en el ejercicio del presupuesto van a cambiar al ritmo de los nuevos tiempos.

Lo cierto es que, gran parte del trabajo administrativo (y sustantivo) de la función pública se desgasta en justificar el presupuesto: hacer quedar bien la forma de los resultados; y poco se puede avanzar en acciones de fondo que logren un impacto significativo en la realidad frente a la cual se quiere actuar en forma positiva. Es un sentimiento de frustración compartido entre todos quienes ejercen la función pública: el limitado alcance de tu trabajo diario en la resolución de los problemas que se colocan como metas programáticas y objetivos de gestión. Y esto va mucho más allá de filiación partidista alguna, o de capacidades y competencias... es un problema que subyace a toda la lógica de abstracción formal y simbólica: de la que adolece la conformación de los Estados Nación. No podemos ahora pretender responsabilizar a MORENA de los riesgos que conlleva: que las buenas intenciones se queden sin efecto, a la luz del ejercicio efectivo de la gestión pública. Ni satanizar a quienes entregan sus carteras, por no haber podido franquear con mayor eficacia tales limitaciones inherentes. 

Estamos todos juntos en el mismo barco. Vivimos una oportunidad de sumar para construir aquello que no hemos podido lograr. Y ustedes, a quienes admiro y respeto profundamente, son un ejemplo de todo lo que debe ser la función pública; un ejemplo de que sí es redituable la inversión del Estado en funcionarios de alto nivel. ¿No les gustaría que hubiesen más mexicanos como ustedes? ¿Dejar de ser la gran excepción que confirma la regla? Quizás el rumbo hacia tales anhelos: conlleva hacer ahora los ajustes necesarios que abrirán paso a una nueva abundancia para todos nosotros. No tenemos forma de anticipar cuáles son los resultados que podremos valorar a lo largo de los siguientes seis años. Pero sí podemos mirar con mucha más generosidad las nuevas fronteras que componen el horizonte de nuestro país. Y desprendernos un poco del temor natural que representa todo cambio de régimen.



Y tú... ¿en qué México quieres vivir?




Fuerte abrazo...
lleno de magia de tortuga.
Feliz luna llena!!!




luna...

... romántica.
por debajo de la mesa... Luis Miguel



Asoma la luna... tras la lluvia y, con cierta timidez, entre las nubes. Pero siempre aparece... en el momento perfecto. Nos regala una cita impostergable cada mes. Con su presencia parece imposible olvidar el sabor del amor. Su luz calienta ese lugar de nuestro corazón dedicado a latir de la mano de otra alma. Y, cuando alzamos la vista, recordamos que no estamos solos. Nos permite viajar a través de la mirada de quienes la contemplan al unísono. Nos regala visitar los lugares de nuestra historia: perdidos en el tiempo. Ella es el recuerdo de que, sin importar cuán vacíos podamos llegar a estar: la plenitud se nutre de cada ciclo de vida cumplido.


Y tú... ¿cómo acaricias la luna? 



MAÑANA
En el vasto silencio 
de la aurora 
despertó mi alma, 
iluminada 
por la luz temprana. 
Se asomó al infinito 
por una ancha ventana, 
y brilla clara en mis pupilas, 
la mañana. 
Alaíde Foppa / MOMENTOS Y PAISAJES.

CAMINO LIGERA...
Camino ligera 
cual si un nuevo viento 
me llevara 
hacia el mundo soñado 
desde el tiempo 
de mi primera esperanza. 
Un mensaje 
me ha llegado de lejos, 
un ala abierta 
acompaña mis pasos, 
y ya no tiene prisa 
ni temor 
mi espera.
Alaíde Foppa /AUNQUE ES DE NOCHE

IV
Larga fue la espera:
noches y noches
sin vislumbrar siquiera
un fulgor de estrella
desprendido
del oscuro cielo, 
días y días
sobre esta dura tierra
cerrada.
Y si un destello
en la noche se escendía,
el temor
de no poderlo aprisionar.
Pero te encuentro al fin,
palabra mía,
florecida de la sombra,
largamente presentida
y arrancada hoy a la muerte.
Alaíde Foppa / LAS PALABRAS

domingo, 23 de septiembre de 2018

dialogando...

... con @CORCUERAS




Muy apreciado Mtro. Santiago Corcuera, definitivamente, es difícil no coincidir con su prosa... siempre tan impecable. Sin embargo, apuntaría hacia dos perspectivas para establecer mis desacuerdos. Por una parte, considero que introducir el concepto "burguesía" lleva la discusión a un lugar en donde, me parece, ya no está situado el dilema entre cómo valorar (en el mercado laboral) la mano de obra (especializada o no) con justicia: en el marco de un estado democrático de derecho y conforme a un estándar mínimo en materia de derechos humanos. 

Es decir, entre regresividad (DDHH) e identidad de clase (concepto heredado de la crítica económica marxista), me parece: hay un gran trecho lógico, ideológico, teórico y argumentativo. Creo que lo que parece vincular tales categorías, con aparente ligereza, es el hecho cierto de que lo que está sobre la mesa, cuando hablamos de cuánto deben ganar los funcionarios públicos, es la justicia social; dada la obligación constitucional, en materia derechos humanos, que tiene el Estado Mexicano de garantizar una vida igualmente digna a todos los ciudadanos y ciudadanas. Pero, al recurrir al término burguesía, se introduce una valoración, de corte ideológico, que trata de menospreciar la posibilidad de que, tal vez, hacer efectivos los derechos humanos no es sólo una cuestión jurídica, es una materia de política pública... y, como tal, implica medidas extremas de tal envergadura. Por radical que parezca. Creo que no hay ocasión para claudicar en la lucha por el ejercicio pleno de los derechos humanos.

Por otra parte, intuyo cierta resistencia (si no se tratase de usted, me atrevería a decir... cierto prejuicio) a la posibilidad de que un servidor público viva de forma más modesta y en correspondencia con la realidad que aqueja a la mayoría de la población de nuestro país. Incluidas en esta realidad: las atrocidades... que tú estás tan comprometido en combatir. Y esto no va en correspondencia con un valor ideológico o de clase. Tiene más que ver con convicciones y principios. El reto es asumir la labor de la función pública en consecuencia con los retos que deberíamos estar en condiciones de afrontar: todos por igual y no a costa de desigualdades (equiparables a un crimen de lesa humanidad o que, al menos, han sido caldo de cultivo para que se comentan crímenes de tal naturaleza). 

Cuando se trata de países tan lastimados como el nuestro, hay un valor altruista en todo acto del ejercicio público que no podemos soslayar. No podemos conformarnos con modelar un imaginario ideal que no se corresponde con lo que estamos en capacidad de financiar: salarios desmedidos (no a la luz del precio de "equilibrio" de un mercado laboral creado) a la luz de la calidad de vida que el Estado ha sido capaz de garantizar para la mayoría de la ciudadanía. 

El mismo carácter altruista que asume todo defensor de derechos humanos. Usted no percibe su ingreso de tales trabajos, para dicho propósito, usted se ocupa de labores en el sector privado. ¿Por qué? ¿Por qué no consideras una injusticia a tus capacidades, sumamente valiosas y especializadas, ni una falta de reconocimiento a tu experiencia de excelencia... ni un agravio a tus derechos laborales... el no recibir la remuneración económica que, sin duda, mereces por tu trabajo en materia de derechos humanos? Un defensor de derechos humanos no pide seguro médico de gastos mayores (privado) antes de aceptar un caso de litigio estratégico. Precisamente, porque conoce la condición y situación de vulnerabilidad en que se encuentran las víctimas (en términos "laborales": sus "empleadores"). Condición y situación de vulnerabilidad en que se encuentra el grueso de nuestra población a causa de la falta de un efectivo (y eficaz) estado de derecho. 

Y éste es otro aspecto a considerar: ¿para quién trabajan los funcionarios públicos? ¿quién les paga? ¿de dónde viene el dinero para sus salarios? Trabajan para la Nación... en términos concretos: trabajan para el pueblo... para todos y cada uno de los habitantes de México. Y los recursos del erario público se componen, en gran medida, de los impuestos y de las rentas petroleras (patrimonio común del Estado: al servicio del país y no al servicio de las burocracias ni de los sindicatos). De otro modo, tendríamos que justificar que, cuando se establecen las medidas de reparación económica, el Estado dé pretextos de falta de recursos (mientras sí hay recursos para garantizar un muy alto nivel de vida a los funcionarios públicos) para no pagar en tiempo y forma lo que es debido, lo que es justo. ¿Cómo podríamos fincar obligaciones económicas para con las víctimas, por parte del Estado (y no por parte de particulares)? Si no asumiéramos que tales recursos, de origen, pertenecen a la ciudadanía, a la cual se deben los propósitos del Estado. Corregir una distorsión presupuestal, que atenta contra los derechos humanos de la población, no puede ser entendido como una regresión en materia de derechos laborales.

En este contexto, mi pregunta para ti es: ¿crees que los resultados entregados por el Estado Mexicano, en materia de derechos humanos, se corresponden con los altos ingresos (prestaciones incluidas) que perciben quienes han encabezado tales trabajos? ¿Es ésta la "burguesía" que sufrirá algún efecto regresivo en el ejercicio de sus derechos laborales? Y lo mismo con quienes están a cargo de las políticas públicas en materia de desarrollo social, educación, salud, etcétera. 

Porque, entonces, podríamos justificar el papel de las fuerzas armadas como un derecho adquirido en materia de seguridad y monopolio de la fuerza pública, como una élite altamente especializada, que lo son. Y no podríamos cuestionar el fuero del que gozan, cuando pedimos que puedan ser juzgados fuera del ámbito de su jurisdicción. Porque los estaríamos privando de derechos adquiridos; e incurriríamos en una medida regresiva. Por eso ellos apelan a que quedarían "desprotegidos".

O, por ejemplo (y haciendo una reducción al absurdo, lo sé), un torturador altamente especializado, probablemente, también cobra caro sus servicios. ¿Dejarlo sin trabajo (de por vida) sería agredir el reconocimiento de sus capacidades? ¿Atentar contra sus derechos laborales? Perdería "prerrogativas adquiridas".

Lo importante, en la discusión sobre la Ley en cuestión, es si estos salarios se justifican en cuanto al propósito para el cual se contrata a los servidores públicos y si es una condición justa que estén gozando de tales prerrogativas cuando vemos tantos oprobios en nuestra situación de vida como país. Les estamos pagando (y muy bien) para que no resuelvan los problemas que tienen que resolver. Sin importar cuán especializados sean y sin importar cuán protegidos estén en materia de condiciones laborales.

Tal perversión es lo que abre la puerta a la impunidad y a la corrupción. La idea de que el erario público es un barril sin fondo disponible para satisfacer los caprichos de vida de quienes ejercen el poder. Al margen del sentido profundo, altruista y trascendente de la responsabilidad que ha sido depositada en sus manos. Corrupción instaurada como forma de vida, con códigos propios de favores y desfavores para garantizar la prevalencia de pequeños grupos de interés que se esconden tras la etiqueta de "profesionalización" del servicio público. "Mafias" y "tribus", impenetrables, capaces de cometer horrores con tal de conservarse a sí mismas. Sin miramiento alguno hacia aquellas tareas que deberían poder llevar a cabo en beneficio del país. Ésta es una de las razones por las cuales nuestro primero constitucional no ha podido cobrar la vigencia que le corresponde. ¿Estos son los derechos laborales que se están violentando?

En concatenación, sumo una tercera perspectiva argumentativa: los resultados que entregan los altos funcionarios públicos (al margen de su currículum, experiencia y nivel de expertise) parecen no estar en equivalencia con el alto nivel de vida al que acceden cuando son beneficiados por las distorsiones presupuestales que se fueron gestando, a lo largo de los años, para equiparar las remuneraciones de los servidores públicos a los estándares de bienestar marcados por las leyes del mercado (e incluso superarlos). Y aquí mi pregunta es: ¿los derechos laborales corresponden a las exigencias del mercado o corresponden a la garantía de una vida digna? ¿podemos medir en pesos y centavos la dignidad humana? y en tal caso ¿cuál es el precio de la vida? 

La jurisprudencia en materia de derechos humanos ha tratado de resolver este dilema, casi irresoluble, apelando al proyecto de vida. Y quizá aquí retomaría tu argumentación, porque confieso que, ya antes de leerte esta mañana, había anticipado la posibilidad de tal efecto regresivo, de la mano del efecto en la contracción del consumo interno y del efecto microeconómico subsecuente (no necesariamente negativos), de tales medidas en ciernes. O si se quiere, hablemos del incremento en el costo de oportunidad de quienes verán mermado su ingreso. De quienes serán afectados en su proyecto de vida, al cual tienen derecho: a la luz de la lógica de su trayectoria académica y profesional. Y doy este giro, con la convicción de que a la mayoría de nosotros le gustaría encontrar una solución para que todos, por igual, podamos percibir el pago que nos corresponde por el trabajo que realizamos. Sin tener que tomar una decisión cuasi "salomónica" entre perjudicar a unos para favorecer a otros o seguir favoreciendo y perjudicando a los mismos. 

Porque insisto, este tema no se trata de que la "izquierda" odia a los ricos y los quiere castigar, ni de que los ricos "fifis" disfrutan en perjudicar a los pobres. Ni de que hay "dinosaurios" que persiguen libertades o "comentocracia" escondida en "el clóset de la derecha". Superemos estas paranoias, banalidades y expresiones desatinadas. Como tampoco está en juego el discurso (ya superado por la realidad) de la confrontación entre "burguesías" y "proletariados". Vivimos un tiempo nuevo. Empezamos a trazar un inédito mapa de ruta.  De lo que se trata es de que tenemos problemas profundos que atender (300 cadáveres congelados en camiones de carga: por ejemplo) y es momento de cambiar nuestras estrategias. Esto va mucho más allá de arrimar el hombro. Es tiempo de tomar conciencia de que las cosas tienen que cambiar, la barbarie tiene que cesar. Esto es lo que está en juego cuando hablamos de ajustar a una realidad más modesta y humilde los sueldos de los funcionarios públicos.

La pregunta de fondo es ¿porqué no hemos sido capaces de garantizar salarios dignos y derechos laborales, en igualdad de condiciones, para todos los seres humanos? Es un problema que trasciende nuestras fronteras. Vivimos una crisis global en nuestros imaginarios económicos y financieros. Porque cada día, y de manera acelerada, se vuelve más difícil costear el proyecto de vida de todas las personas del mundo (más aún, conforme a los estándares en materia de derechos humanos, incluidos los derechos ambientales y la urgencia de medidas efectivas para la preservación del planeta). Dando por supuestas las diferencias marginales que se constituyen por la individualidad de cada ser humano (y en el contexto de las reglas del mercado, en tanto paradigma todavía vigente...).  El problema grave es que tales diferencias, en nuestra realidad actual (nacional e internacional), rebasan, en demasía y con alevosía, cualquier cálculo marginal: se están jugando en el terreno de la vida y la muerte. 

En este contexto, estoy convencida de que el objetivo de una acertada nueva Ley de Remuneraciones (...) es un gran paso y un buen punto de partida. Y festejo con lágrimas en los ojos tal logro. Pero coincido contigo, tal propósito debe hacerse con mucho detalle y cuidado: bajo el escrutinio de la mirada de los derechos humanos, sin distinción ideológica alguna y en el contexto de un proyecto integral. Yo no cambiaría la sustancia que ya se ha plasmado, pero sí creo que todavía le falta forma... en aras de su eficacia y efectividad. Mi exhorto (si el poder legislativo lo considera pertinente, prudente y relevante) es que se trabaje más en ella, que se perfeccione y que en este camino... MORENA sume todas las voces que tenga a su alcance. De tal suerte que para fin de año, y antes de que se delibere sobre el presupuesto 2019, ya tengamos un marco legal a la altura de nuestras circunstancias. Lo que sí es un hecho es que los ingresos de los altos funcionarios públicos serán mermados. Porque es justo, correcto y ético. Y estas condiciones son el sustento de todo orden legal.



Y tú... ¿eres altruista?


Feliz domingo...
lleno de mágica justicia de tortuga.


viernes, 21 de septiembre de 2018

paz...

... y comunicación. #DiaInternacionalDeLaPaz #DíaDeLaPaz



La paz es una experiencia colmada de cada una de nuestras vivencias, emociones y significaciones. En su sentido más abstracto... hablamos de la "paz mundial" como estado idílico sin conflicto bélico alguno (o cualquier otro tipo de violencia social). Lo cual sí nos brindaría la oportunidad de vivir en un mundo construido de armonías. En su sentido más íntimo... hablamos de la "paz interior" como revelación mística sin conflicto externo (causal) alguno. Lo cual sí nos brinda la oportunidad de vivir en tranquilidad con nosotros mismos. En su sentido más sublime... hablamos de la "paz universal" (... cósmica... si se quiere) como éxtasis en donde todo ocupa el lugar que le corresponde. Lo cual sí nos brinda la oportunidad de vivir en reconciliación plena con todas las circunstancias de nuestra existencia. 

Habitar la paz... como un modo de ser... de vivir: como un modo de amar. Es probablemente... la mejor forma de habitar el mundo, habitarnos a nosotros mismos... y ser habitados por el universo.

Sin embargo, en cualquiera de estos espacios hablamos solamente desde nuestro punto de vista. Y si bien, la paz es una experiencia individual, personal y trascendental... No hay sentido de paz que logre concretarse, expresarse ni manifestarse sin la presencia del otro... Ese rostro fuera del espejo que siempre nos trastoca, nos trastorna y nos arrebata de todos nuestros espacios de paz. Esa otra voz que cuestiona cada uno de nuestros actos, que increpa nuestra voz, que nos observa bajo su lupa y nos señala todas y cada una de nuestras inconsistencias. Esa misma voz que nos recuerda que no estamos solos, que nos identifica, nos comprende, nos acaricia y nos abraza. Y en un su sentido más humano y real... necesitamos también hablar de la "paz efectiva" como un ejercicio de comunicación que se nutre del respeto y del pleno reconocimiento del otro, ahí en donde "el otro" es radicalmente diferente a nosotros. 

Ser diferentes no nos justifica a matarnos unos a otros. Ser diferentes no nos excusa por anular al otro en el solipsismo de nuestra tranquilidad íntima. Ser diferentes no nos da licencia de volvernos indiferentes a las demás personas para que nada altere nuestro bienestar "superior" reconciliado. Ser diferentes nos exige aprender a sentir tal estado de ánimo (abstracto, íntimo, sublime) en comunidad (humano y real). De la mano de otro corazón. En la sonrisa del rostro de los otros. 

En los defectos y debilidades que observamos en los demás... y olvidamos observar en nosotros mismos. Reconocer la "negatividad" de otras personas como parte de nosotros mismos. Y ser capaces de sentir empatía sin juicio de por medio, pero no como postura formal: como experiencia radical, con conmoción. Superar la represión de nuestros propios errores y defectos: sin resistencia. Sin soberbia. En estricto sentido: sin intolerancia.

Comprender que la comunicación es mucho más que las palabras pronunciadas o los "decretos". El lado más vacío de la palabra es aquello que se pronuncia. Es sólo lo que se recupera en la experiencia, aquello que no se puede nombrar, lo que hace real nuestro estado de ánimo. De ahí que la catarsis, y con mayor impacto: la catarsis compartida, sea fundamental en el ejercicio de la comprensión humana y del diálogo entre seres humanos. Temer la catarsis es temer la vida misma. Sin la suposición vacía de la expresión (verbalizada) no hay posibilidad humana de verdad realizada en nuestro modo de ser efectivo (así como: sin la letra muerta de la ley no hay posibilidad de legalidad efectiva, pero no bastan ni la palabra ni la letra para que algo se vuela verdad... para que algo se vuelva real). Así también, el conformarse con la catarsis es un renunciar la experiencia misma de vivir (si nos conformamos con la forma emotiva de nuestra expresión, o con el exhorto a la letra muerta de la ley, simplemente nos regocijamos en la imposibilidad de poner en práctica aquéllo que decimos valorar). Sin la superación de la enajenación, inherente a todas nuestras expresiones verbales, no hay posibilidad humana de libertad. Y esa palabra: aquella que brota de la experiencia de la verdad y de la expansión de la libertad que derrumba, una a una, nuestra resistencias, es la palabra que se torna real. No por ser pronunciada...por ser palabra viva. Éste es el peso de la determinación de nuestros actos hechos historia: narrativa susceptible de ser conceptualizada (con verdad y libertad). Esta es la palabra que logra que dos corazones se toquen sin poder desprenderse, más allá de todas las distancias.

Cuando pretendemos estar más allá del sufrimiento (por nuestra necesidad de estar en paz con nosotros mismos y en paz con las circunstancias que nos determinan, lugar en el que necesitamos situarnos para tomar las riendas de nuestra vida: espacio fundamental de nuestra madurez... el lugar en donde nuestras heridas dejan de ser un impedimento para vivir y crecer), tememos (e incluso censuramos) la expresión del dolor de otro ser humano... precisamente, porque tal herida abierta es también nuestro dolor. Aquel dolor que tememos afrontar y reconciliar. Aquella verdad que no estamos listos para aceptar. La libertad que renunciamos abrazar. Y precisamente, ahí en donde hay enojo... se expresa el dolor. Así nace el odio de la incomprensión. De nuestra incapacidad de reconocer nuestras propias heridas nace la necesidad de aniquilar las diferencias que los otros expresan a través de sus heridas.

Si no logramos ir más allá de nosotros mismos... no alcanzaremos la paz efectiva: como un estado real de nuestra experiencia vital. La paz es el trascendernos (abstraernos, intimarnos, sublimarnos, humanizarnos y realizarnos) a nosotros mismos a través de la experiencia de poder comprender a los otros, sin necesidad de violentarnos y sin necesidad de violentar a otro ser humano. Es dar de sí. Ser capaces de mirar dentro nuestro y estar dispuestos a cambiar todo aquello que no nos es propio. Es amar.



Y tú... ¿cómo celebras el día internacional de la paz?




Fuerte abrazo...
lleno de paz de tortuga
mágica.
¡Feliz viernes!


miércoles, 19 de septiembre de 2018

muchos días...

... después. ¡Viva la #CuartaTransformación! ¡Viva México! #MorenaVa #AMLOMiPresidente



Estas tres semanas, cuatro días, desde mi anterior entrega... han sido un espacio de tiempo intensivo e intenso... Parece que el ritmo de los acontecimientos nos impide tomar un respiro para procesar todo el acontecer. Entre muchas otras distracciones de la vida cotidiana que nos arrastran a espacios en donde no caben las letras... sólo la vida.

Ahora bien, ¿vamos por partes o quizás por orden de importancia, o tal vez prioricemos un poco, o tal vez tomemos un poco de aire antes de expresarnos, o seamos exhaustivos en dictámenes y declaraciones, vayamos con mesura, o dando pasos agigantados, tomemos acciones con convicción o por revancha, alimentemos el ego o entreguémonos a la trascendencia, reprochemos el pasado o miremos hacia el futuro, esperemos o desesperemos?; lo hagamos como lo hagamos no podremos escapar a esta sensación de temor, vacío, hartazgo informativo, agotamiento, ánimo abatido, esperanza fervorosa, confianza renovada, convicción inquebrantable, certeza. A la certeza de que el triunfo sigue siendo nuestro y eso no va a cambiar.

Parece que estamos perdiendo de vista que, pase lo que pase, Andrés Manuel es el presidente electo de México y el 1 de diciembre empezará con vigor y determinación la gran obra de su mandato. 12 años en 6... así como estos dos meses y medio han sido casi un año... Parece que Morena olvida por instantes, demasiado prolongados, que tiene una mayoría avasalladora, y que si no bastaba con lo que les otorgamos con nuestro voto parejo, precisamente para facilitar la gestión y los actos de gobierno de López Obrador, además, contra gran parte de una parte de la opinión pública "capacitada", sumaron al partido Verde... por eso no se explica que vayan de sobresalto en sobresalto como si alguien los estuviese persiguiendo. Como si no tuvieran ocasión y calma para hacer de cada día de la presente legislatura un día histórico. Oscurecen el trabajo y los logros de su esfuerzo, entre el caos y la premura. ¿Por qué? Ya no son oposición, ya no van contra marea. Son la institucionalidad misma encarnada en cada uno de ustedes. Son nuestros representantes: los aliados primordiales de la Cuarta Transformación. 

Cada una de las decisiones que están tomando son de tal envergadura... tienen la mayoría... porqué no se permiten disfrutar con altura de miras todo lo que están logrando para México. Parece que están en contra del proyecto de Andrés Manuel. Parece que quieren hacer el camino difícil, cuando están todas las puertas abiertas. Tienen el poder... y el poder es para ejercerlo con justicia y dignidad. Tienen la dignidad y son justos por vocación. Todas nuestras esperanzas están en ustedes. Merecemos las mejores leyes. No remaches ni revanchas. No símbolos emocionales ni ejercicios de prueba y error. Al ver la votación, que tuvo lugar con motivo del tema de las remuneraciones de los funcionarios públicos, yo lloré de emoción al ver cada uno de los rostros de los diputados y diputadas de Morena. Fue un momento sublime: ¿porqué ensombrecerlo?. Porqué no asumen sin restricciones el lugar que ahora ocupan en el nuevo juego del poder de nuestro país. No escatimen. No teman. No están solos. Hagamos las cosas de la mejor manera posible. Seamos perfeccionistas, demos espacio a escuchar todas las voces. Sumenos ideas. No duden. Ya ganaron. Ya son los que son y los que están. Una parte importante del futuro de México está en sus manos. Crezcamos juntos. 

Durante estos tres años, ustedes tendrán siempre la última palabra, cuál es la anticipación que les impide disfrutar trago a trago cada uno de los regalos que sembrarán y cosecharemos para nuestra Nación. Yo solo les pido pulcritud institucional para cada uno de sus pasos. Porque confío en cada una de sus decisiones. La oposición y la pluralidad de la opinión pública hará su labor cada vez con más rudeza, ésa es su chamba. No es personal. Es parte del diálogo vigente de nuestra democracia. Ante tales adversidades, ustedes deben demostrar que son un roble que se sostiene por la congruencia de sus ideales y la convicción de cada uno de sus actos. Sin arrogancia ni caprichos. Pero sí con solemnidad inquebrantable. Es así como se ganarán el respeto y el respaldo, incluso de sus más temerarios detractores. Ustedes saben hacer el trabajo. Que no los convenzan de que sin la astucia técnica de la oposición no serán capaces de hacer las cosas bien. Precisamente, se trata de todo lo contrario. 

Votamos por ustedes porque queremos que las cosas se hagan de otro modo. Y tendremos todos que acostumbrarnos a los nuevos excesos así como tuvimos que acostumbrarnos a los excesos de antaño. Siempre y cuando ninguno de estos excesos devenga en algún tipo de detrimento para la Cuarta Transformación. El futuro es nuestra hoja de ruta. El pasado ya murió. Y México renacerá con el esfuerzo y sacrificio de todos los mexicanos por igual. Es un tiempo de borrón y cuenta nueva y de mirar hacia adelante. No se distraigan ni se desgasten. Ocúpense de sus funciones con estricto profesionalismo. Insisto: cultiven la pulcritud en cada una de sus decisiones y expresiones. Es así como seguirán sumando, aun entre quienes todavía desconfían de la envergadura de los proyectos por concretarse. Ya no están en campaña, ahora son la Institución sobre la cual se construyen las bases de nuestra historia por venir. Gracias.

¡Es un honor estar con Obrador! ... Andrés no estás solo. Y ya ganaste. No lo olvides. Eres nuestro presidente electo y en pocos dos meses y escasos días serás nuestro presidente constitucional. Vienen nuevas mareas, habrá mal tiempo, la resistencia tejerá oscuras estructuras de oposición y distracción de lo importante. Sí, para debilitarte y desprestigiarte. Mira hacia arriba y alcanza la estatura que eres, sin dudar por un segundo de que sabes lo que es correcto para México y de que serás capaz no solo de cumplir todas tus promesas, serás capaz de concluir todos los proyectos que te has propuesto. Existen soluciones ahí en donde todavía nadie se ha atrevido a mirar. Es por eso que te elegimos: porque tú sabrás mirar más allá de los tecnicismos que nos dominan. Con mesura y sin claudicar. Transitando el camino del medio y sumando voces y corazones... lo lograremos. 

La tarea es inmensa. Los retos casi infranqueables. Pero todos #JuntosHacemosHistoria. Que se vayan quienes no comprenden el significado de la austeridad, habemos quienes valoramos el sentido altruista del servicio público. Quienes queremos que la función pública se ponga de pie porque ha estado de cabeza en cuanto a prioridades se refiere. Que nadie nos engañe. Quienes se vayan a jubilar que lo hagan con la mayor premura que puedan, quienes no crean en el proyecto de Morena que también busquen nuevos espacios para crecer profesionalmente. Nos quedaremos quienes de verdad comprendamos que vale más la justicia social que el lujo y el sobreprecio en el que se despilfarran nuestras finanzas públicas. Ya basta de lavar dinero a través de las estructuras de gobierno. Ya basta de financiar la corrupción. Y quien siga pensando que 50, 60, 70, 80, 90 mil pesos es poco dinero pues que se mude de planeta... Por mucho menos que esto: nuestro territorio se sigue colmando de fosas. Por mucho menos que esto: un niño se convierte en sicario.

Existen reemplazos para todos. Personas igual o mejor preparadas que han sido excluidas del monopolio del erario público, el cual se convirtió en un botín para funcionarios de buró, que lo que saben bien es cómo simular correctamente las metas de corto alcance que ellos mismos se ponen a sí mismos en sus planes programáticos para quedar bien con la Auditoría Superior de la Federación. ¿Los Ministros de la Corte quieren ser millonarios?... pues habrá otros igualmente capaces que no aspiren a tales ingresos intergalácticos que en ningún otro país del mundo podrían obtener. Es un mito que no podremos construir una nueva base de trabajadores del Estado. Igual e incluso mejor calificada. Con otro estilo, con otros estándares, con otras ideologías y técnicas. De esto se trata gran parte de la Cuarta Transformación. Así que todos los que quieran saltar del barco, que lo hagan de una vez. Ahora quieren compasión... y sí me puedo solidarizar con la situación de todos y cada uno (mucho más de lo que se imaginan), sin embargo... mi solidaridad y mi compasión mira con más urgencia hacia quienes no tienen la oportunidad de sumar más de 10 mil pesos al mes para salir adelante y sacar adelante a sus familias. Más de 40 millones de pobres componen nuestra población y un Ministro ¿suma más de tres millones de pesos al año? Y si los artículos de consumo de lujo quieren seguir subsistiendo en el mercado mexicano también deben regresar a la lógica del mercado para estipular sus precios, porque el erario público no puede seguir financiando sus sobreprecios y la pereza de recibir ganancias irracionales a costa del bienestar de la mayoría.  Ganancias que tampoco ganarían tan fácilmente en otros lugares del mundo. Tenemos que poner los pies en la tierra. Y tomar conciencia del país en que vivimos, para comprender y valorar las virtudes de la Cuarta Transformación. El ingreso mínimo por familia en este país deberían ser, al menos, 30mil pesos. Esta es mi convicción.  Y yo por eso voté por ti... por usted... Lic. Andrés Manuel López Obrador: presidente electo de los Estados Unidos Mexicanos... en el 2006, en el 2012 y en el 2018. Gracias.

Y quizá si los salarios sobrevaluados aterrizan a la realidad, renazca el sentido comunitario, el placer de compartir, el gusto por la vida... y el mercado de los bienes inmuebles también renuncie a la fantasía a la que nos tiene sometidos. En donde los salarios se evaporan para garantizar un mínimo espacio para vivir. El costo de las rentas y la compra-venta de inmuebles está distorsionando todo el modelo económico, no respetan una sola de las leyes del mercado, y ni siquiera pudieron garantizar condiciones de seguridad durante los trágicos sismos del año pasado. El dinero se va como agua y a nadie parece importarle. Entre los seguros médicos, que monopolizan el derecho a la salud a costos incosteables, dadas las condiciones reales de nuestra economía, y los bancos (créditos hipotecarios, préstamos, bajas tasas de ahorro y tarjetas de crédito)... sin importar cuánto ganemos... no hay dinero que alcance. El precio de los automóviles por los cielos. Y los productos básicos en incremento constante. Afortunadamente, los servicios telefónicos y de conectividad son cada día más accesibles. Vivimos en una vorágine: una carrera a un cielo inalcanzable y, en el camino, nos olvidamos incluso de vivir. 

Nada de esto es real, quizá... ésta es la gran distorsión entre estar o no en bancarrota... No es sólo la mala distribución del ingreso, la brecha inconcebible entre los mínimos y los máximos niveles de ingreso... Es el mercado el que se ha beneficiado de la desigualdad, porque a quien recibe las ganancias no le importa quién se las brinda, y es más "eficiente" recibir mucho rápido, que ir acumulando lo justo en la debida proporción de las condiciones reales de nuestra economía nacional. Pero el costo que estamos viviendo: a la luz de los altos niveles de violencia... debería ser razón suficiente para pisar tierra y arrimar el hombro. Vivir en el México real y hacer de nuestra realidad la abundancia, que hoy solo unos pocos conocen, igualmente próspera para todos. Encontrar una ecuación en donde todos ganemos. No queremos más pobres, queremos todos ser más ricos. 

La pelea terminó y salieron victoriosos... ahora empezó el momento de actuar sin restricciones y demostrar que sí saben hacer las cosas bien y que tienen muy claro cómo darán cada uno de sus pasos. México puso todas sus esperanzas en ustedes. Nunca lo olviden y no duden de lo que somos capaces. 

Acotación final. Mi pronóstico sobre el aeropuerto es que conservaremos el proyecto en curso en Texcoco, corrigiendo todo de lo que adolece (impacto ecológico, poblaciones afectadas, concesión privada: mantenimiento a largo plazo incluido), es una oportunidad, tenemos seis años por delante, para convertirlo en un proyecto sustentable, socialmente responsable y un ejemplo de conservación ambiental (los técnicos calificados que no pueden vivir con sueldos austeros pueden colaborar con la empresa privada en esta labor, por ejemplo). Renunciar a Santa Lucía para garantizar el éxito del Tren Maya. Y hacer una re-ingeniería de operación y funcionalidad de las dos terminales del Aeropuerto Benito Juárez para que concluya sus servicios con excelencia en lo que refiere a las condiciones para los usuarios. Pues todavía nos queda mucho hasta que tengamos uno nuevo. Y si bien, hoy parece que este nuevo aeropuerto está fuera de nuestra realidad, una vez que veamos concretarse los resultados de la Cuarta Transformación, México vivirá acorde con tales ambiciones. 

Y sí, la iniciativa aprobada en el Congreso, tendrá que corregirse y perfeccionarse, no con la ayuda de Miguel Angel Mancera (el cínico más cínico de todos los cínicos)... con el trabajo legislativo de los senadores de Morena, sumando todas las buenas ideas y en colaboración con todas las bancadas, pero sin dudar que son ustedes quienes tienen las competencias y los valores necesarios para hacer de esta Ley un ejemplo que trascienda nuestras fronteras. En este sexenio, México le va a enseñar al mundo que las cosas se pueden hacer de nuevas formas y hacerse bien. Los ideales, usos y costumbres, y tecnicismos de quienes perdieron no pueden ser una camisa de fuerza para nuestros propósitos. Y que el miedo que ellos sienten no nuble su mirada. Brindémosles la confianza que necesitan para dejar que podamos abrir los caminos que nos hemos propuesto, sin necesidad de ofendernos, sin necesidad de oprobios de arrogancia, sin necesidad de revanchismo alguno. La victoria fue nuestra este 1 de julio. Tenemos 3 años legítimos e incuestionables en el poder legislativo. Y la garantía de 6 años igualmente legítimos en el poder ejecutivo. Que no nos maree el nuevo lugar que ocupamos, pongamos los pies en la tierra y hagamos realidad nuestros sueños. Con libertad. Es tiempo de mostrar nuestra impecabilidad...


Y tú... ¿cómo quieres ser parte de la #Cuarta Transformación?


Abrazo fraterno e infranqueable...
lleno de magia de tortuga.
#MorenaVa