martes, 30 de diciembre de 2008

a punto de partir

o retornar...

Llevo tres años sin visitar mi casa de otro tiempo... un tiempo lejano y que caducó una era atrás. Al visitar este espacio... la catarsis es doble... se exorcisa el ayer inexistente y nace un nuevo mañana que ya no me pertenece... un futuro en el cual soy una simple visitante... una huésped. Tuve que sembrarme y crecer en más de un territorio conforme crecí... la infancia... la adolescencia...la juventud primera... Pero esta adultez que empieza a florecer... sólo tiene raíces en este bosque de luna y paz que habito siendo mi única certeza.

Hace tres años volví partida en dos, encontré mi casa rota por la desgracia de mi gatita Isis y en menos de dos meses perdí el amor que entonces me acompañaba, perdí los esfuerzos de mi trabajo en un examen que no supe pasar, y un semestre de estudios por exceso de actividades y agotamiento.

Traje conmigo el mar de las Islas Galápagos y todos sus misterios naturales, la dicha de haber nadado con los lobos marinos, la certeza de la urgencia de dedicarme a mis letras, a trazar los caminos de la conciencia y empezar a poner en papel las ideas que proliferaban en mi mente y en mi corazón como si no me dejaran respirar, como si en el instante de pensarlas algo se detuviera en el fluir de mi sangre. Así supe que tenía, a como diera lugar, hacer la tesis de maestría y empezó una nueva era para mí.

Este tiempo sólo mío que nació me trajo hasta aquí... y confieso que temo subir a ese avión y no saber volver siendo yo... pues son tantos recuerdos, es tanta vida ahí perdida... las renuncias y los olvidos... pero sobretodo es la nostalgia de esa vida tan feliz que fuimos todos quienes hoy están tan lejos (sin ser lejanos)... Y sí, en mi Quito querido sembré una de mis flores más hermosas de vida... años que todavía quisiera poder recuperar con un soplo de viento... promesas que quise cumplir y se esfumaron... amores que me enseñaron que no sólo quería ser yo misma... porque susurraron en mi oído que todo cobra sentido una vez que ser tú se completa en plenitud siendo nosotros...

Hace tres años aprendí que me aterraba tener todo lo que soñaba y que aunque a manos llenas se me brindara una y otra vez... debía surcir aquella telaraña de la que ustedes ya saben ... para que no se me escapara la dicha por los huecos del pasado...

Y sí... pasaron tantas buenas cosas desde entonces... que no sé porqué tengo tanto miedo de dejarme arrebatar por la plenitud.


Y tú ¿quieres que la vida te arrebate?


Hasta mañana mis queridas tortugas!!!!

Gracias por acompañar estas letras.


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