miércoles, 1 de octubre de 2025

ahorro...

 ... y prosperidad.



Existe una proporción, no necesariamente exacta, entre nuestra capacidad de preservar un ahorro y nuestra posibilidad de prosperar en nuestros propósitos. Guardar para nosotros mismos. Economizar energía. Vivir sin vencer los limites ni al margen de la frontera. De tal manera que descubramos la medida precisa de nuestro bienestar. Hablamos de un modo de vida. En equilibrio. Sin excesos. Sin excederse. Sin dar de sí más de lo que se tiene. En el seno de la templanza. Con prudencia.

La prosperidad anímica y el ahorro vital van de la mano. Y se refleja en cada una de nuestras acciones. Se traduce en hábitos en aras de la armonía. De aceptar el bienestar como un estado de naturaleza. Con moderación. Es la mesura entre el presente y el futuro que colma el presente de paz. Sin miedo a la calma. Con perseverancia.


Y tú... ¿preservas el presente para el futuro?


martes, 30 de septiembre de 2025

planes...

 ... de largo aliento.



En el mundo actual, vivimos sujetos a la inmediatez de la velocidad de las tecnologías que forman parte de nuestra vida cotidiana. Poco espacio queda para el largo plazo. La velocidad consume el presente e instaura el futuro inmediato como si el tiempo se diluyese. Eso deja un margen enigmático para los planes de largo aliento. Las metas a futuro. Las cuales son fundamentales cuando de racionalizar nuestra vida se trata. Por lo que se vuelve importante precaverse del mañana con paciencia inusual.

La inteligencia artificial está diseñada para disminuir el raciocinio autónomo y encontrar soluciones prontas al curso de cualquier acontecimiento. Confiando incluso decisiones vitales a un entramado de circuitos y a las artes de la programación. Lo cual no nos exime del ritmo de la vida. Ojalá no redundemos en alguna contradicción al entregar incluso la escritura y más de una dote de nuestro pensamiento a la inteligencia artificial. Yo pertenezco a otra generación. Me apabulla sentir la prisa con que cambia nuestro imaginario. Pertenezco a una época en la que hacer planes de largo aliento implica dedicación y esfuerzo. En particular cuando se emprende un nuevo objetivo de vida. Al margen de la inteligencia artificial. 

¿Por qué estamos obligados a vivir sujetos a la velocidad de los cambios tecnológicos? Sin puntos medios, que nunca al margen, en donde podamos gozar de lo que ya sabemos y ser felices. Lo cierto es que la vorágine nos arrastra a la actualización constante. Al cambio inminente. Como la anunciación de nuevas eras más prósperas y mejores. No tengo realmente respuesta alguna. La brecha tecnológica es una nueva fuente de precariedad, desigualdad y pobreza cada vez más tajante. ¿No hay otra manera de hacer realidad dichas nuevas eras? Ahora que la innovación siempre está en boga... ¿no podríamos también innovar en nuestras estructuras económicas? ¿Qué diría la inteligencia artificial si le preguntamos cómo sanar las carencias del mundo? ¿llegará el día en que los gobernantes guíen su actuar con base en herramientas tecnológicas depositando en algoritmos sus decisiones de Estado? Son asuntos inconclusos. ¿Cómo mitigar la violencia?... ¿habrá una aplicación que tenga la solución? 

Dirimir asuntos éticos y morales. Otro gran ausente en la innovación: el carácter ético. La amoralidad de la ciencia se confunde y se deja de lado la imperiosa necesidad de preservar la ética con o sin inteligencia artificial. ¿Se diseñará algún día un programa para saber distinguir el bien y el mal?: tal vez ya lo haya. Yo no soy muy enterada. Como mencioné me siento apabullada ante el futuro del mundo. Si de por sí el presente es poco alentador... ¿Será sólo que somos perezosos? ¿Son contramedidas de control social?: vivir atados a las nuevas tecnologías. ¿En realidad son nuevas fuentes de empleo y el esbozo de nuevas formas de subsistencia? ¿Por qué no hay estrategias generacionales para que todos contemos en la balanza del mundo? Los esfuerzos ahora son más sucintos, incluso feroces, de corto aliento y sin cesar. Todo debió ser hecho desde ayer y parece que siempre llegamos con retraso.


Y tú... ¿añoras pensar por ti mismo? 

Buen martes
lleno de magia
de tortuga.

sábado, 27 de septiembre de 2025

trabajo...

 ...arduo.



Tras los grandes esfuerzos se siente la satisfacción del mérito en nuestro hacer. Cada día es un trabajo incansable. Vivir es una tarea ardua. Y también cada día es colmado el tiempo de certezas y vivir es de la mano del gozo. Parecería que existe cierta contradicción. Sin embargo, no es así. Es el equilibrio de nuestra naturaleza. El estar atentos tanto como el estar en reposo. La relajación y la tensión. Cuya realización nos ocupa cada día, incluso sin percatarnos. Aprendemos a vivir a la vez que nos instruimos para el trabajo. La vida es un cúmulo de enseñanzas valiosas. Cada momento vivido es un camino trazado para ser quienes somos. 

Por eso el empleo es una bendición. Y hay muchas formas de ser prácticos y sentirnos útiles. Porque el trabajo es mucho más que un empleo. Así como, un empleo es mucho más que una forma de subsistencia. Es triste cómo nuestro trabajo está supeditado a la urgencia económica. Cual brecha vital que nos impide vivir a plenitud. Sin correspondencia proporcional. Bajo el signo de la desigualdad. La economía sigue siendo un modelo perfecto de enajenación absoluta. Modelo que pierde de vista la existencia misma y el valor de la vida por sí. 


Y tú... ¿aprendes de tu propia vida?


viernes, 26 de septiembre de 2025

luz...

 ... y aguacero.



Llegan nuevas lluvias con vientos iluminados... y neblina. Tonos grises y escuetos rayos de sol que nos recuerdan que toda tormenta tiene su ciclo para abrir paso a los días de claridad. El otoño todavía no se pinta de colores y el cielo se regala sin cesar.

En medio de una tarde fría me nace una reflexión sobre la importancia de nuestras ocupaciones. Ahora me ocupo más de reflexiones cotidianas. Del acontecer no hay mucho que decir: sin importar cuánto reflexionemos sobre el mundo...poco mejoran las perspectivas. Así que me ocupo de lo que se reduce a nuestra vida íntima. A nuestros caparazones llenos de magia de tortuga. Lugar en donde podemos encontrar buen ánimo y paz: tanto como ocupación. Lo cual es tan fundamental para la vida. 

Identificar aquello que al ocuparnos nos brinda el tesoro de un oficio vital. La suave rutina que permite mantener nuestra casa en orden y nuestra vida con rumbo y dirección. Los momentos emotivos de nuestra espiritualidad que no carecen de ocupación. Los instantes de calma. El trabajo. El empleo. Actividades recurrentes o hábitos de ocasión. Cuidados. Sana comunicación. Vivificante convivencia. Espacios de soledad. Y espacios para compartir actividades conjuntas. Momentos para pensar y reflexionar. Días para sentir y experimentar. Todo lo que conmueva nuestra vida en aras de dotar de sentido nuestro hacer.

El otoño de la mano de una tarde de aguacero llenan de nostalgia el presente para reflexionar en el futuro sin melancolía. Son días de guardar. Y dejarse arropar por la vida misma. 


Y tú... ¿encuentra luz bajo la lluvia?


jueves, 25 de septiembre de 2025

paciencia...

 ... y perseverancia.



Vivir nos enseña los caminos del buen andar. Con pausa. Una parte de nosotros quisiera ganarle tiempo al tiempo. Pero es en la mesura en donde descubrimos el ritmo exacto de los días que vivimos. Hay premuras constantes pero no todo está en nuestro control. Y hay esperas ineludibles que nos invitan a perseverar en el día a día hasta alcanzar nuestras metas. A no renunciar en el intento y ser pacientes.

El camino de los afectos y el sendero del amor verdadero también son horizontes que se trazan con esmero, cuidado y dedicación. Con paciencia y perseverancia. Aquello que construimos con nuestras propias manos, paso a paso...es aquello que más esperas suma. Sólo con el tiempo podemos sorprendernos ante la consecución de nuestros fines. Tomamos decisiones y nos convertimos en la persona que perseveró en sí misma. Con el paso de los años somos troncos robustos capaces de atravesar adversidades y recibir nuestras propias bondades. Como rocas infalibles que se sostienen a sí mismas. Para emprender nuevas travesías.

Al cabo de la edad conservamos aquello que supimos cultivar.


Y tú... ¿descubres el esmero en tu edad?