lunes, 25 de octubre de 2010

postulados de la felicidad

La luna llena de octubre llegó con mucha energía, saturada de trabajo, agotada, añorando dulzura, un abrazo tenue, una cena sin bullicio, una vela, una copa de vino, palabras dulces y soñando amor.

La verdad no siempre es lo que nos gusta escuchar. Por ejemplo, en medio de una hermosa noche de octubre, de pronto algo irrumpe y te quita la venda de los ojos, de pronto la luz te lastima y debes dejar de escuchar esa voz dentro tuyo que alimentaba tu corazón con bellas ilusiones. Entender: ¡debes entender! ...  escuchó la luna llena con firmeza; acallando el grito de su alma. "No has entendido" le repitieron una y otra vez. Y sí, el amor se resiste a entender lo que le duele.

Así, la luna sola se contempla. No se cumple la ternura, ni la caricia de una breve declaración al oído. No se comparte el vino. No amanece en su corazón.

Una vez más, el teléfono suena, la amistad retorna, en su voz y en su canto hay cariño, hay solidaridad, hay comprensión. Los sueños y el amor, entonces ¿en qué canción renacerán? Se pregunta la luna, mientras se acostumbra al vivir de una nueva verdad.

¿Qué tiene que ver todo esto con la felicidad? ¿Existen tales postulados?

No sé si existen, pero sí sé que reconciliarse con las verdades que nos resistimos a entender es una llave mágica.

Otra buena consejera es el no alimentar falsas expectativas y, como no sabemos bien a bien qué nos espera, probablemente, no albergar esperanzas y disfrutar los momentos es una señal de alegría.

No tener miedo a sentir ni a reconocer que somos vulnerables. Decir lo que sentimos y confesar nuestro amor, puede ser un regalo infinito.

Bajar la guardia y confiar.

Escuchar y acompañar sin juicios el relato de las vivencias de quienes nos rodean.

Perdonar y comprender que quienes nos lastiman no saben que nos hieren.

Confesar nuestros sueños y compartir proyectos.

Sumar fortuna.

Restar rencor.

Y tú ... ¿qué supiste esta luna llena?

Buena semana amigas tortugas.



No hay comentarios: