... y ética.
Buen día queridas tortugas. Continuando con nuestra reflexión de la semana sobre la indispensable economía... Primero que nada: entiendo si mis letras de ayer les pudiesen haber parecido ingenuas. Por otra parte: es un hecho que sí hay dinero en el mundo. Lo sé. Pero dijimos que no hablaríamos de equidad ni de redistribución. Más bien de cómo hacernos de recursos disponibles para materias urgentes. Hoy me detendré un poco en la relación ética que los seres humanos establecen con los bienes materiales, en particular el dinero. Pues sabemos que existen prácticas de corrupción cuando existen fondos para la mayoría de la población. Y que a mayor riqueza, a veces, mayor desapego con las necesidades del mundo común. Lo que a mí me interesa recalcar es la posibilidad de una economía de Estado más próspera, lo cual debiese superar también las prácticas de corrupción.
En algunos lugares del mundo vivimos escasez de servicios gubernamentales y realidades muy precarias para vivir en comunidad. Nos faltan calles pavimentadas y muchas cosas básicas. Además de ser países con altos índices de pobreza. De ahí mi ingenuidad. Si hubiese más recursos económicos para grandes obras...¿se fomentaría la corrupción? ¿Daría igual el incremento, al final del día, por falta de ética y negligencia? ¿Hay alguna solución para las lamentables condiciones de inseguridad que atraviesan algunas poblaciones? ¿Sería verdad que sin escasez monetaria se inhibiría el crimen? No lo sé. Los seres humanos tienen formas que yo no descifro. Lo cierto es que hay abandono y lugares precarios y me gusta pensar, tal vez con ingenuidad, que podemos encontrar soluciones conjuntas. Otra pregunta... si hubiese forma de inventar más dinero: ¿sólo habría más acumulación y ningún impacto en la pobreza? Todos estos son factores éticos de la posible abundancia que se pudiese generar para hacer frente a problemas troncales del mundo actual.
Como ven el problema de la equidad es ineludible. Tal vez sí es el problema de fondo cuando hablamos de la necesidad de contar con un incremento en los recursos disponibles. Hay inquietudes de orden cultural... ¿nos acostumbraríamos a vivir en un mundo sin pobreza? No podemos renunciar a una base digna para la vida humana: sin violencia. No podemos seguir pensando que la miseria es ineludible como parte de la naturaleza humana. Merecemos más de nosotros mismos como seres humanos.
Lo cierto es que, no se podrá negar, afrontamos realidades cada día más impronunciables. ¿Cuándo habrá respuesta a la búsqueda de soluciones no previstas? Porque el status quo se reproduce con menores resultados cada día. Cuándo aceptaremos que hay más de un punto de inflexión en el avance de alternativas, dado el orden actual. ¿Cuánto sufrimiento más veremos ante nosotros o padeceremos para darle al mundo una oportunidad de hacer algunos cambios sin perjudicar lo bien establecido? Son épocas sinuosas. El modelo del norte se resquebraja ante los problemas novedosos que enfrentan en el país vecino...política mediante. Qué quedará de infraestructura ahora que la naturaleza adolece el cambio climático con tanta fragilidad. Quién quedará vivo.
Son tantas interrogantes sin respuesta. No perdamos fe y esperanza en que las soluciones se abrirán con nuestro propio esfuerzo. Encontremos paz, al menos, en nuestros corazones. Son tiempos difíciles.
Y tú... ¿cómo vives la época actual?