... y buenos propósitos.
Cuando concluye cada año, somos afines a reflexionar sobre lo vivido. Hacemos un balance y atesoramos recuerdos. También nos despedimos de lo que no nos hizo felices. Para dar paso a un nuevo ciclo vital bajo el signo del sol. Vemos pasar ante nuestros ojos un año más que se disuelve con el contorno de las certezas de nuestras vidas y hacemos propio todo lo que crecimos como seres humanos. Son días de gratitud. A la par, hacemos nuevos propósitos, cultivamos expectativas, atesoramos deseos, fortificamos nuestra esperanza y nos preparamos para una vuelta nueva al sol. Como si el espíritu renaciese y nos sintiésemos renovados. Con el descanso de un año cumplido.
Para quienes son afines a esta festividad, es una etapa de aspirar a la prosperidad y de descartar todo lo que no nos hace bien.
Y tú... ¿ya estás listo para recibir un nuevo año en tu corazón?
Felices vísperas
mágicas
tortugas.