lunes, 2 de febrero de 2009

espacios vacíos

Tras mirar por la ventana, los gatos añoran esas lejanías para explorar milímetro a milímetro. El espacio para ellos se agota y son llamados a expandir sus territorios tanto como sea posible. Se entretienen horas de caza o simplemente observan la naturaleza en su movimiento. Expresan su interrogación con un peculiar gesto en su mirada y, casi siempre, te cuestionan viéndote a los ojos. Lo que sí es que no pierden la ocasión de jugar, tras dormir plácidamente y vivídamente soñar.

Quién fuera como ellos, para no poder percibir los espacios vacíos que te acompañan.

El lugar junto a la cama, la almohada vacía. El sitio en la mesa, el plato sin servir. La mano huérfana, la carga sin compartir. El silencio y la soledad. El anecdotario sin espejo, el proyecto sin cómplice. Lugares que se expanden con el paso de los años, dando cabida a un próximo invitado que no termina de llegar. ¿Será que alguien querrá con magia estos rincones habitar? o sencillamente aprenderé a añorar la lejanía...


Y tú ¿cómo dialogas con tu soledad?

Hasta mañana tortugas!!





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